Sobrevivir con éxito sin Benzema, el último gran triunfo de Carlo Ancelotti
El Real Madrid no ha notado la baja del francés y sigue contando todos sus partidos por victorias
Se lesionó Karim Benzema en Glasgow y muchos se echaron las manos a la cabeza. Se confirmó que la lesión no era grave pero sí que se perdía tres partidos, uno de ellos el derbi madrileño, y a algunos les entró pánico. Un Real Madrid sin Benzema parecía imposible que se sostuviera y los augurios antes de la temporada era que sin el francés el club blanco no tenía alternativas para crear peligro.
Nada de eso se ha cumplido. Todo lo contrario, el Real Madrid ha ganado los tres partidos sin su capitán, con ocho goles a favor y dos en contra. El Madrid ha jugado bien, se ha sostenido sin problemas y ha pasado por todo tipo de situaciones en estos tres encuentros: al Mallorca le tuvo que remontar en la segunda parte, al Leipzig le derrotó en un partido más irregular y al Atlético le venció en un durísimo partido en el Metropolitano.
Y lo ha hecho además con varias ideas de futbolistas en el equipo. Ancelotti sacó a Hazard, Rodrygo y Vinicius de inicio ante el Mallorca, con titularidad para Dani Ceballos, aunque es verdad que después tuvieron que salir Modric o Camavinga para remontar el encuentro de Liga. Ante el Leipzig dejó fuera a Hazard –igual que ante el Atlético, el belga se ha quedado sin un gran crédito– y acabó en la parte de arriba con el mismo equipo que en la Champions pasada a excepción de los dos cambios obligados, Casemiro y Benzema. Rodrygo apareció como figura emergente y fue también titular en el derbi, con gran partido personal. Cabe destacar que la baja de Karim ha coincidido también con el momento más brillante de Fede Valverde, líder en el campo cuando las cosas más se complican.
Si bien queda mucha temporada, y es más que posible que Benzema se vuelva a perder partidos, la primera vez que el Real Madrid se tenía que examinar sin su gran estrella, futuro Balón de Oro, no lo ha notado. Y no todos los equipos pueden decir lo mismo, recordemos los casos pasados del Barcelona sin Messi, del propio Madrid sin Cristiano o qué sería de este Barça sin Lewandowski. Los blancos, en cambio, sin Benzema –jugador totalmente desequilibrante– han sobrevivido con éxito. Y esto supone la última prueba de grandeza de Carlo Ancelotti, que maneja a la perfección los tiempos y que demuestra que entrena más allá de una figura. Ya lo dijo el italiano cuando al inicio de Liga le preguntaban por Hazard y comentó que «yo no soy el entrenador de Hazard, de Benzema, de Mendy, de Camavinga o de Valverde. Soy entrenador del Real Madrid». Si bien él no lo dijo con ese sentido, se podría aplicar a lo que ahora vive: él es el entrenador del conjunto y lo demuestra con bajas tan sensibles como la de Benzema.
Todo hace indicar que Karim regresará el próximo 2 de octubre, fecha del próximo partido del Real Madrid (ante el Osasuna). La primera semana de octubre es relevante para el club blanco toda vez que puede batir el mayor récord histórico de victorias consecutivas y que puede dejar encarrilada la Champions League antes de recibir al Barcelona en el Clásico (domingo 16 de octubre). Por las mismas molestias que le han apartado de los últimos tres duelos Benzema también se perdió la concentración con Francia que se está llevando a cabo ahora y que es la última antes del Mundial. No quiso arriesgar y su compromiso con el Real Madrid es total: si no ha podido jugar con su club era él el primero que veía mal ir con su selección.
Muy pocos equipos pueden conseguir que aún sin su estrella, sin el faro que guía a la plantilla y el esquema táctico, sigan a tan buen nivel y sin ceder ni un solo punto. El mayor debate veraniego en el Real Madrid fue sobre qué pasaría si Benzema se constipaba y se perdía algún partido. Se ha perdido tres y no ha pasado nada. Y de eso tiene que ver mucho Carlo Ancelotti, que equilibra a la plantilla, que sabe repartir minutos y sabe manejar egos y que cuando hay una minirebelión –véase el caso de Asensio– la sofoca al instante. Haber sobrevivido sin Benzema, sin que se notara su ausencia, es el enésimo triunfo personal del entrenador.