De 'Gran Hermano' a jugar contra el Barça en Copa: el éxito del presidente del Ceuta

Luhay Hamido es una persona muy querida en Ceuta. Prácticamente toda la ciudad le conoce y son muy pocos los que no le reconocen ser una figura clave en el día a día de la ciudad. Es el presidente del equipo de fútbol y el que realmente ha lavado la cara al rival del Barcelona este jueves en Copa del Rey. La ciudad autónoma, tan olvidada por el resto de España, tiene ahora un foco mediático enorme gracias al fútbol y a la gesta de estar en los octavos de final.

Hamido es el verdadero artífice del crecimiento de un equipo que antes de la pandemia estaba dormido. El fútbol se vive con pasión en Ceuta, pero su equipo estaba hasta hace dos años en Tercera sin grandes alardes. Con algunas críticas, Luhay dijo que lo dejaba. Rápidamente, la afición le dejó claro que no, que de allí no se podía ir. Fueron los hinchas los que le 'obligaron' a seguir en la presidencia. Desde aquél punto de inflexión el Ceuta firmó dos ascensos.

Militando ahora en la Primera RFEF –tercera categoría del fútbol español, en la que va último–, para entender a este Ceuta hay que retroceder al año 2003. Un jovencísimo Luhay Hamido entraba por la puerta de la casa de Gran Hermano. Fue el hoy presidente del Ceuta, que este jueves recibirá a lo grande en el modestísimo palco del estadio Alfonso Murube a Joan Laporta, concursante del famoso concurso de Telecinco. Y no fue uno cualquiera.

Hay frases que se quedan en la memoria de los españoles. En aquellos años en los que Gran Hermano era todo un fenómeno sociológico hubo una que se comenzó a repetir en muchas partes: «'Pa' chulo, chulo, mi pirulo». Esa frase fue obra de Hamido, que durante aquellos días de una España bien diferente se hizo muy popular en España. A la casa entró con una brújula para orientarse hacia la Meca y rezar dentro de su fe musulmana. Completada su experiencia televisiva, y lejos de vivir de discoteca en discoteca, prefirió estudiar y completó dos carreras y un máster.

Su mayor éxito no fue en los estudios ni en la televisión. Lo firmó en el fútbol. Cogió al Ceuta en 2016 en un estado ruinoso y tras una buena gestión le tiene saneado y con buenos momentos deportivos. Y unido, sobre todo muy unido, porque la afición ceutí se divide entre musulmanes y cristianos. Todos se apasionan con el mismo equipo de fútbol pese a sus diferencias religiosas.

Ayuda también mucho que a este equipo la subvención que el Gobierno de la Ciudad Autónoma, presidido desde hace 20 años por el popular Juan Vivas, da al equipo. Ha sido alguna temporada de un millón de euros, motivo por el que otros equipos se han quejado al considerar al ahora rival del Barça una especie de 'club-estado'. Recibe de ayuda pública el doble o triple del presupuesto de equipos de la misma categoría. Y a eso hay que añadirle los propios ingresos del club. Hay que tener en cuenta, eso sí, los hándicaps que tiene el club: tiene que pagar algo más para convencer a futbolistas de ir a una ciudad que está en África, muy pequeña y con muchas peculiaridades.

Nayim, héroe del Real Zaragoza, símbolo del deporte ceutí, contaba a El Debate que «lo que ha hecho Luhay es algo increíble que tiene un mérito extraordinario». Desde fuera no se valora, pero quien lo ha vivido sabe que no ha sido fácil ser presidente en un equipo como el Ceuta. Y más cuando venía de un mundo en el que llegó a ser protagonista de programas como Crónicas Marcianas o que le veían como vivía en una casa cuatro millones de personas. «Es un hombre muy capacitado y muy inteligente», contaba Nayim sobre él, «un hermano». Ese Luhay provoca que este jueves Ceuta viva un acontecimiento social: todo un Barça está en África para jugar un partido de la Copa de España.