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El ucraniano Mudryk es nuevo jugador del Chelsea, pero su fichaje tiene otros componentes más allá del fútbolAFP

Por qué pagar 100 millones por un ucraniano es más que un movimiento de fútbol en el Chelsea

El equipo londinense ficha a Mudryk, pero esta incorporación tiene un sentido más allá del fútbol: dinero para soldados sobrevolando por Londres la figura del ruso Abramovich

El Chelsea dio este domingo uno de los grandes golpes al mercado en los últimos años. En una época en la que se gastan millones sin prácticamente fin, el equipo londinense, con urgencias por su crisis, pagó 100 millones de euros por Mijailo Mudryk, un futbolista ucraniano que si bien pinta muy bien, y está considerado una de las perlas del fútbol europeo, aún no ha destacado ni ha hecho nada destacable.

100 millones de euros (70 más variables fáciles de cumplir) que van directamente al Shakhtar Donetsk, el principal equipo de Ucrania, un club que lleva varios años sorteando las dificultades de la guerra, toda vez que ellos son de Donetsk, en el Donbás, y que desde 2014 no juegan en su ciudad. El Shakhtar es el equipo emblema de Ucrania en el exterior, el que más éxitos ha cosechado a nivel europeo en los últimos años.

Esta inmensa cantidad de dinero supone toda una salvación para un club exiliado de su tierra y su campo, destrozado desde hace casi una década y que no tuvo estadio fijo antes de la invasión. Ahora, ya con la amenaza de Putin presente, juega en Europa en Polonia (en Varsovia) y vio como la guerra le obligó, porque así lo permitió la FIFA, a desprenderse de jugadores extranjeros. Se quedó únicamente con ucranianos. Entre ellos estaba Mudryk.

El Chelsea acometió el fichaje de este joven ucraniano de 22 años recién cumplidos en un movimiento que además de futbolístico tiene más lecturas. Supone la cercanía del club londinense a Ucrania y no es un asunto menor: el Chelsea era el equipo del ruso Abramovich, muy vinculado a Putin, persona a la que se sigue adorando en las gradas de Stamford Bridge pese a que ya hace meses que vendió el club con motivo del veto que el Reino Unido le puso a causa de la invasión. Ahora los dueños son americanos con Todd Boehly como cabeza visible. Y son ellos quienes han fichado al ucraniano.

25 millones para los soldados

Rinat Akhmétov, propietario del Shakhtar, explicó que este fichaje va más allá de la simple incorporación de Mudryk al Chelsea. Es el inicio de una alianza del principal equipo ucraniano con el mejor equipo –así lo dice la historia– de Londres, un club internacional y con una gran masa social. Y es además mucho más que eso.

El club ucraniano ha confirmado que 25 de los millones que le ha pagado el Chelsea por Mudryk van a soldados ucranianos. Es una decisión propia del Shakhtar, que quiere con ello ayudar a ganar la guerra ante Rusia. Son 25 millones que irán para ayudar a los combatientes y sus familias en Ucrania. También irá una gran partida económica para el tratamiento médico, la ayuda psicológica y la obtención de prótesis para los heridos en combate.

Es esta una de las mejores demostraciones de que el fútbol va más allá y que todo el dinero que mueve también se puede emplear en otras cosas. El fichaje de un joven futbolista ucraniano, emblema ya del país, supone una ayuda económica fundamental para quienes luchan por salvar la identidad e integridad de ese país. En Ucrania va todo unido y el Shakhtar comprende que tiene que vincularse directamente con quienes están combatiendo por su país.

«Estoy convencido de que ganaremos la guerra. Jugaremos un partido amistoso con el Chelsea en el Donbás Arena en la ucraniana Donetsk», dijo el presidente del Shakhtar en un sueño hasta ahora imposible: el Donbás es controlado por Putin desde 2014, motivo por el cual este equipo ucraniano tuvo que exiliarse a Kiev y vio como su flamante y moderno estadio (el Donbás Arena) acabó en ruinas.

En su presentación como jugador del Chelsea, en el mismo estadio de Stamford Bridge, Mijailo Mudryk apareció sobre el césped con una bandera ucraniana. Era algo más que un gesto. Es el cambio de tendencia en el Chelsea, el club prorruso que cambió por completo con Abramovich y cuyos aficionados, en su mayoría, siguen venerando al empresario ruso y se mostraron siempre indiferentes con las demandas ucranianas.