La Superliga ficha a Bernd Reichart en busca de otra mentalidad que dirija el proyecto
Real Madrid, Barcelona y Juventus son equipos del sur de Europa y la idea necesita tocar la fibra de las formas de pensar de alemanes, franceses e ingleses. El germano es un negociador nato
Andrea Agnelli, Florentino Pérez y Joan Laporta esperan con ansiedad el veredicto de la Unión Europea respecto a la libertad de mercado para crear la Superliga europea de fútbol. La mera mención de un mercado libre debería presagiar que el Tribunal de Justicia de la UE otorgará vía libre a la constitución de cualquier competición deportiva, al igual que lo hace en cualquier otro sector del mercado. Pero el fútbol es un ente en sí mismo, un planeta complicado, y todo el mundo se encuentra expectante ante un fallo judicial que creará jurisprudencia para otros muchos ámbitos.
Los presidentes de la Juventus, el Real Madrid y el Barcelona, arietes del proyecto continental, han creado la empresa A22 Sports Management para conseguir patrocinios y apoyos en la construcción de la gran idea de la liga europea. Y han fichado a un gurú que les lleve por el camino correcto en el objetivo de incluir en el barco a los grandes clubes del centro y del norte del continente. El elegido es el ejecutivo alemán Bernd Reichart ¿Quién es este hombre?
No es una persona conocida en la órbita del sur de Europa, pero Reichart, 48 años, es un profesional muy conocido en el mundo de los medios de comunicación del centro de Europa, desde Alemania a Holanda pasando por Bélgica y Luxemburgo. Reichart era hasta hace unos días director general del Grupo RTL Deutschland y su trabajo ejecutivo siempre tuvo mucha relación con el orbe del deporte, dado que el grupo RTL siempre se ha dedicado específicamente a este campo.
¿Por qué Reichart? Se preguntarán ustedes ¿Por qué un alemán? Hay un espectro muy claro en esta elección. Real Madrid, Barcelona y Juventus, los líderes del proyecto internacional, son clubes del sur. Un estudio meditado de la situación aconsejaba encontrar una persona que sepa tocar la fibra de los esquemas mentales de los dirigentes del centro y del norte del Viejo Continente, llegar al hilo conductor de las idiosincrasias de alemanes, ingleses y franceses. Hacía falta una personalidad diferente al frente de la idea, una cabeza más cercana a la forma de pensar de los presidentes de la Premier, de la Bundesliga y de la liga francesa. Reichart está acostumbrado a negociar con dirigentes de todos los países de la UE. Su experiencia es enorme. Es el hombre.
La primera misión del alemán será abrir un diálogo claro con los equipos europeos, pero también quiere hablar con los dirigentes públicos, con la prensa, con los futbolistas, los entrenadores y los aficionados de muchas naciones para que comprendan un proyecto que las presiones políticas en Gran Bretaña, Francia y Alemania han distorsionado. Como pudieron comprobar ustedes, en España y en Italia no hubo pronunciamientos tan rotundos en contra. Si los hubo en los otros tres países, donde las presiones políticas y de la propia UEFA calaron más hondo.
Una Champions mucho peor
La Superliga intentó en su día acercarse a la UEFA y alcanzar un acuerdo, pero fue imposible. Ahora, Bernd Reichart tiene el cometido de explicar el modelo deportivo de las competiciones europeas que presenta la Superliga. Reichart apoya una idea que busca mejorar una competición, la actual Champions, que habitualmente centra su interés a partir de los octavos de final. Un torneo que ha programado para dentro de unos años un esquema por el que los clubes se enfrentarán aleatoriamente contra diez equipos, cinco partidos en casa y cinco fuera. Un sistema que los dirigentes de la Superliga consideran aún mucho peor que el actual.
Reichart hablará con todo el mundo bajo la premisa de crear unas copas continentales mucho más interesantes. «Hay que hacer una reforma profunda de las competiciones», señalan los dirigentes de la Superliga. El ejecutivo alemán está de acuerdo con esta postura. Los estudios internacionales de mercado expresan que los jóvenes han perdido atracción por la Copa de Europa ante el cúmulo de partidos sin interés. Hay que darle una vuelta de tuerca al negocio. La Superliga trabaja en ello y Reichart ha cogido la caja de piezas del taller.