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Fernando Alonso celebra su victoria el Gran Premio de Italia de 2010AFP

La victoria en Monza con la que Fernando Alonso devolvió las esperanzas a todo un país

Para aquellos italianos que aman la velocidad Monza es mucho más que un circuito. Es un templo, una pista icónica en la que los monoplazas de Ferrari siempre tienen que dar un poco más. Una victoria en Italia vestido de rojo siempre es especial, pero si el campeonato del mundo está en juego, la pasión todavía es mayor. Todos esos factores se sumaron aquella tarde de 2010 en la Fernando Alonso subió al podio del Autodromo Nazionale y desató la euforia de la multitud que abarrotaba el kilómetro de pista que tenía frente a él.

En su primer año con Ferrari, el asturiano tuvo la posibilidad de ganar su tercer título mundial. A falta de seis carreras, el gran circo desembarcaba en Italia con Alonso 40 puntos por detrás del líder del campeonato, que en aquel momento era Lewis Hamilton. Su monoplaza no era, ni de lejos, el mejor sobre la pista y tanto el McLaren-Mercedes como el Red Bull le superaban. Sin embargo, el español siempre supo sacar un plus a sus coches.

Los tifosi italianos tomaron el circuito de Monza para celebrar la victoria de Fernando AlonsoAFP

En Monza, el monoplaza del cavallino rampante sacó a relucir toda su potencia y permitió al español brillar. Fernando Alonso consiguió la pole por delante de Jenson Button y su compañero Felipe Massa y durante la carrera dominó de principio a fin. El espectáculo llegaría después de ver la bandera a cuadros.

Pasión desbordada en Monza

Ansiosos por encontrar al piloto que devolviese la gloria a Ferrari, los tifosi italianos se rindieron pronto a la calidad de Fernando Alonso. La victoria en Monza selló ese amor mutuo y provocó un estallido de alegría en el icónico circuito. La ceremonia en el podio fue masiva, con miles de personas en una recta de meta que, con su kilómetro de distancia, se quedó corta.

El triunfo en el Gran Premio de Italia fue el comienzo de la remontada para el asturiano y el final del dominio de Hamilton, que cedió el liderato a Mark Webber. Alonso sumo una segunda victoria consecutiva en Singapur y redujo a once puntos la distancia con la cabeza de la tabla. En paralelo a su sprint, el de Vettel, que llegó a la última prueba de la temporada con posibilidad lejanas de éxito.

La última carrera, en Abu Dabi, puso la guinda con el duelo a cuatro en el que se acabó imponiendo el alemán. Solo cuatro puntos separaron a Alonso del título, una dura derrota que se repetiría en 2012, también luciendo los colores de Ferrari. Pese a todo, el asturiano es reconocido como leyenda en Maranello. Victorias como la de Monza en 2010 son argumentos de peso.