Sanchís: «Fuera del Real Madrid hace mucho frío»
El capitán blanco visita la Redacción de El Debate y repasa su carrera y la actualidad del Real Madrid
Manuel Sanchís respiró madridismo desde la cuna. Su padre fue una leyenda del Real Madrid que transmitió a su hijo los valores del mejor club del siglo XX. Como en las buenas generaciones, el aprendiz superó al maestro.
Si el padre levantó la sexta Copa de Europa, el hijo levantó la séptima, la octava y a punto se quedó de levantar la novena. Además, formó parte de la Quinta del Buitre, los primeros galácticos que enamoraron al madridismo. Sanchís empezó con 18 años y se retiró con 36. Un auténtico One Club Man que suma, el tercero en el escalafón de partidos jugados con la elástica blanca. Quienes le conocen, le llaman 'El Liante' porque nunca para de organizar planes. De ahí que fuera tan buen futbolista como productor de ópera, aunque esto le resulte más difícil que dirigir un vestuario.
–18 años en el Real Madrid… ¿qué es más fácil: llegar o mantenerse?
–Mantenerse. Mira que llegar es difícil porque cuando se intenta reestructurar una plantilla, la mirada siempre va hacia fuera. Ya no te diría hacia fuera de Madrid, te diría hacia fuera de España. Una vez que estás allí te das cuenta de que temporada tras temporada, con esa dinámica que tiene el club de fichajes y de mirar al exterior el mantenerse se complica muchísimo.
Con la salida de Ramos se perdió la posibilidad de hacer madridismo
–¿Qué culpa tiene su padre de que usted fuera futbolista?
–En mi casa se vivía el Madrid desde que tengo uso de razón. Me dejó la suficiente libertad para tomar mis decisiones como para no convertir el que me gustase el fútbol como en el clásico problema entre padre e hijo.
–Tuvo un debut soñado, debutó y marcó. Sin embargo, tardó unos diez partidos en darse cuenta de que estaba jugando en el Real Madrid.
–Todo pasó demasiado rápido como para asumirlo. Jugaba en el Bernabéu sin tener la consciencia de lo que realmente estaba haciendo. Hubo un día que salí al campo antes del partido. De repente me di cuenta de que estaba en el Bernabéu y me supuso un choque que me perjudicó porque yo no estaba siendo de dónde estaba jugando y a partir de ese día empecé a serlo. Fue el último día que salí a un campo antes del partido.
Bale ha conseguido no tener el apego de la afición, ni del club ni de todo lo que significa el madridismo, porque en momentos en los que tenía que haber mostrado una forma de ser, no ha sido capaz de hacerlo
–Es de los pocos que ha jugado toda la vida en un mismo club, ¿es ahora cada vez más difícil ser un One Club Man?
–Sí, cada día se está convirtiendo en que sea más rara avis el jugador que empieza en un club y acaba en ese club. Primero porque para poder empezar y acabar, muchas. A veces necesitas que ese club sea tu objetivo, porque si empiezas en un club que lo quieres como puente para objetivos más grandes, ya te hace cambiar de club. Y lo segundo, por la propia dinámica de la que estamos hablando del Madrid.
–De ser un fan de las leyendas a convivir con ellas: Juanito, Camacho, Di Stéfano de entrenador...¿Qué sintió?
–Pues cuando entras en el vestuario haces un giro visual a lo que tienes alrededor y la verdad es que necesitas una personalidad, un poquito desarrollada para aguantar el tipo. Te presentas de repente vistiéndote al lado de los que hacía una semana eran todos tus ídolos. Eso convierte esos primeros días en días complicados, ¿quienes te lo pueden hacer un poquito más fácil? Ellos. Y tuvimos una suerte tremenda.
Me dio rabia que Haaland fichara por el City. Era un fichaje para el Madrid que me apetecía muchísimo
–¿Qué legado dejó la Quinta del Buitre?
–Yo creo que el gran legado, independientemente de la carrera individual que hemos hecho cada uno de los técnicos, fue que como conjunto fuimos generadores de una ilusión. Una ilusión que hizo que la gente llenase el estadio.
–Si algo sabe el Real Madrid es de noches gloriosas en Europa, ¿qué parte de las remontadas ante el PSG, Chelsea y City le recordó a las suyas?
–Estas han sido muy especiales, de forma consecutiva y contra tres candidatos clarísimos al título. Se han dado una vez y no se van a volver a dar. Lo que sí que es cierto es que hay una genética dentro del club que yo, por lo menos en cuanto a mi experiencia personal, la asocio a dos jugadores, a Juanito y Camacho, que son los que a mí me mostraron en aquella época, el que esto era posible.
–Tiene dos Champions en su haber y la suerte de levantarlas… ¿cómo definiría ese momento?
–Te puedo decir que fue un sentimiento pleno. En el ámbito personal, porque la anterior, la 6.ª, la había ganado mi padre. En esos 32 años que pasaron hasta la séptima, 32 generaciones habían intentado conseguir este trofeo y no se había conseguido. Entonces había una gran carga emotiva dentro de ese pequeño gesto de levantar la copa. Además, a título personal me llega casi al final de mi carrera cuando llevaba 15 temporadas.
El legado de la Quinta del Buitre es que fuimos generadores de una ilusión que hizo que la gente llenase el estadio
–Se cumplen 20 años ahora de la Novena. ¿Cómo se vive una Champions como aficionado?
