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El canterano es uno de los referentes de las nuevas generaciones blancasGTRES

Lucas Vázquez: un futbolista discreto que siempre se cuela en los planes de sus entrenadores

Su disciplinado trabajo y su polivalencia le han hecho tener siempre un hueco desde Rafa Benítez a Carlo Ancelotti

Lucas Vázquez empezó a dar sus primeros pasos en el fútbol en el comedor del restaurante de su tío, que convertía junto a su hermano y su primo Jacobo, que hacía de portero, en un campo de Primera División. El sueño se hizo realidad y llegó al Real Madrid en 2007 siendo un juvenil. Lleva desde entonces instalado en Chamartín, salvo cuando probó suerte en Cornellá. Ya en los partidos del Castilla apuntaba maneras, aunque tuvo un momento en el que se replanteó su carrera «En el Castilla, llegué a pensar que no valía».

Por suerte, ese problema quedó solventado y el gallego ha alcanzado la élite más absoluta. Hoy, Lucas vuelve a ser una temporada más un futbolista imprescindible en la plantilla merengue. Un jugador discreto, pero que siempre se cuela en los planes de los entrenadores blancos.

El gallego ha participado en 13 de los de 16 partidos disputados por el Madrid durante esta temporada, a pesar de no se considerado un titular indiscutible en ninguna de las demarcaciones donde suele jugar.

El comodín de todos sus entrenadores

Desde su regreso al equipo blanco tras un destacado año de cesión en el Espanyol ha sido siempre importante para el entrenador que ocupara el banquillo merengue: desde Rafa Benítez, a Solari, Zidane o Ancelotti. En su primer año sumó 33 encuentros que pasaron a 50 en la temporada 16-17. Con Zidane ganó cinco títulos y fue uno de los líderes de esa Unidad B que tantas alegrías dio al francés. En la 17-18 alcanzó su techo con 53 encuentros, ocho goles y dieciséis  asistencias que rubricó con su tercera Champions seguida.

Tras rozar de nuevo el medio centenar de encuentros en la 18-19 la temporada siguiente las lesiones le impidieron participar con más regularidad de la deseada pero al año siguiente, en la 20-21 fue recuperando el protagonismo perdido.

Lateral por obligación

Su polivalencia le abrió las puertas del lateral derecho, por las continuas lesiones de Carvajal. El buen rendimiento mostrado por Lucas, superando las dificultades que suponían establecerse en una posición nueva y cumpliendo a pesar de las numerosas que había en el equipo. Rindió a tal nivel que el club blanco dejó salir a Odriozola, segundo lateral derecho puro de la plantilla, convencido de que el gallego podría suplir al madrileño con plenas garantías. Y el tiempo le ha dado la razón. Lucas ha jugado ocho partidos como ‘2’ y cinco partidos como extremo. En total, 779 minutos repartidos en trece encuentros.

Uno de sus encuentros más destacados fue en el Clásico, en una plaza tan complicada como el Camp Nou, uno de esos encuentros donde más ojos hay puestos pendientes de lo que sucede sobre el césped. Frenó la banda izquierda culé y redondeó una brillante actuación con un gol, el único que lleva hasta el momento. En total, en los 253 partidos que Lucas Vázquez lleva con la camiseta del equipo merengue suma 27 goles y 54 asistencias.

Una renovación galáctica

Las grandes actuaciones del canterano cristalizó en una oferta de renovación con visos de que la continuidad del buen rendimiento de Lucas Vázquez siguiera teniendo recorrido en el club. Una continuidad que, al principio, no estuvo del todo garantizada. Finalmente, el club subió su oferta inicial y ofreció a Lucas Vázquez un aumento considerable de sus emolumentos: pasaría de cobrar tres millones de euros netos a cinco y un contrato hasta hasta 2024 y todo apunta a que seguirá vistiendo la camiseta blanca porque aunque los entrenadores del Madrid vayan pasando, el tiempo ha demostrado que Lucas Vázquez, siempre está.