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Carlos Sainz y Checo PérezFormula 1

Carlos Sainz y Checo Pérez, las dos caras de la injusta Fórmula 1

Han pasado 16 años desde que Ferrari logró ganar el Mundial de Constructores. La marca italiana atraviesa un largo camino por el desierto que podría llegar a su fin esta temporada. Charles Leclerc y Carlos Sainz forman una dupla consistente, suman puntos con regularidad y, aprovechando el paso adelante de su monoplaza, acumulan cinco victorias en grandes premios.

El premio a la mejor escudería se cimenta sobre el trabajo en equipo. Los dos pilotos tienen que sumar para no verse superados por otras marcas, como está ocurriendo con Red Bull. Unos y otros son la cara y la cruz en esta categoría y Carlos Sainz y Sergio Pérez personifican las injusticias de la Fórmula 1: el 'premio' para el buen hacer del español será dejar Ferrari, mientras que el mexicano sigue acumulando malos resultados al tiempo que se aferra a su volante austriaco.

La victoria del madrileño en el Gran Premio de México fue tildada de «masterclass» por sus jefes. Dominio absoluto durante todo el fin de semana y valiente adelantamiento a Max Verstappen a modo de golpe en la mesa. Sainz sigue demostrando que tiene potencial para pelear con los mejores de la categoría y saca los colores a un equipo que decidió prescindir de él antes de comenzar la temporada.

Sorprendió el tempranero anuncio de Ferrari. En Maranello despiden a un joven talento para apostar por Hamilton, un veterano que ya lo ha ganado todo. Si la noticia ya recibió críticas en su momento, más acumula ahora después de la sólida labor de Sainz, que suma dos primeros puestos y cinco podios en una temporada especialmente disputada.

La eterna cuerda floja

Si Sainz está siendo un factor fundamental para que Ferrari pueda competir el Mundial de constructores, Sergio Pérez es su antítesis en Red Bull. La marca de bebidas energéticas ya no domina como en años anteriores y el mexicano no consigue sacar un mínimo de rendimiento a su monoplaza. Todo lo que obtiene Max Verstappen, luchando contra todos para lograr su cuarto título, lo pierde Checo con una sucesión de actuaciones decepcionantes e impropias del coche que conduce.

En la carrera de su casa, la de México, Pérez quedó fuera en la primera tanda de la clasificación y el domingo las cosas no fueron mucho mejor: penalización por colocarse mal en la parrilla, problemas para adelantar a monoplazas mucho más lentos y hasta choques con jóvenes como Liam Lawson, que sigue haciendo «amigos» en la pista y que ya ha sido increpado por gallos como Fernando Alonso. La sucesión de incidentes lo llevaron a terminar el gran premio en última posición.

Así las cosas, la situación de Sergio Pérez en Red Bull sigue siendo totalmente incómoda. Pese a los continuos rumores, el mexicano renovó a mitad de temporada. Sin embargo, la firma no ha acallado las voces que dudan de su idoneidad. Su compañero lidera el Mundial y él solo puede ser octavo y con 150 puntos menos que el holandés. Su imagen está muy tocada, pero parece que sus apoyos externos siguen pesando más.

Pese a todo, su asiento sigue estando entre los más codiciados de la parrilla y los responsables de la marca austriaca siguen lanzando mensajes dudosos. El último en pronunciarse ha sido el mismísimo Christian Horner, que ya habla de «tomar decisiones difíciles».

Si Pérez acaba por salir de Red Bull tendrá poco tiempo para buscar una acomodo dentro de una parrilla en la que quedan escasas vacantes y donde hasta Carlos Sainz ha tenido problemas para asentarse, recalando finalmente en un Williams que no pasa por su mejor momento.