Los puntos de discordia de la Ley del Deporte y por qué los clubes amenazan con parar LaLiga

Es el asunto que tiene en jaque a LaLiga y por el que 39 de los 42 equipos que componen el fútbol profesional (Primera y Segunda División) han amenazado con una huelga inmediata. La Ley del Deporte que se está tramitando en el Congreso de los Diputados tiene a casi todo el fútbol profesional en pie de guerra. De ahí que en cada partido de este fin de semana –a excepción de los de Real Madrid, Barcelona y Athletic, los tres que se salen de esa unidad– se haya colocado el letrero «Ley del Deporte para todos» con el objetivo de que los aficionados sean conscientes de sus peticiones. También en las dos últimas jornadas han ido pasando por los micrófonos de LaLiga, a través del canal que produce Movistar LaLiga, presidentes o consejeros delegados que explicaban por qué esta Ley del Deporte es tan mala para ellos.

El asunto principal se basa en un engaño, a juicio de LaLiga. Desde el organismo presidido por Javier Tebas se sienten contrariados por el proyecto de Ley del Deporte que tiene el consenso de PSOE y PP y que está llamada a renovar la ley vigente que lleva ya más de tres décadas en vigor. LaLiga acordó una serie de enmiendas con las que, para resumir, se buscaba castigar a los equipos que participaran en una hipotética Superliga además de proteger la forma de venta de derechos televisivos y el modelo que ha venido teniendo LaLiga. Sin embargo, PP y PSOE retiraron esas enmiendas y los 39 clubes comenzaron con el cabreo con el que amenazan parar la competición.

El modelo de negocio de Tebas

39 de los 42 equipos, bajo el paraguas de LaLiga, consideran que esta Ley del Deporte acabaría con el negocio actual. Además argumentan que PP y PSOE se han puesto al servicio de los dos grandes, Real Madrid y Barcelona, ya que esta Ley del Deporte no recoge de forma clara, como quiere Tebas, que se castigue a los equipos que participen en la Superliga. Es, para entenderlo, una Ley que no acota que se puedan crear nuevas competiciones.

Tal y como han ido diciendo todos los presidentes de los clubes en la última semana, con discursos prácticamente idénticos, el asunto es que LaLiga ve que esta nueva Ley podría suponer «la destrucción» de un modelo como el que instauró Tebas hace años y «que funciona, es sostenible y referencia a nivel internacional». «Tenemos una liga potente y la Ley del Deporte debe ayudar a seguir creciendo, no lo contrario», expresó Pepe Castro, presidente del Sevilla. Quieren que los clubes y LaLiga puedan comercializar sus derechos. Repiten además la importancia que tiene el fútbol en la economía del país (1,4 % del PIB y con 200.000 trabajadores) y que lo que se gana se reparte entre todos los equipos y contribuye más a la Agencia Tributaria y a las cuentas públicas . «Pretenden volver a un modelo antiguo en el que se limitaban muchísimo el crecimiento de equipos modestos», añadió Alfredo García, director general del Granada. En definitiva, quieren proteger «el producto nacional».

Estos clubes presionan para que esta nueva Ley incluyera la potestad de LaLiga en la comercialización de los derechos de televisión, que quedara de forma clara que es LaLiga quien tiene el control en ese sentido y que además supone la joya de la corona del mandato de Javier Tebas. Estos 39 equipos están más que satisfechos con el actual modelo que esta Ley del Deporte podría cambiar, dejando abierta una inseguridad jurídica. Esto es además algo que el Real Madrid, FC Barcelona y Athletic han llevado a la Justicia: creen que este modelo traspasa competencias y que son ellos quienes tienen que negociar sus derechos.

CVC, en riesgo

Precisamente esto es lo que más preocupa en LaLiga, porque podría ‘cargarse’ el gran proyecto de Javier Tebas aprobado tras la pandemia: el acuerdo con CVC. Esta Ley «pone en tela de juicio» ese proyecto, explica David Espinar, director de presidencia del Real Valladolid, mano derecha de Ronaldo. Esta nueva Ley, añaden desde LaLiga, pone palos en las ruedas al «crecimiento» de los clubes y la firma con CVC correría serio peligro ya que el plan estratégico pensado a 50 años quedaría en duda.

«Indefensión» frente a la Superliga

Es la otra gran clave del conflicto. Tebas (y sus 39 equipos) querían que la Ley del Deporte protegiera a la liga nacional y acotara la participación de equipos españoles en una futura Superliga. La intención era colocar una especie de castigo para los clubes que pudieran jugar en ese torneo: si disputas la Superliga no podrás hacerlo en Primera División. LaLiga quiere que todo equipo que no dispute competiciones no reconocidas por RFEF, UEFA y FIFA se queden sin licencia federativa.

Los clubes entienden que la Superliga es una amenaza, que dejaría sin valor a LaLiga, algo que niegan Madrid y Barcelona, que dejaron claro que jugarían el campeonato nacional y que ambos torneos –Superliga y Liga– pueden convivir. La Ley del Deporte no recoge este castigo, no habla de acotar nada, algo que quiere modificar Tebas. Quiere que figure en el texto que existirá consecuencias negativas si se participa en competiciones como la Superliga. Esto va unido a lo anterior de los derechos televisivos, ya que creen que con una nueva competición el modelo de explotación comercial actual en LaLiga no sería posible. De ahí que se haya también alimentado la idea de que este nuevo modelo que auspiciaría la Ley del Deporte pueda volver al pasado, a los tiempos «de las bancarrotas» y las deudas en los clubes de fútbol.

Guerra con la Federación

Es otro de los asuntos que quieren cambiar desde LaLiga. Siempre aparece la batalla entre Javier Tebas y Luis Rubiales. Tebas quiere que sea LaLiga quien tenga la potestad para sancionar a entidades deportivas o personas individuales que estén dentro de LaLiga. Esta Ley, sin embargo, da ese control también a la RFEF, que podrá sancionar a cualquiera de los equipos que entran dentro del universo de LaLiga, es decir, los 42 de Primera y Segundas. Tebas considera que esto es potestad suya y que debe ser él (LaLiga) quien tenga esa decisión. Además también hay conflicto con los cambios estatutarios: quieren desde los clubes que si la RFEF hace un cambio en sus normas que afecte a LaLiga, que sean los equipos quien antes lo aprueben para que después reciba el visto bueno del Consejo Superior de Deportes (CSD).

La Ley del Deporte nació con un consenso entre la propia Liga con PSOE y PP y garantizaba esta potestad de negocio a la patronal. Sin embargo, en las últimas semanas el Gobierno de la Nación y el PP han ido cambiando de parecer, motivo por el que ahora se inician estas protestas. De ahí que sea ahora, al ver como en el Congreso se tramita una ley sin el texto que ellos quieren, cuando los clubes amenazan con la huelga. Este martes se reúne la comisión que lleva este proyecto de Ley. Si no hay cambios, la Asamblea de LaLiga del jueves se antoja clave: puede ser ahí cuando digan que paran el torneo, que sería ya este mismo fin de semana.

Todo se resume además en el «profundo malestar», en palabras de varios presidentes, por cómo se han hecho las cosas. Les prometieron la aprobación de enmiendas que recogían todo lo mencionado (derechos audiovisuales, defensa ante la Superliga…) y que finalmente han sido retiradas. Por ello alientan el miedo a que la supervivencia del fútbol español «está en juego» y piden al Gobierno y al PP «dar un paso adelante y que apoyen y que sean conscientes de que abrir la puerta a la Superliga es algo que va a hacer mucho daño a la competición tal y como la entendemos hoy en día».