Un vestuario unido, «con salud» y enchufado: otro 'título' del que puede presumir Ancelotti
Carletto, enemigo a priori de las rotaciones, ha entendido como nadie que en año de Mundial era necesaria otra gestión y ha logrado que todos sus jugadores estén demostrando un nivel excelso
Dice el sabio refranero español que «segundas partes nunca fueron buenas», sin embargo, un italiano, de nombre Carlo Ancelotti, se ha encargado de darle la vuelta a esta estadística gracias a su buen hacer en el banquillo del Real Madrid.
Ancelotti volvió a Chamartín y levantó contra todo pronóstico la Liga y la Champions enganchando al aficionado blanco gracias a remontadas espectaculares que venían provocadas no solo por la calidad del grupo sino por la unión de un vestuario convertido más en una familia que en un grupo de trabajo. Durante la pasada temporada, los agoreros vaticinaban, gracias al nulo gusto de Carletto por las rotaciones, que el equipo se caería en los meses donde se deciden las competiciones. Sin embargo, esas predicciones futuras no se cumplieron y los blancos alzaron La Liga y la Champions al cielo de Madrid y París.
Todos cuentan
El italiano ha demostrado que tiene una gran capacidad de adaptación a las exigencias de cada año futbolístico. Carletto, como hemos comentado, nunca ha sido precisamente un gran defensor de las rotaciones, pero ha entendido como nadie que en año de Mundial es necesario otro tipo de gestión.
Es por eso que el campeón de las cinco grandes ligas está llevando a cabo más rotaciones de las que nunca antes se le habían visto en Concha Espina. Unos cambios que, además, le están saliendo a la perfección. Ahí está su mérito, el de saber tener lista y motivada a toda su plantilla para que en el momento en el que le toque usar la pizarra el que salga del banquillo responda igual o mejor que el que deja su puesto.
Ante el Sevilla, Carletto observó que su equipo necesitaba pulmón y piernas y dio un golpe de timón: el italiano optó por dar entrada, primero, a Camavinga, y después de una tacada a Asensio, Lucas Vázquez y Rüdiger y la cosa no pudo salir mejor. El Real Madrid penaliza los errores de sus rivales creando obras de arte.
El balear, que venía de lograr un gran gol ante el Elche, asistió de forma magistral a Vinicius que regaló el segundo gol a Lucas Vázquez y devolvió el dominio del encuentro al conjunto merengue que sentenció con el tanto de Valverde minutos después.
El caso de Asensio es digno de alabar. Carletto se ha propuesto recuperar a un jugador que el año pasado fue, pese a sus pocas presencias en el once titular, uno de los máximos goleadores de la plantilla. Asensio, salvo milagro, no renovará con el Real Madrid y se marchará del equipo blanco el próximo 30 de junio, pero Ancelotti va a exprimir su calidad hasta el final.
Lucas Vázquez es otro ejemplo junto a Asensio de jugadores que son conscientes de que no son titulares indiscutibles, pero que cumplen con creces cuando Carletto los necesita.
El gallego podría ser un espejo para Asensio. Hace varias temporadas, Lucas rechazó, como Asensio, la oferta de renovación que desde las oficinas del club merengue le ofrecieron. El '17' blanco se empeñó en conseguir una mejor oferta dejándose el alma sobre el césped y así fue cómo logró que los dirigentes blancos le plantearan una continuidad a la altura de su rendimiento.
A Dani Ceballos, que también estaba más fuera que dentro, le bastó una conversación con el italiano para quedarse en la capital de España.
Valverde, su mejor apuesta
Caso aparte merecen jugadores como Camavinga o Fede Valverde. Ambos son muy jóvenes pero atesoran fútbol en sus botas como si fueran veteranos. El francés llegó a la casa blanca el pasado verano como una de esas apuestas de futuro que dan alegrías en el presente. Ya no es extraño que Eduardo sea el sustituto de Kroos o Modric en el once.
El caso del Pajarito es todavía más sorprendente. Tras pasar por el Castilla y el Deportivo de la Coruña, desde 2018 su lugar en el primer equipo es inamovible.
Fue pieza clave la pasada temporada en las remontadas ante el PSG y ante el Chelsea para levantar la 14ª Champions. Ancelotti creó para él esta temporada una posición desconocida hasta entonces por el uruguayo como es la de volante derecho. Su explosividad y su potencia física le convertían en un box to box de manual al que, además, le acompaña un disparo poco aprovechado hasta el momento. Tras apostarse con él su continuidad en los banquillos si no llegaba a los diez goles, Valverde se ha desatado anotando siete tantos, convirtiéndose así en el pichichi de la plantilla blanca.
Un equipo 'fiable respetuoso y con salud'
Si algo ha demostrado Ancelotti en este tiempo es que da la cara por los suyos siempre. Un equipo que es más una familia que un grupo de trabajo. Al término del encuentro ante el Sevilla el italiano no dudó en definir a la actual plantilla merengue como «un grupo respetuoso, que no me da problemas, que goza de salud cuando los que juegan menos entran al campo y lo hacen muy bien».
Carletto tiene a todos los suyos enchufados, sin alzar la voz más de lo debido, con una gestión de guante de seda que puede considerarse un nuevo título que sumar al palmarés del italiano. Uno de los que no es en forma de copa, pero cuya importancia es capital para poder levantar los títulos.