El haraquiri de Ferrari y los 15 segundos con los que quitan otro podio a Carlos Sainz
No se recuerda un campeonato en el que un equipo grande, con un coche para competir por la victoria, cometa tantos errores
Cuando un Ferrari entra en boxes la Fórmula 1 se echa a temblar, especialmente Charles Leclerc y Carlos Sainz que son quienes sufren el desastre de la escudería italiana. Sabe que habrá fallos y raro es la carrera en la que los mecánicos hacen bien las cosas. No fue el caso en el GP de los Países Bajos, en el que nuevamente Ferrari fue la imagen de los errores. Nuevamente, fue el equipo el que se hizo el haraquiri en un Mundial que se recordará, además de por la gran superioridad de Verstappen por la acumulación de despropósitos de Ferrari.
No se recuerda un campeonato en el que un equipo grande, con un coche para competir por la victoria, cometa tantos errores. No es que tenga un fallo como siempre se puede tener, es que Ferrari se ha instalado en el disparate. Fallan en todo: estrategias, elección de neumáticos, paradas en boxes... Si bien es verdad que es Sainz es el que más lo sufre, Leclerc también padece los enormes problemas de una escudería que lo fue todo en la F1 y que ahora protagoniza más memes que victorias.
Mattia Binotto, jefe del equipo y cara visible de Ferrari, es ya la imagen del fracaso en la Fórmula 1. Tanto que ya son varios los rumores que acompañan al paddock de que él no será el próximo líder de la escudería. Posiblemente, se decida en esta semana y especialmente el próximo domingo porque ahí Ferrari ya está con la soga al cuello: es el Gran Premio de Italia, en Monza, territorio ferrarista. Y si ahí hacen lo que llevan perpetrando en las últimas carreras, la bronca puede ser de época. Y lo peor para Ferrari es que ya no podrán esconderse en su monoplaza. Durante algunos años en la última década se basaron en que no tenían coche para competir, pero este año sí lo hay. Y es el propio equipo quien con sus decisiones ha regalado no solo el Mundial a Verstappen y Red Bull sino también numerosos podios.
Lo que le hicieron a Sainz en el Circuito de Zandvoort fue ya el haraquiri total, la demostración de que algo muy relevante falla ahí. Le robaron a Sainz un podio en base a 15 segundos que el español perdió por la única y exclusiva acción de Ferrari. Los 10 primeros fueron por el caso más claro de que el equipo no está presente en este Mundial: mandaron al coche a boxes y resulta que fueron a hacer el cambio de neumáticos sin uno de ellos. Una rueda se les había olvidado y mantuvieron 13 segundos a Sainz en la parada cuando normalmente –y ya es mucho– se hace en tres. Le llamaron «extremadamente tarde y no estaban listos», dijo Sainz. Los otros 5 segundos que Ferrari le quitó al español fueron por sacar de la parada al piloto justo cuando llegaba otro (Fernando Alonso) por el pit-lane. Se llama unsafe release y eso es sanción de manual y así fue. Y lo peor es que es la segunda vez que Ferrari se lo hace a Sainz en las últimas cuatro carreras.
La suma de esta pérdida de tiempo –15– supone que Carlos Sainz, que finalizó octavo, habría acabado en el podio, en la misma tercera posición en la que salió. El español entró a meta a 20,9 segundos de Verstappen. Si se le quita los 15 segundos que Ferrari le quitó hubiera quedado a 5,9 en cuentas fáciles, tiempo suficiente para entrar por delante de su compañero Leclerc. Sin embargo, casi que lo peor no fueron los fallos, sino la extraña complacencia de Ferrari y la poca autocrítica.
Mattia Binotto en su análisis de la carrera vino a decir que ninguno de los pilotos había aprovechado el rendimiento del coche que el equipo le había ofrecido. Si bien señaló el «desastre» que había ocurrido con Sainz, resulta obsceno que el día en el que le quitas 15 segundos a tus pilotos por tus decisiones hables de que el problema es de ellos. Así se entiende el haraquiri.