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Estadio de Riazor, en La Coruña, el campo más grande de la Primera RFEFR.C. Deportivo

El desastre de Primera RFEF, un torneo con equipos históricos y de cuatro millones de habitantes

Pese a jugarse en varios de los municipios más poblados de España, así como tener clubes con gran historia y mucha afición, la organización del torneo –que empieza el sábado– es un caos

En la Primera RFEF, tercera categoría en el sistema de ligas del fútbol español, están representadas, entre otras, la ciudad de Murcia (séptima por población de toda España), Palma (8ª), Alicante (11ª), Córdoba (12ª), La Coruña (18º), Sabadell (25ª), Fuenlabrada (32ª), Castellón de la Plana (38ª), Alcorcón (40ª) o Logroño (42ª). Citamos estos ejemplos porque por población todas estas localidades estarían en el fútbol profesional, toda vez que la Primera y Segunda División la componen 42 equipos. El mejor de la Primera RFEF sería el 43º equipo de España si hacemos una clasificación deportiva. Entre todas estas ciudades suman más de 2,6 millones de habitantes (2.686.370 en concreto, atendiendo a datos del último dato del INE, del 1 de enero de 2021).

A ese dato habría que sumar la población de otros tantos municipios que tienen sus equipos en la Primera RFEF: Badajoz, Salamanca, Tarragona, Algeciras, León, Santiago de Compostela, San Fernando, Cornellá de Llobregat, Ceuta o Pontevedra, todas ellas dentro del top 100 de ciudades por población en España. La cifra se va entonces a los 3,8 millones (3.810.374), a la que nuevamente habría que sumar otras tantas poblaciones hasta completar los 40 equipos de esta categoría. Se podría decir, para redondear a la alta, que la Primera RFEF suma unos cuatro millones de habitantes, que no es lo mismo que aficionados.

Bien es verdad que para sacar estos cálculos hay que aclarar algunas cosas –y se han hecho injustos trucos– para no dar a engaños. Contamos aquí a la ciudad entera cuando en numerosos casos no toda esa ciudad se siente representada por el equipo en cuestión. En Alicante, por ejemplo, está en Primera RFEF el Intercity, que está muy lejos de ser el equipo más representativo de la ciudad (lo es el Hércules, una categoría por debajo). Con Palma pasa igual, ya que su principal equipo es el Mallorca (en 1ª División) y quien está en Primera RFEF es el Atlético Baleares. No ocurre así con Murcia, Logroño, La Coruña o Castellón, cuyo equipo principal sí está en esta categoría. Eso sin contar que evidentemente toda la población de una ciudad no solo no es seguidora al fútbol sino que además no lo es ni del equipo de su ciudad. Tampoco contamos, por otra parte, a los equipos de las grandes capitales porque evidentemente no representan a toda la ciudad y además son filiales: Real Madrid Castilla, Barcelona B, Bilbao Athletic, Osasuna B, Real Sociedad B...

Utilizada esa 'trampa' a la hora de contar, quizá la cifra de abonados sea la más justa para identificar el seguimiento a los clubes que participan en la Primera RFEF. Y los datos son muy altos para ser un tercer nivel que no es ni profesional. Pero existen equipos históricos y aficiones muy sentidas que explican esto. Por ejemplo, de la clasificación histórica de la Liga están aquí todo un campeón del torneo, el Deportivo de La Coruña. También el Real Murcia, con 19 cursos en Primera. O el Sabadell, que estuvo 14 años en la máxima categoría. También el Unionistas, creado por aficionados de la extinta UD Salamanca. O el Castellón y el Córdoba. Y los herederos del Compostela. Y el Pontevedra, el Numancia, el Nàstic de Tarragona, el Mérida y la Cultural y Deportiva Leonesa. Todos ellos jugaron la Primera División en algún momento.

