Ayuso se abraza a la Fórmula 1 en el Jarama, el circuito con el que puede quitar a Cataluña la carrera

Son 41 los años que han pasado desde que se disputara la última carrera de Fórmula 1 en Madrid. Pocos lo recordarán, especialmente la inmensa mayoría de aficionados a este deporte que llegaron de la mano de Fernando Alonso a inicios del presente siglo, pero durante la década de los 60 y 70 era Madrid, con el circuito del Jarama, la sede de un Gran Premio de España que lleva 32 años ininterrumpidos albergándose en Barcelona (Montmeló) y que serán al menos 36 porque hasta 2026 este trazado tiene contrato con la Fórmula 1.

Es esa fecha, 2026, en la que la Comunidad de Madrid ha puesto sus planes para que la categoría reina del motor vuelva a Madrid. Y ya no es un simple rumor ni una vieja aspiración, es un proyecto que está en marcha, aunque sea de forma muy inicial. «Muy al comienzo», para ser exactos, según Isabel Díaz Ayuso, que ha confirmado que quiere la F1 en Madrid porque es «un motor económico» ya que este deporte «tiene mucha afición» y «atrae turismo». Para ello se hablará con instituciones públicas y privadas y se hará un esfuerzo para que uno de los principales eventos deportivos anuales tenga hueco en Madrid.

La Comunidad lleva tiempo dejándose querer. Ya en junio el Gobierno regional mandó una carta a Stefano Domenicali, presidente y consejero delegado de la Fórmula 1, en la que le explicaba que hay un gran interés y le detallaba algo básico para acoger un Gran Premio: «Un sistema de transportes eficiente, buen clima, atractivos culturales, gastronómicos y del entorno natural» así como otros parámetros fundamentales para albergar una carrera de la Fórmula 1, como «una buena infraestructura hotelera y una oferta comercial muy diversa con una libertad de horaria única». Lo que era una carta son ya «conversaciones», ha desvelado Díaz Ayuso.

La principal duda ya está resuelta: si hay carrera en Madrid será en el histórico circuito del Jarama, sede de nueve carreras del Mundial de F1 –hace ya más de cuatro décadas– y único circuito que cumple con los parámetros para albergar una carrera... con muchas condiciones. Y es que tal y como está ahora sería imposible que acogiera una carrera. Necesita muchos cambios, desde más seguridad hasta lo más básico, la reforma de un trazado que sigue siendo el mismo que cuando se creó en 1967. Hay que modificar por completo las instalaciones, los accesos, añadir muchas más gradas, hacer escapatorias, incrementar incluso el trazado y dotarlo de una seguridad fundamental en la Fórmula 1, aunque esto se arregla, para resumirlo simplemente, con un gran desembolso económico, unos 50 millones de euros, menor que el de si se haría en un circuito nuevo (estuvo la idea de hacer uno urbano en la zona del Ifema).

El circuito del Jarama es propiedad del RACE (Real Automóvil Club de España), que da el ok a la llegada de la Fórmula 1. También gusta la idea a la propia F1, con Domenicali a la cabeza, que ve en Madrid una nueva zona de negocio. A la actual Fórmula 1 le interesa mucho abrir nuevos horizontes, colocar novedades en el calendario y atraer ideas que vayan actualizando el deporte. Todo lo que de dinero, en resumen, o más dinero que lo que ingresan ahora. Ya se han iniciado los contactos, hay sintonía y la fecha de 2027 está encima de la mesa. Y es que no se cuenta con que España pueda albergar dos Grandes Premios, algo que ahora solo tiene –y se acaba de conocer el calendario para 2023– Estados Unidos e Italia.

El espejo de los Países Bajos

Madrid se fija en los Países Bajos, donde ha irrumpido una afición tremenda por la Fórmula 1 al tener al mejor de todos los pilotos, el último y próximo campeón del mundo, Max Verstappen. El caso es muy similar. El circuito de Zandvoort regresó a la F1 en 2021 tras 36 años sin aparecer por allí y ese trazado es similar al del Jarama en el sentido que estaba 'abandonado' y que volvió tras el beneplácito de quienes mandan en este deporte para abrir una nueva ventana. Se da la circunstancia además que el diseñador de los dos circuitos, Jarama y Zandvoort, es el mismo, John Hugenholtz.

El Jarama tiene un problema, eso sí, que debería resolver. Cuando se creó, en 1967, se hizo en una zona de matorrales, sin nada al lado. Ahora tiene urbanizaciones colindantes, pertenecientes al término municipal de San Sebastián de los Reyes, e incluso se ha llegado a prohibir que en algunos tramos del circuito se supere el máximo de decibelios por ese motivo.

La batalla con Cataluña

Entra aquí ya el asunto político. Si Madrid tiene una carrera de Fórmula 1 será a detrimento de Barcelona. Aunque Ayuso no quiere que así sea. Y es que sería muy raro, prácticamente imposible, que se aceptara que España tuviera dos carreras, solo viable en el apogeo de Fernando Alonso y cuando Valencia albergó durante tres años el GP de Europa, denominación que ya no existe en la Fórmula 1. Este deporte está ahora abierto al negocio asiático y norteamericano y en Europa tiene sus circuitos y fechas fijas. Juega con una ventaja Madrid: pese a que se renovó hasta 2026 a la F1 no le llega a gustar Montmeló, circuito lejos del rendimiento económico y deportivo que dan tantos otros en una temporada.

Lo que bien podría ser una pelea política, en una batalla Madrid-Cataluña por tener el GP de España de Fórmula 1, Díaz Ayuso se encarga de atajarlo: «No queremos competir con nadie en este sentido», ha dicho la presidenta, que ha especificado que la idea de traer a la Comunidad de Madrid este deporte no se hace «en detrimento de Cataluña». Pero indudablemente acabará, si va hacía delante, en una indudable lucha entre unos y otros, porque GP de España solo habrá uno y porque a la F1 no le interesa la bicefalia en nuestro país.