La división política en Brasil llega al fútbol en plena búsqueda de su sexto Mundial

Con un país dividido después de los resultados electorales, con los que Lula Da Silva venció a Jair Bolsonaro por menos de dos puntos de distancia, la confrontación en Brasil también se hace notar en el fútbol.

Después de que Donato, histórico jugador del Deportivo, incitara a los bolsonaristas a tomar las calles y no aceptar el resultado electoral -«el comunismo no puede volver al poder», dijo- ahora han sido otros dos grandes futbolistas brasileños quienes se han enzarzado.

Juninho ataca a Neymar

En concreto, ha sido Juninho Pernambucano, mítico jugador del Olympique de Lyon, recordado por sus 'cañonazos' en las faltas-, quien con la victoria de Lula, a quien él apoyaba, ha pasado factura a Neymar, el deportista brasileño más mediático en la actualidad.

«Me enfermo cuando veo a jugadores brasileños de derecha como Neymar apoyando a los fascistas», ha dicho Juninho, ganador de la liga francesa siete veces seguida y que jugó 64 partidos con la selección brasileña. Se refiere con ello al apoyo que la estrella del PSG ha dado en toda la campaña a Bolsonaro, hasta ahora presidente de Brasil.

«¡Ey, Neymar, tendrás que declarar!», cantaron los seguidores de Lula Da Silva en los festejos tras conocer los resultados. «Venimos de abajo y somos el pueblo. ¿Cómo podemos estar del otro lado?», añadía Juninho en su crítica a Neymar.

A tres semanas del Mundial

El fútbol, como la sociedad brasileña, ha notado la gran división en ese país y todo ello se produce a tres semanas del Mundial, todo un símbolo para Brasil, que se paraliza con este torneo y en el que aspira a la sexta corona 20 años después de conquistar la quinta.

Neymar, quien ya aseguró que dedicará su primer gol en Qatar a Bolsonaro, ha sido el futbolista que más abiertamente ha mostrado su ideología para estas elecciones. Pero no ha sido el único. También Ronaldinho, otro de los más grandes de la historia del fútbol de Brasil, ha apoyado al que hasta ahora ha sido presidente. También lo hizo Rivaldo, exjugador de Deportivo y FC Barcelona, y el gran lateral Cafú, último capitán con el que Brasil ganó un Mundial.

Heridas abiertas para el Mundial

Por parte del bando de Lula se postularon a su favor Paulinho, actualmente en el Bayer Leverkusen, Raí, exfutbolista y hermano menor de Sócrates, o Vanderlei Luxemburgo, exentrenador del Real Madrid.

Más allá de los apoyos, lo que se ha producido es un choque entre unos y otros. A lo ya mencionado por Juninho se unió el ataque de Luxemburgo a Bolsonaro y seguidores, a los que llamó «sociópatas». Donato, por su parte, animó a que «si el pueblo sale a la calle puede haber intervención militar».

El enfrentamiento ha sido público y la herida no solo está abierta en la sociedad brasileña sino también en su fútbol, uno de los más importantes del mundo y todo ello a menos de tres semanas para el Mundial, en qel ue el país se para para animar a su selección. Esta vez, por ejemplo, los seguidores de Lula tendrán que animar a quien más les criticó en campaña, un Neymar que es la esperanza para alcanzar el triunfo en Qatar.