Hamilton amenaza con dejar la Fórmula 1 si no le dejan dar mensajes políticos

a finales del pasado año, y como medida a instaurar ya en 2023, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) estableció un veto en la Fórmula 1: los pilotos no podrán hacer ningún tipo de declaración política (tampoco religiosa) durante los Grandes Premios. Esta era una medida claramente dirigida a evitar ciertos mensajes que en los últimos tiempos se han hecho muy protagonistas en la F1 sin nada tener que ver con este deporte.

Cuando se sacó adelante todos pensaron lo mismo: era una norma 'anti-Hamilton'. El inglés ha sido el que más se ha movilizado en este sentido, continuamente apareciendo en carreras con camisetas con contenido político (una vez llevó así el texto «arresten a los policías que mataron a Breonna Taylor» en referencia a una mujer negra estadounidense asesinada a tiros) o con gestos como el de poner la rodilla al suelo que mundialmente se ha compartido condenando la muerte de George Floyd y como símbolo ante el racismo.

La amenaza de Hamilton

Si la Fórmula 1 lo hizo por Hamilton (aunque no es el único piloto que lo hacía, también Vettel –ya retirado– utilizaba las carreras para ello) al menos el inglés se ha dado por aludido. Y es que el siete veces campeón del mundo amenaza ahora a la F1 con dejarlo si de verdad se saca adelante esta norma en esos términos. «Si no puedo defender los derechos humanos y no puedo continuar con lo que he estado haciendo estos años prefiero no correr más», ha dicho Hamilton, que justo este sábado cumple 38 años, en declaraciones recogidas por el New York Times.

El de Mercedes, que en 2023 cumplirá su 17ª temporada en la Fórmula 1, da el primer amago de dejar la competición porque «si no puedo hablar de esos temas tan delicados no tendrán la repercusión que deben tener» y critica a la F1 por tomar una decisión así ya que «es triste ver que estas cosas todavía existen a día de hoy». Hamilton siempre se ha caracterizado por querer ser la cara visible de ciertas reivindicaciones sociales que ahora no tendrían cabida.

«Me siento empoderado para ponerme de pie y hablar abiertamente sobre cualquier tema. Independientemente del resultado, sé que siempre hay que decir y hacer cosas porque mucha gente está sufriendo», ha añadido un Hamilton que no tiene miedo a sanciones: lo que quiere es ser «libre» para expresar sus ideas siempre que las haga con respeto. Y si no le dejan hacerlas avisa de que podría dejarlo. Otra cosa es hasta qué punto de verdad puede ser viable esta amenaza. Es, realmente, algo más que improbable.

Si no puedo defender los derechos humanos y no puedo continuar con lo que he estado haciendo estos años prefiero no correr másLewis Hamilton

La Fórmula 1 no quiere ningún tipo de pronunciamientos de contenido político y por eso en su proyecto de normas para la próxima temporada añadió ese veto para que nadie lleve ningún símbolo más allá del deportivo. Eso sí, los pilotos podían estar exentos de esta regla si obtienen «la aprobación previa por escrito de la FIA para las competiciones internacionales». Es decir, si Hamilton avisa con anterioridad de que se va a poner una camiseta o va a hacer algún gesto sin relación con la F1, podrían aceptarlo y que lo hiciera. Pero es la propia FIA quien ya sabrá que va a hacer y quien podrá aceptarlo o no.

Siendo la Federación Internacional quien ha promovido esta norma, hay que recordar que la Fórmula 1 desde hace ya muchos años busca la forma de dejar la política al lado y de que nada de lo que esté a su alcance sea recordado por otro asunto que no sea el de la carrera. Bien lo sabe Jerez de la Frontera: en 1997 al alcalde Pedro Pacheco no se le ocurrió otra cosa que irrumpir en el palco para dar premios porque era la autoridad de la ciudad, la FIA le dijo que no era lugar para políticos, él siguió allí y la FIA acabó sancionando al circuito sin carrera para los próximos años, algo que se ha seguido cumpliendo hasta ahora.