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Quique Setién, junto a Leo Messi, en un entrenamiento del FC Barcelona, en 2020FC Barcelona

Un silencio que habla: Setién, otro más en la lista de los entrenadores devorados por Messi

Guardiola, Luis Enrique, Valverde... Todos tuvieron roces con Messi, todos callan, incapaces de ocultar los problemas que tuvieron con el argentino

«De Messi prefiero no hablar». Es el silencio de Quique Setién, entrenador del Barcelona en la segunda parte de la temporada 2019/20, un adorador de Leo durante años y que tras seis meses entrenándole no se llevó un buen recuerdo. Es, en resumen, el ejemplo más claro de las relaciones que siempre Messi tuvo con sus entrenadores en el Barcelona.

No quiere hablar Setién de Messi, pero sí lo hizo hace unos meses junto a Vicente del Bosque. El técnico cántabro, con el que el Barcelona encajó el 8-2 ante el Bayern de Múnich, no se moja en el programa Informe Setién del canal Vamos, un espacio en el que repasan su historial. Cuando llegan a la parte de Messi, Setién se para y prefiere «no hablar». Y eso que él había sido un fan del argentino, un entrenador que no dudaba en adularle cada vez que se enfrentaba a él. Soñaba con entrenarle, lo consiguió y acabó viendo cómo funcionaban realmente las cosas.

No habla ahora, pero sí en noviembre de 2020, cuando en una charla con Del Bosque en El País reveló que Messi es uno de los «jugadores que no son fáciles de gestionar. Si allí le han aceptado durante años como es y no le han cambiado... Hay otra faceta que no es la de jugador y es más complicada de gestionar», decía Setién. Del Bosque, que jamás le entrenó, desveló lo que le dijo 'Tata' Martino, entrenador del Barça en la temporada 2013/14: «Sé que si llamas al presidente, me puedes echar en cualquier momento, pero no me lo demuestres todos los días». Setién se lo confirmó: «No me hace falta que nadie me diga lo que dijo Martino u otro. Lo he vivido. He tenido experiencias suficientes para hacer una valoración exacta de cómo son realmente este muchacho y los demás».

«Este muchacho» es Messi, todopoderoso en el Barcelona, capaz de colocar cláusulas para renovar como cobrar 10 millones de euros solo por el hecho de coger el bolígrafo y firmar o de poner la obligación de que se le colocara un palco privado a su familia, también a la de su compañero y amigo Luis Suárez, y que el club le pusiera un avión privado para toda la familia a Argentina en Navidad. Ese «muchacho» es el Messi que ha tenido problemas con cada uno de los entrenadores que le dirigieron en su etapa del Barcelona y que el silencio actual de Setién pone de manifiesto. Hasta los máximos admiradores una vez que le trataron en el ámbito profesional se llevaron un disgusto.

La debacle de Lisboa ante el Bayern de Múnich acabó con la etapa de Setién –en la imagen– en el BarcelonaGTRES

La relación entre Setién y Messi se quiebra en un partido en Balaídos en el que el entrenador ejerce de ello y afea a sus jugadores lo visto en el terreno de juego. El argentino se levantó y le pidió «respeto» a una plantilla «que ganó todo» y que tienen un «mejor palmarés» que Setién. Lo que vino después es ya sabido, comentado por el técnico cántabro, desilusionado por el que fue su ídolo y al que evidentemente no le niega –como nadie– su gran éxito e influencia deportiva.

Guardiola le definió

La tensión con Setién no es aislada. Messi, posiblemente por la alta exigencia que tenía, tuvo problemas con todos los entrenadores que le dirigieron en el Camp Nou. También con Pep Guardiola, el técnico que le catapultó, el más exitoso de la historia azulgrana. La frase «nos acabaremos haciendo daño» que dijo el técnico en su adiós en 2012 después cobró sentido cuando se conocieron las desavenencias entre los dos grandes artífices de aquel Barcelona. Fue Pep quien desveló que si Messi «un día era suplente o sustituido, al día siguiente no quería ir a entrenar» y que era una persona «difícil de tratar, que no iba de frente». El de Sampedor lo achacaba a que «era muy retraído, con problemas de comunicación», y que era tan bueno que se tenía que ir amoldando a sus cosas. Conocido en Barcelona es que aquello acabó en un gran desgaste profesional y personal.

La tensión con Luis Enrique

Luis Enrique tuvo también que pasar por una situación similar reconocida por él años después. «Hubo un tiempo de tensión que yo no busqué, sin ninguna duda, pero que apareció y que tuve que gestionar», dijo el ahora seleccionador nacional. Se sitúa especialmente eso en enero de 2015, después de que Messi fuera suplente en Anoeta tras un roce que sufrieron en un entrenamiento previo. El asturiano ejerció de lo que era, entrenador, pero eso era 'herir' al argentino. Mathieu, futbolista por aquél entonces del Barcelona, añadió que incluso «se intercambiaron algunas palabras altisonantes». La situación se arregló, principalmente por la gestión de Xavi Hernández, entonces capitán culé, pero los problemas se volvían a repetir: Messi no aceptaba la autoridad del entrenador.

Y Valverde se calló

«Es mejor que no sepan la verdad», sentenció Ernesto Valverde cuando le preguntaron en ETB si había habido broncas a Messi en su etapa al frente del Barcelona. «Esas cosas no se pueden decir, son parte del misterio. Está bien que sea así, es mejor que la gente no sepa cómo somos y que piensen que lo saben todo», dijo el técnico extremeño. Nuevamente un silencio de un entrenador de Messi –ninguno llega a decir nunca nada de forma clara– pero que con sus pocas palabras acaba dejándolo todo claro. Lo que no se dice se entiende perfectamente con lo poco que se dice.