–Es una experiencia curiosa. Mis últimos cuatro años fueron muy gratificantes a nivel deportivo: dos Copas de Europa, una Liga y un Mundial de Clubes. Yo me fui con una sensación muy grata, pero pocos meses después ves que el equipo donde tú estabas consigue otra Champions y tienes un alegrón tremendo y al mismo tiempo, una sensación de que por poco no gano otra.
–¿Qué es más difícil: ser capitán del Real Madrid o producir una ópera?
–Para mí producir una ópera. Es un mundo que me apasiona, pero del que soy un agente externo. Yo he tenido la gran suerte de tener a mi alrededor amigos con un gran conocimiento de este mundo que cuando se me ha cruzado en el camino la posibilidad de producir un evento lírico, pues me han ayudado.
–¿Usted que ha sido capitán, ¿cómo ve lo que está ocurriendo con Bale?
– Ha conseguido no tener el apego de la afición, ni del club ni de todo lo que significa el madridismo, porque en momentos en los que tenía que haber mostrado una forma de ser, no ha sido capaz de hacerlo. Es una pena cuando alguien tiene un talento tan brutal como este jugador que vaya a acabar su carrera en el Madrid y se le recuerde por dos jugadas.
–Hay ejemplos que demuestran que salir del Real Madrid tiene más de negativo que de positivo ¿Hace tanto frío fuera del Real Madrid como parece?
–Mucho. Y te lo dice alguien que por suerte no ha estado nunca fuera del Madrid. Pero he tenido compañeros que han acabado siendo y te cuentan que cuando sales el mundo cambia y el mundo cambia y todos ellos coinciden en que cambias peor. Fuera del Madrid el frío es bastante grande.
Para mí es más fácil ser capitán del Madrid que producir una ópera
–¿Entendió la salida de Sergio Ramos?
–Lo que yo vi es que se perdió la posibilidad de hacer madridismo. Una vez que ya ambas partes han tomado la decisión de separar sus caminos, yo creo que se puede revestir de una sensación de agradecimiento del jugador hacia el club y viceversa y quedar como lo que han sido hasta ese momento: parte indisoluble de un proyecto común. En esa situación y en otras que ha habido anteriores a la salida de Sergio, ni el jugador y el club han tenido la suerte o habilidad para aprovecharlo.
–Ustedes podían salir antes a tomar una copa sin problemas. Ahora eso es imposible. ¿La fama es más nociva ahora?
–No es más nociva la fama, lo que es más nocivo son las implicaciones que tiene y el desarrollo de la sociedad. Hoy en día las redes sociales tienen un peligro incuestionable y es que algo que tú podías considerar hace mucho tiempo que era tu vida privada, hoy en día se convierte en algo que se puede transmitir en redes. En aquella época se podía incluso ser jugador del Madrid y hacer vida en Madrid.
La lista de la compra por la que se hizo viral
–¿Qué hay de la leyenda eterna de que Sanchís presidiera algún día el Real Madrid?
–Todo esto surge de una vez que se hizo una encuesta a pie de campo en el Bernabéu. Salió el primero Florentino, luego había personas que se habían significado para presidir el club que tenían un 1 % y luego de repente aparezco yo con cerca del 20 %. A mí me llena de orgullo. Es una cuestión que en mi vida normal no me preocupa en lo más mínimo, porque es una cuestión que hoy en día es imposible de contemplar. Pero sí valoro mucho la consideración que tiene mi afición sobre mi persona.
–Cuando vio que Haaland fichó por el City, ¿le dio rabia?
–Sí, porque para mí era un fichaje para el Madrid que me apetecía muchísimo.
–La exigencia del Real Madrid es tan grande que en una temporada donde puede fichar a Mbappé, parece que hay una cierta desilusión porque no venga Haaland.
–Ante el defecto de pedir está la virtud de no dar. Pero al aficionado, por supuesto que a la hora de pedir tú le preguntas las aficiones de clubes que puedan haber estado en la puja por estos jugadores y si les dices en un cuestionario ¿quieres a uno?¿ quieres al otro? ¿A ninguno? o ¿a los dos? Yo estoy seguro lo que va a votar la gran mayoría, que es a los dos.
El Madrid es algo muy por encima de lo que puede ser una empresa donde uno ha trabajado
–Mbappé, Vinciius, Rodrgo, Benzema, Asensio… ¿Hay tanto sitio para tanta estrella?
–En la plantilla sí, en el equipo titular no es fácil hacer convivir tanto jugador que tiene una función determinada. Meter en un mismo once muchos jugadores que hagan una misma función no es fácil, pero tenerlos en plantilla hoy en día que se juegan tantos partidos con tanta presión en un club como el Madrid al que se le exige ganar todo por lo que compite por supuesto que pueden estar.
–¿Es la Selección su cuenta pendiente?
–No sé qué pensar porque me jubilaron de la Selección a los 26. En aquel momento llevaba 48 veces internacional. Seguí jugando 11 temporadas en el primer equipo y la lógica es que si has acumulado en cuatro años casi 50 ocasiones de internacional y sigues jugando en el Madrid que alguna más hubiese podido venir, pero a lo mejor hubiese tenido una carrera más corta por desgaste dentro del club.
El test más personal de Sanchís
El excapitán del Real Madrid se somete al cuestionario de El Debate: ¿qué estadio fue el más difícil? ¿Por qué jugador actual del equipo blanco se cambiaría?