Los entrenamientos para el Gran Premio de Arabia Saudí se convierten en una trampa para los pilotos
La estrechez del circuito ha provocado varios momentos de peligro con los coches doblados
Alonso se permite soñar después de acabar segundo en los entrenamientos del viernes
«Ha sido peligroso». Carlos Sainz se quejaba por radio durante los entrenamientos libres que inauguraban el Gran Premio de Arabia Saudí 2023. El piloto español se encontraba con un monoplaza mucho más lento a la salida de una curva y a punto estaba de llevárselo por delante a una altísima velocidad. Escenas como esa se han repetido varias veces a lo largo de todo el viernes.
El circuito urbano de Yeda se caracteriza por su estrechez, pero también por su velocidad. Las curvas entrelazas permiten a los pilotos apurar y la presencia de doblados en la pista supone un peligro añadido. Durante los entrenamientos libres, todos los equipos tienen una hora para probar configuraciones y se forman verdaderos «atascos» sobre el trazado. Los pilotos en vuelta rápida tienen que esquivar a los que están preparándose para realizarla y que están obligados a apartarse.
Sin embargo, en un circuito como este es más difícil dejar el suficiente espacio en la trazada limpia. Además, la sucesión de curvas reduce la velocidad de ambos, los que se lanzan al sprint y los que esperan su momento. Durante todo el viernes se escucharon quejas de todo tipo en las radios de los equipos, con mejor o peor humor por parte de los pilotos.
Las escuderías tendrán que tener en cuenta el factor tráfico a la hora de preparar sus estrategias para la ronda de clasificación. Superar la Q1 puede depender de encontrarse, o no, monoplazas obstaculizando la pista.