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El Ferrari de Charles Leclerc en el trazado urbano del GP de SingapurEFE

Más de 30.000 dólares para vivir el desenfreno de la Fórmula 1 en Singapur

Este Gran Premio se convirtió hace 14 años en toda una revolución en este deporte

Singapur se convirtió hace 14 años en toda una revolución en la Fórmula 1. Hoy en día estamos más acostumbrados a carreras nocturnas -tanto en F1 como en MotoGP- pero en 2008 nunca se había hecho. El país asiático, uno de los países con mayor renta per cápita del planeta, fue el primero que vio que la Fórmula 1 se encaminaba a un modelo total de negocio económico y que innovar con un Gran Premio por la noche era iniciar el futuro de este deporte.

Acertaron de pleno, en aquél 2008 ganó Fernando Alonso con el famoso crashgate- el escándalo que el equipo Renault, a las órdenes de Flavio Briatore, protagonizó haciendo estrellar a Nelson Piquet Jr. para que Alonso, que salía muy atrás, se viera beneficiado por el coche de seguridad-, e inició Singapur una época de derroche económico. El GP de Singapur de F1 además de un evento deportivo es una ocasión de oro para el derroche por parte de los más adinerados, con paquetes que incluyen lugares privilegiados para ver las carreras y fiestas VIP con precios que superan los 30.000 dólares.

La isla, que estuvo prácticamente cerrada al exterior los dos primeros años de pandemia, ha visto en el circuito de Marina Bay, sede del Gran Premio de Singapur, una oportunidad sin parangón para reabrirse al mundo a lo grande. El pequeño país, de menos de 5,7 millones de habitantes y planificador hasta la médula, ha utilizado el gancho de la competición para organizar conferencias de alto nivel en paralelo, como el foro Time100 de liderazgo, la cita financiera SuperReturnAsia y la Semana Cripto en Asia.

En total, serán cerca de 100.000 visitantes extra, según cálculos de la Oficina Nacional de Turismo, muchos de ellos multimillonarios y ejecutivos de grandes empresas, que tendrán acceso a las actividades organizadas con motivo de la Fórmula 1, como megafiestas en los clubes más selectos de la isla o los conciertos de Green Day, Black Eye Peas, Marshmello y Westlife. Y es que hay mucho más en la Fórmula 1 de lo que se ve en las carreras.

En Singapur por la conferencia sobre criptomonedas, el empresario estadounidense Rembrandt Flores no escatimará recursos en la que será su primera Fórmula 1 de Singapur, y afirma al diario The Straits Times haber comprado un paquete que le permite un lugar privilegiado para seguir las carreras, comidas en exclusivos restaurantes y acceso a las fiestas más privadas por 30.000 dólares. «Es un espectáculo de lo mejor y no puedo esperar a disfrutar la experiencia», declaró a este medio.

El show en torno a la F1 no es apto para todos los bolsillos y está cada vez más destinado a los visitantes de fuera, con un total previsto de 300.000 espectadores este año -cifras no vistas en la ciudad-Estado desde la inauguración del campeonato en 2008-. Esta alta demanda infla los precios del transporte o el ocio nocturno de la isla, lo que también invita a muchos a quedarse en casa hasta que la Fórmula Uno llegue a la meta y Singapur recobre su habitual orden