Ciudades más pobladas con representación en Primera RFEF

  • Murcia: 460.359 habitantes
  • Palma*: 419.366
  • Alicante*: 337.304
  • Córdoba: 322.071
  • La Coruña: 245.468
  • Sabadell: 216.204
  • Fuenlabrada: 192.233
  • Castellón de la Plana: 172.589
*El equipo no es el más representativo ni con más aficionados de la ciudad
​**Datos del INE a 1 de enero de 2021

El Deportivo y el Córdoba, por ejemplo, tienen más abonados que casi la mitad de los 42 equipos que están en el fútbol profesional. Los gallegos van, por ahora, por los 15.000 (el año pasado tuvieron 20.000) y los andaluces superan los 11.000. El Castellón lleva ya 9.000 y el Real Murcia alcanza los 8.500. Sumando los 40 equipos se llega perfectamente a los 100.000 abonados, una cifra muy importante teniendo en cuenta los factores que tiene este tercer nivel del fútbol español. Todos ellos son 'maltratados' por una organización pésima. Quedan cuatro días y la competición no sabe dónde se emitirá, porque hasta este miércoles había aún tiempo para ofertas televisivas que no llegaban. Pese a tener grandes equipos la información oficial por parte de la Federación, de quien depende la categoría, ha sido nula. La cuenta oficial en redes sociales, por ejemplo, no tiene actividad.

Sin televisión, información, horarios...

Es tal el desastre en el que se ha sumergido esta Primera RFEF –que cumple su segunda temporada– que nada más comenzar lo va a hacer con escándalo y tristeza. El DUX Internacional de Madrid tiene todas las papeletas de no competir al no tener jugadores suficientes ni dinero para ampliar la plantilla. Como nadie ha hecho nada, este equipo está inscrito y pertenece al torneo, pero una vez que no comparezca en dos partidos seguidos será excluido. Nada más comenzar un grupo se quedaría cojo y contaría con 19 equipos en el caso más claro de caos en un torneo. Eso ya pasó el año pasado con el Extremadura, pero al menos ellos empezaron la competición y se retiraron a la mitad. Ahora faltaría un equipo desde el inicio y con tantos otros que están en un nivel más bajo deseando tener esa plaza, quedaría desierta.

Si bien esta competición fue muy bien ideada, los planes no se han aplicado. Estaba previsto que se fuera profesionalizando poco a poco para convertirla en un gran tercer nivel y de eso no hay nada. Al contrario, está casi peor que el tercer nivel anterior cuando era Segunda B. A los equipos les falta comunicación interna, se les piden unos requisitos económicos en muchos casos imposibles de cumplir (presupuesto mínimo de 700.000 euros –1,5 a partir de 2023– y aval bancario de 200.000 euros) y se exige césped natural en cada campo (que tiene que tener más de 4.000 espectadores), que ha conllevado unos gastos extras para muchos equipos en tiempos de penurias financieras. Otros ni han podido, caso del Cornellà, que jugará en el majestuoso estadio del Espanyol. La temporada pasada hubo conjuntos que llegaron a los playoffs de ascenso que finalizaron con pérdidas y que alcanzar ese éxito deportivo acabó siendo deficitario.

Equipos con más abonados en Primera RFEF

  • Deportivo de La Coruña: 15.850
  • Córdoba: 11250
  • Castellón: 9.000
  • Real Murcia: 8.750
  • Badajoz: 5.000
  • Nàstic de Tarragona: 4.250
  • Algeciras: 4.000
  • Cultural y Dep. Leonesa: 3.500
*Cifras aproximadas a 23 de agosto
​**El Recreativo de Huelva (en Segunda RFEF) tiene 9.000 abonados

Si así están los clubes, peor están los aficionados, abandonados a su suerte, sin ningún tipo de información, a la espera de qué pasará. A cuatro días del inicio no saben dónde pueden seguir los partidos de sus equipos y tampoco tienen horarios más allá de la segunda jornada, por lo que es inviable organizar cualquier tipo de viaje. Así es imposible fomentar el fútbol humilde, tan necesario siempre, y apoyar al equipo de tu municipio. Y todo ello en una competición con equipos históricos y grandes ciudades. Al menos la Federación rectificó y quitó el horror de jugarse el ascenso en una sede neutral (que acababa no siéndolo) para volver al espíritu que siempre tuvo este fútbol, el de jugar a ida y vuelta en los estadios de cada equipo. Conformémonos con eso, si es que la competición llega viva por entonces.