A once puntos del líder, pero cantando

Joan Laporta vivía este martes su deseado baño de masas en el Camp Nou. Ante 10.000 aficionados, como en las famosas noches de Luz de Gas, el presidente cogió el micrófono y comenzó a cantar las letras del himno del Barça junto a Xavi que tímidamente le seguía en los acordes ¿En qué momento el presidente del Barça se convirtió en una chirigota de carnaval?

El Atlético de Madrid recurrió a Simeone ante una situación deportiva muy similar, en silencio, con mucha gente esperándole en el aeropuerto, y con un discurso similar al de Xavi pero sin un show que será recordado por varias generaciones si las cosas se tuercen. Llegó Zidane al Bernabéu y la puesta en escena no dejó lugar ni a festejos ni mucho menos a cánticos.

Asumamos esto como un pequeño contratiempo y analicemos las palabras de Xavi, que deja en el aire dos cuestiones importantes: que el Barça no entrena. Y no lo hace porque los pesos pesados así lo han querido.

Lo segundo y quizá más relevante, Xavi se disfrazó de Guardiola para calcar su discurso. Se trata de dos emblemas que llegaron al banquillo en momentos complicados y tiraron de mano dura para convencer a un vestuario que estaba huérfano de mitos. Pep exigió la salida de Eto’o, Deco y Ronaldinho, tres estrellas, pero tres díscolos que imponían su ley en el vestuario.

¿Qué hará Xavi? Lo primero que dijo fue: «Cuando he tenido normas, ha ido bien. Y cuando no, hemos ido mal. Hay que ponerlas y cumplirlas». ¿Eso va para todos? ¿O para casi todos? ¿Será el nuevo entrenador de los culés partidario de Mundiales de Globos o partidas de póker nocturnas? Con la Copa Davis en el horizonte habrá que ver si la mano dura del de Terrassa se aplica o se queda solo en papel mojado.