Verstappen no da opción en su casa entre los fallos de Ferrari y la remontada de Fernando Alonso

La Fórmula 1 igual puede estar aburrida que tener varias luchas a la vez. Pasar de que no pase nada a que pase todo. Y en los Países Bajos casi que la victoria de Verstappen en su casa, ante el delirio neerlandés, fue lo de menos. Porque hubo tantas cosas que cuesta sumarlas. Ganó el líder y vigente (y próximo) campeón del mundo. Russell y Leclerc le acompañaron en el podio. Sainz no estuvo ahí, se lo quitó Ferrari. Carlos vivió un vía crucis en el circuito de Zandvoort por culpa de su equipo. Acabó octavo por las sanciones que fue sumando. Mejor le fue a Fernando Alonso, que terminó sexto cuando salía decimotercero.

La salida fue totalmente limpia a excepción de un pequeño roce entre Hamilton y Sainz que nos recordó al choque de hace una semana del inglés con Alonso. Lewis en este caso levantó el pie y lo que hubo solo un pequeñísimo toque quizá sabiendo que ya la lío en la carrera anterior. No le arruinó la carrera Hamilton a Sainz porque para eso ya estaba Ferrari. Cuando el español entró a boxes, en la vuelta 15, la escudería italiana volvió a protagonizar uno de sus enésimos desastres pero este fue ya otro nivel. Mandaron a boxes a Carlos y cuando el coche llegó se les había olvidado una rueda en el taller. No había neumático, tuvieron que ir a por ello y la parada acabó durando 13 segundos cuando lo normal es 2,5. Pero qué entenderá de normalidad Ferrari, que está haciendo un Mundial bochornoso en sus propias decisiones.

La emoción de esta carrera estuvo en la lucha de los Mercedes con Verstappen, que vio peligrar la victoria por momentos en su casa. Con Ferrari fuera de la lucha por el triunfo, Hamilton lideró la carrera durante muchas vueltas con otra estrategia y tuvo un deja vu de Abu Dhabi 2021 porque 'Checo' Pérez se defendió a tope y casi estuvieron de tocarse. El inglés partía en desventaja en la lucha por el triunfo con Verstappen, al que encima le ayudó un surrealista Virtual Safety Car que provocó Tsunoda.

Show de Tsunoda

Lo que hizo el japonés fue de risa. Inexplicable. En el ecuador de la carrera de repente paró su Alpha Tauri a un lado del circuito. Dijo por radio que había notado un problema con el neumático, que no estaba bien puesto, y por eso se paró como si aquello fuera una autovía que te vas al arcén a solucionar tus problemas. Por radio le dijeron que no, que su coche estaba perfectamente y entonces Tsunoda arrancó y reanudó la marcha. El problema es que no se colocó el cinturón ni los elementos de seguridad, que se los habría quitado antes. Entró a boxes y su equipo le toqueteó todo el monoplaza. Salió a pista y a las cuatro curvas volvió a pararse. Y como lo hizo muy cerca del trazado Dirección de Carrera puso un Virtual Safety Car.

Nada más acabar esa situación Fernando Alonso, que iba noveno (partió 13º), comenzó a firmar vueltas rápidas como si estuviéramos en la Fórmula 1 de hace diez años. Y él iba ahí con su Alpine que no es el Ferrari de 2012, todo lo contrario. Tuvo una lucha el español con Norris en la que se fue a la tierra y para continuar el disparate de carrera Bottas aparcó su monoplaza al final de la recta de salida, por lo que se sacó un Coche de Seguridad que volvió a cambiar la carrera. El Safety Car comenzó a pasar por el pit-lane para no ir por el lugar donde estaba el monoplaza parado y ahí Ferrari cometió otro disparate: cuando Sainz paró -aprovechó el paso por boxes para hacerlo- le sacaron justo cuando Fernando Alonso pasaba. Eso conlleva sanción (cinco segundos), pero es que el madrileño ya arrastraba un problema anterior al adelantar a Ocon justo cuando se colocaron las primeras banderas amarillas por la 'parada' en pista de Bottas. No fue el Gran Premio de Sainz.

Al retomarse la carrera sin Safety Car Verstappen adelantó en la misma línea de meta a Hamilton, en el primer centímetro donde se podía. El neerlandés tenía ganas al británico, su gran rival el año pasado, y más estando en casa. A Lewis, que iba primero tras el Coche de Seguridad, le adelantó también su compañero Russell y Leclerc, por lo que se quedó sin podio con un cabreo descomunal por la estrategia de Mercedes. Sainz finalizó quinto en carrera, pero por las sanciones que arrastraba acabó octavo. Alonso, que terminó séptimo, sumó una posición por el castigo de su compatriota y fue sexto cuando salió 13º.