Kubica, el piloto que salvó la vida tras un terrible accidente en el Gran Premio de Canadá

El año 2007 fue inolvidable para todos los espectadores de la Fórmula 1. La batalla por el título entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton con el inesperado final con Raikkonen como protagonista, el famoso «Spygate» entre Ferrari y Mclaren o el debut de un jovencísimo Sebastian Vettel en la categoría hacen que este año esté para siempre en la memoria de todos los aficionados.

Sin embargo, también en esa temporada, concretamente hace quince años, el piloto de la antigua escudería BMW Robert Kubica protagonizó uno de los accidentes más llamativos y espeluznantes que se recuerdan en el GP de Canadá.

Con el corazón en un puño

Era la vuelta 27 de las 70 que se corren desde 2002 en el circuito urbano de Gilles Villeneuve. Robert Kubica, rodando en decimoquinta posición, trató de adelantar por el exterior al Toyota del piloto italiano Jarno Trulli. Sin embargo, el polaco tocó el coche que tenía delante durante la maniobra, lo que provocó que perdiera el control del monoplaza.

Su BMW fue directo al césped, cogió un bache y se elevó en el aire, haciendo imposible que Kubica recuperara en algún momento la dirección del vehículo. Tras esto, impactó a más de 270 km/h contra el muro. La velocidad y violencia del choque provocó que el monoplaza saliera rebotado de nuevo hacia la pista, dando varias vueltas de campana hasta darse de lleno contra el muro opuesto.

El coche quedó de lado y completamente destrozado. Nada más ver las imágenes todo el mundo se temía lo peor, pero con el paso de los minutos se comprobó que el piloto estaba consciente y hablaba. Sin embargo, durante las siguientes horas se especuló que Kubica tenía una grave lesión en la pierna. Finalmente esto se terminó descartando ya que 'simplemente' sufrió un esguince de tobillo.

Debido a este percance y a las recomendaciones médicas, Kubica no pudo disputar el siguiente Gran Premio en Indianápolis. Esto significó el debut en F1 de Sebastian Vettel, quien posteriormente escribiría su nombre entre los mejores pilotos de la historia de la categoría tras granar cuatro campeonatos consecutivos con Red Bull (2010-2013).

Aquel accidente marcaría el paso de Robert Kubica en la Fórmula 1, ya que tal situación de peligro es difícilmente olvidable tanto por parte de los aficionados como del propio piloto. Sin embargo, en 2011 sufrió otro percance mientras disputaba el Rallye Ronde di Andora en el norte de Italia. Las graves lesiones que sufrió en su mano significaron el abandono de su trayectoria en F1 hasta la temporada 2019, año en el que volvió a correr con Williams.