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El delantero brasileño Pelé (frente) corre con el balón frente a un defensor sueco del club de fútbol Malmoe FFGTRES

Pelé (1940-2022)

Los «quince siglos de fama» que esperan a Pelé

Hasta en la agonía final el mito del fútbol ha mantenido al público en vilo igual que lo hizo en los estadios del mundo

Edson Arantes do Nascimento

Nació el 23 de octubre de 1940 en Três Corações (Brasil) y murió el 29 de diciembre de 2022 en el hospital Israelita Albert Einstein de São Paulo

Mientras aprendía a dominar el balón, Pelé trabajó como limpiabotas. A los 11 años ya se habían fijado en él, y a los 15 entró en el Santos, el equipo de su vida, después de la selección nacional de Brasil.

Una vez Pelé dijo que para él el mejor era Di Stéfano. Porque era el más completo. De Maradona dijo que «no pateaba bien con la derecha y no hacía gol de cabeza». Esto lo afirmó hace más de una década. El año pasado cambió su lista y aseguró, refiriéndose a sí mismo, que «Solo hay y habrá uno. Habrá algunos príncipes, pero solo un rey». También dijo que Cristiano era mejor que Messi, «más estable y continuo durante al menos diez años» y luego se pronunció a favor del argentino.

Quizá estos vaivenes, seguro (el que tenía que ponerse un bozal, según Romario), forman parte del mito que, con nueve años, tras el «maracanazo» que hundió todo Brasil, le prometió a su padre que ganaría un Mundial para él. El limpiabotas que llegaría a ser el jugador de fútbol ganador de más Mundiales, el precursor del jogo bonito y el futbolista de los 50, acaso como el Elvis de los 50, una aparición fulgurante que atrapaba a los televidentes delante del televisor y al público en los estadios como una estrella del rock.

Más que un futbolista

El héroe que regresó en el 70, tras apartarse de la canarinha en el 66, para volver a ganar una Copa del Mundo ocho años después y doce más allá de la primera. Tarcisio Burgnich, defensa italiano en aquella final, admitió que antes del partido se dijo a sí mismo: «Es de carne y hueso, como todo el mundo, pero estaba equivocado». ¿Puede un jugador de fútbol ser considerado el mejor de la historia sin haber jugado en Europa? Maradona dijo que no, y que además hubiera fracasado, pero puede que sí fuera posible a partir de las emociones que provocó. Unas emociones que sobrepasaron el deporte, como dijo Puskas: «El mejor futbolista de la historia fue Di Stéfano. Me niego a clasificar a Pelé como futbolista. Él fue más que eso».

Just Fontaine dijo que cuando vio jugar a Pelé le dio la sensación de que había llegado la hora de colgar las botas. Una opinión georgebestizada por el genial jugador belfastiano: «Si yo hubiera nacido feo, no habrían oído hablar de Pelé». El mismo Di Stéfano opinaba de él que era magnífico: «Lo mejor que tenía era su capacidad para hacer goles. Era el mejor». Cruyff dijo que fue el único que traspasó los límites de la lógica, lo cual puede que incluyera el arte, en palabras de Andy Warhol: «Pelé fue uno de los pocos que ha contradicho mi teoría: en lugar de quince minutos de fama tendrá quince siglos».