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Di Stéfano con la Selección española en 1959

Sesenta y cinco años del debut de Di Stéfano con la Selección española

El 30 de enero de 1957 'la Saeta Rubia', quien nunca pudo jugar una Copa del Mundo, marcó tres goles en la victoria de España contra Holanda por 5-1 en Chamartín 

Dice Andrés Amorós en su Álbum de Cromos que: «Pelé podía lucir más malabarismos; Maradona, regates más geniales; Cruyff, más sutilezas... don Alfredo era otra cosa. Se definió una vez como «jugador de equipo», porque «ninguno es tan bueno como todos juntos». En su caso,  no se cumple la regla: él sí lo era. Usando términos taurinos, era «el más grande», como Marcial Lalanda; el «número uno», como Luis Miguel Dominguín...».

El mejor jugador de siempre fue jugador de la Selección española (y de la argentina), pero nunca participó en ningún campeonato mundial. Aquel día Kubala, que tampoco había nacido en España, se hizo la foto al inicio del partido junto a él. Di Stéfano jugó 31 partidos y marcó 23 goles con la camiseta española. Un récord que superó otro madridista, Emilio Butragueño. Viajó al Mundial de Chile de 1962, pero no pudo saltar al campo por lesión.

Di Stéfano con la camiseta de la Selección argentina

Diez años antes había debutado con la albiceleste, con la que participó en seis partidos, hasta que se nacionalizó español. Una truculenta historia la de la Saeta Rubia con los equipos nacionales y los campeonatos de selecciones digna de una maldición. Con Argentina un conflicto con Brasil, país organizador del Mundial de 1950, obligó al equipo a retirar su inscripción. En 1954 los argentinos no participaron en la Copa del Mundo de Suiza. 

Pelé, Maradona y la paradoja

Luego vino la nacionalización, pero los españoles no lograron clasificarse para Suecia en 1958. La oportunidad se perdió también en 1962 por lesión y en 1966 por el inevitable crepúsculo. Fue el azar el que no llevó a los Mundiales al futbolista más completo de la historia. Al delantero, al medio, al defensa y hasta al portero, lo que también fue cuando sustituyó en esa posición a Carrizo, en su época de River Plate. 

Una paradoja respecto al éxito de jugadores como Maradona y Pelé (sus competidores habituales en las disputas por quién ha sido el mejor de siempre) sobre todo este último, que fundamentó su gloria en las actuaciones y triunfos mundialistas en detrimento de las competiciones de clubes (nunca jugó en Europa) donde Di Stéfano alcanzó la gloria con el Real Madrid.