Gonzalo Higuaín, el «perro» de Mourinho que firmó la épica del Real Madrid

Ruud van Nilstelrooy, camiseta al viento en una tarde de gloria en el Bernabéu. No era la suya, sino la de Gonzalo Higuaín con el dorsal 20 con el que jugó siete temporadas en el Real Madrid. Esa imagen es una de las más icónicas del club blanco en este siglo XXI. Era una tarde soleada del mes de mayo de 2007, apoteosis de aquél fútbol y de aquella Liga. La de las remontadas, la del 'Clavo Ardiendo', la de Capello.

Se retira Gonzalo Higuaín con 34 años y algo más de nueve años después de irse del Real Madrid, donde alcanzó el mejor nivel de su carrera. 121 goles marcó en la entidad blanca, cifra verdaderamente relevante, número que le coloca entre los delanteros más fructíferos de la historia del club. Gano dos Ligas –y qué Ligas, épicas–, una Copa del Rey y dos Supercopas de España. Se fue en el verano de 2013, justo en la antesala de la época más gloriosa del club.

Abandonado futbolísticamente en los últimos años tras pinchar en el Chelsea o Milan –antes había destacado en la Juventus o en el Nápoles–, Higuaín se retira en Miami, donde ha tenido unos últimos años dorados al calor de la débil pero mediática liga estadounidense. La suya es una historia de esfuerzo, porque era un delantero limitado que con gran creencia en sí mismo y una mentalidad enorme se convirtió en un buen '9'. En tiempos de Messi, Cristiano, Benzema, Lewandowski... se queda lejos de ese nivel, pero Higuaín era un buen goleador. «No me jodas, no estoy para estas bromas», dijo el argentino cuando su padre, en plena noche de Buenos Aires, le explicó que el Madrid le iba a fichar.

Presentado en unos tiempos de vacas flacas, en diciembre de 2006 –aquel Real Madrid era una caricatura a nivel social y deportivo del actual– Higuaín dejó muchos momentos en el Bernabéu. Fue querido, cayó de pie, y en los tiempos de José Mourinho, en los que se intentaba salir del pozo y se pusieron los primeros pasos para el Madrid que hoy conocemos, peleó duramente con Karim Benzema por la titularidad. Siempre podrá decir que en él le ganó la partida al próximo Balón de Oro, aunque cabe recordar que el francés estaba empezando y el argentino iba ya a por sus últimos años, con más experiencia. Fue ahí cuando el técnico portugués dejó una de sus frases míticas, aquella de «si no tienes un perro para ir a cazar y tienes un gato, vas con el gato, pero solo no puedes ir». El «perro» era Higuaín, lesionado en aquél momento; el «gato», Benzema.

De Higuaín, que tiene unos grandes datos individuales con el Real Madrid, se recuerda aquella Liga 2006/07 que pasará siempre a la historia como la de la épica, la de los goles imposibles, aquella que aún es prácticamente imposible saber qué pasó. Fue clave y además marco goles icónicos como aquél que recordábamos ante el Espanyol. Un año después firmó una tremenda victoria en El Sadar de Pamplona con un gol que dio otra Liga, un tanto que además propició que tres días después el Barcelona tuviera que hacer el pasillo al Real Madrid en el Bernabéu. Son dos momentos recordados, pero Higuaín tuvo muchos más.

Con Argentina se quedó al borde de la mayor gloria posible. Icónica es también, aunque esta para mal –cuántos memes se hicieron con ella–, su larga celebración cuando marcó en la final del Mundial 2014, gol que fue anulado. Ese día también cometió un garrafal fallo que aún persigue a los argentinos: se quedó cara a cara con Neuer y la tiró fuera.

Pese a todas sus limitaciones él se levantó e hizo un gran papel allá donde estuvo, especialmente en sus seis temporadas y media con el Real Madrid. No tardó la entidad blanca en dedicarle un cariñoso mensaje: «Gracias por todo lo que nos diste al Real Madrid y al fútbol, Gonzalo Higuaín. Siempre formarás parte de la historia de este club, con el que ganaste 3 Ligas, 1 Copa del Rey y 2 Supercopas de España. Te deseamos lo mejor en esta nueva etapa de tu vida». No sería de extrañar verle por Madrid de nuevo. Se le guarda un buen y cariñoso recuerdo.