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Luuk de Jong, tras marcar el gol del empate final

El salvador De Jong, la antítesis del ADN Barça

El delantero holandés ha pasado de ser totalmente prescindible a imprescindible gracias a sus goles salvadores. Un ariete que está muy lejos de la filosofía de la que presume el conjunto culé

Luuk de Jong se ha convertido, contra todo pronóstico, en el salvador del FC Barcelona. El holandés atesora un total de 188 centímetros de altura, 1.880 milímetros de paciencia, de saber estar y de estar en el sitio que tenía que estar cuando casi nadie confía en él.

El Barça trajo en el mercado invernal a nada menos que tres atacantes con el fin de cubrir su puesto, mientras ofertaban al jugador a todo aquel que quería escuchar al club blaugrana. Tenía pie y medio en Cádiz, pero, ante su negativa a marcharse, el club le transmitió la idea de que sería el sexto delantero.

De 'hombre de Koeman' a decisivo

Sus haters le apodaron 'Luuk de Tronk'. Pero, ¿quién es el que está resolviendo la papeleta? Luuk de Jong, el delantero que lleva ya cinco goles en 750 minutos; es decir, un gol cada 150 minutos.

Se justificó su fichaje, pese a que era suplente en el Sevilla, diciendo que era una petición del entonces entrenador, Ronald Koeman, y cuando este fue cesado utilizaron ese argumento para denostarle.

Luuk de Jong es, a priori, lo opuesto al ADN Barça, la antítesis de Xavi o, quizás, ahora no tanto, porque fue él quien entró en el campo cuando llegaban mal dadas en el RCDE Stadium y envió a gol uno de los muchos balones a la olla que colgó el Barça, lo que salvó una racha de 13 años sin caer en el estadio periquito. De Jong no necesitó nada más que siete minutos para hacer el gol del empatar.

Puntuar como sea, el nuevo estilo Barça

El holandés se ha convertido en el salvador del Barça, algo que no es nuevo en las últimas jornadas. Salvó al equipo en Mallorca con un equipo plagado de jóvenes, volando más que nadie para darle con un gran cabezazo, los tres puntos a su equipo, como cuando saltó para empatar en Granada. Un total de cinco puntos que sin él no estarían en el casillero culé. También fue el que, con su gol, dio vida a su equipo en la Supercopa ante el Madrid, aunque fue un espejismo, ya que los suyos acabaron cayendo; y ante el Levante demostró que no solo su cabeza es capaz de salvar a su equipo.

Con Xavi en el banquillo se apostó por un estilo que se ha convertido en puntuar como se pueda. Algo que en los últimos años no es desconocido en Can Barça: ya lo hicieron Luis Enrique, Valverde, Koeman y ahora le toca a Xavi, que por mucha intención que tenga, está consiguiendo más puntos y goles gracias a Luuk de Jong que mediante el juego asociativo.

El delantero, por su parte, siempre ha mantenido la misma línea, la del trabajo en la sombra, en silencio, y rechazando cambiar de destino. Porque De Jong solo vuela cuando quiere y en el campo, el lugar donde hablan los delanteros.