Fernando Alonso y el año en el que puso patas arriba la F1 con un regreso soñado

No llegó la ansiada 33 –una victoria–, pero Fernando Alonso ha logrado en la Fórmula 1 lo que ya parecía imposible: hacer vibrar otra vez a este país con este deporte y retroceder a los aficionados 20 años atrás, época en la que el asturiano luchaba por las victorias, estaba en los podios y hacía magia sobre el volante.

Acabada la temporada, el sabor quizá es amargo. No llegó el triunfo que era el gran sueño y se fue de más a menos. Se arrancó de forma espectacular, se plantó cara a Verstappen y hasta el verano el Aston Martin fue el coche más competitivo tras el inalcanzable Red Bull. Pero después, en el segundo tramo de la temporada, el monoplaza fue superado por otros tres equipos –Ferrari, Mercedes y McLaren– y por eso el sabor amargo.

Pero que esa sea la sensación cuando Fernando Alonso ha finalizado cuarto en el Mundial es la mejor muestra de la grandeza del piloto español, uno de los deportistas que más mueve a nivel mediático y social. Un cuarto puesto en el Mundial y nos sabe a poco. Nos ha malacostumbrado a los éxitos.

La realidad es que tras una década de malos resultados, especialmente con unos años durísimos en los que se luchaba por quedar en décima posición, en este 2023 nos encontramos con un regalo: ver a Fernando Alonso otra vez luchando con los mejores. Aston Martin le dio un buen coche y él, con 42 años, protagonizó grandes adelantamientos y escenas que forman ya parte de la historia moderna de la F1. Alonso ha regalado espectáculo, algo que hace falta en este deporte y más cuando existe un dominio tan apabullante como el de Max Verstappen.

El asturiano ha firmado nueve podios esta temporada, de los que tres han sido segundos puestos, en Mónaco (dónde se fue de verdad la victoria, era ahí la 33), en Canadá y en Países Bajos. Ha quedado cuarto en el Mundial, a 28 puntos de Hamilton, que le superó por el mencionado segundo tramo de la temporada, muy malo de Alonso. Fernando ha acabado con los mismos puntos que Leclerc, uno más que Norris y seis por encima de Sainz.

Los datos son muy buenos y la nota es de notable alto. El calificativo subiría a excelente, un 9 mínimo, si lo comparamos con lo que venía haciendo en los últimos años: fue noveno en 2022, décimo en 2021 y no lograba una mejor clasificación en F1 desde 2013, cuando fue subcampeón del mundo. Esta temporada ha sido mejor que las siete anteriores. Alonso lo lleva incluso hasta 2012: «Ha sido de 10. Junto a 2012 no recuerdo una temporada tan buena como ésta».

El único pero, y de ahí el sabor amargo, es que cuando la F1 se fue al parón veraniego de agosto Fernando Alonso era tercero en el Mundial, sacaba diferencia al resto e incluso se creyó –porque así lo decían los datos– que era posible quitarle el segundo puesto a 'Checo' Pérez. Desde Países Bajos, y ya entrando el otoño, el Aston Martin fue hacia abajo, Alonso perdió su renta y acaba cuarto y gracias, porque bien pudo ser séptimo. Salvó ese puesto en la carrera de este domingo en Abu Dabi, última de un año que no por ello deja de ser inolvidable.

Si retrocedemos un año exacto, al final del Mundial 2022, no había ninguna esperanza con Fernando. Ya se sabía que correría en Aston Martin, una escudería que había quedado penúltima esa temporada. Dejaba Alpine por el equipo británico, del que no se sabía nada. Ni mucho menos alguien se podía imaginar lo que vino después. La grandeza de Alonso es haber recuperado la pasión por la F1 y hacer vibrar a miles de españoles que le acompañaron este año. Más allá de un puesto u otro, la clave estuvo en cómo Fernando recordó lo que era la magia con su pilotaje.

El mejor ejemplo de cómo la F1 recuperó su enorme poderío en España se vio en nuestro Gran Premio, el de Barcelona, donde se vio que la 'alonsomanía' había regresado en la unión de quienes la disfrutaron en los primeros años del siglo y las nuevas generaciones, que se daban cuenta de verdad que ese piloto tenía algo especial.

Y es que cuántas veces se ha escuchado en los últimos años que Alonso ya estaba acabado, que se dejara de repetir aquello de que era el mejor, que eso era cosa del pasado. En cuánto le dieron un coche aceptable, que funcionaba y corría, regresó al podio y acaba cuarto en el Mundial. Todo un hito. A pensar en 2024, donde otra vez habrá un sueño: la 33. Y si puede ser la 34 y la 35, mejor.