Álvaro Morata protesta una acción en el encuentro ante AlemaniaAFP

El enfado de Morata por una amarilla que le apuntó la UEFA pero que en realidad no vio

  • Los grafismos oficiales de la Eurocopa reflejaron una amonestación al delantero del Atlético de Madrid que no quedó reflejada en el acta oficial

  • Dicha amonestación le habría dejado sin jugar el encuentro de semifinales frente a Francia

la felicidad es total en el entorno de la selección española absoluta. La sufrida victoria frente a Alemania en la prórroga llenó de optimismo a los pupilos de Luis de la Fuente y en el vestuario del Stuttgart Arena se vivió una auténtica fiesta. No era para menos. El combinado nacional está a tan solo dos partidos de llevarse la cuarta Eurocopa de su historia, lo que le serviría para colocarse como el equipo más laureado de esta competición.

Sin embargo, el que salió algo más preocupado fue Álvaro Morata. Según los rótulos oficiales de la Eurocopa mostrados en la televisión, el delantero del Atlético de Madrid vio una tarjeta amarilla de la que nadie se dio cuenta. Esto supuestamente sucedió en el gol que Mikel Merino marcó en el minuto 119 de la segunda parte de la prórroga, cuando los futbolistas del banquillo se fueron hacia el córner para celebrar el gol del centrocampista de la Real Sociedad.

Dicha amonestación le habría dejado sin jugar el encuentro de semifinales que enfrenta a España contra Francia el próximo martes en Múnich. Pero ni la UEFA ni el árbitro del encuentro, el inglés Anthony Taylor, apuntaron dicha tarjeta en el acta oficial, con lo cual el delantero madrileño podrá disputar el partido frente a la selección francesa. Los que no jugarán frente a los galos son Le Normand y Carvajal.

«Fabián ha hecho algo en el banquillo, pero yo no he hecho nada», le dijo Morata a los periodistas un tanto incrédulo. El delantero no entendía nada y, lógicamente, estaba algo sorprendido. Su cara era un auténtico poema. Y cuando le confirmaron que sí podía jugar contra Francia, esa preocupación se transformó en alegría. Fueron, sin duda, unos minutos de los más agónicos para el delantero español. Nadie se quiere perder una semifinal de la Eurocopa.