Vinicius y el problema del fútbol español: los ataques racistas no cesan

El fútbol español se ha sumergido en una intolerable cacería contra Vinicius, jugador del Real Madrid, que soporta a menudo no ya solo la dureza de futbolistas rivales sino de cánticos racistas que se repiten de forma constante. Ancelotti, ya visiblemente cabreado con este tema, lo definió este mismo martes: «Es un problema del fútbol español y yo que soy parte del fútbol español tenemos que responder a este problema».

En la encerrona que sufrió en Mallorca el pasado domingo hubo más que patadas, bronca y una persecución por parte de Raíllo y Maffeo, defensores del cuadro balear, cuyo único objetivo en el encuentro de liga fue sacar de quicio a Vinicius.

También hubo cánticos racistas en Son Moix. En concreto se escucharon gritos de «eres un p... mono», algo repetitivo en ese momento y que también se ha escuchado en otros campos. Más allá de ser un nuevo insulto racista contra el futbolista del Real Madrid es algo repetitivo en LaLiga, donde hay barra libre con estos comportamientos intolerables en cualquier ámbito de la sociedad.

No es la primera vez que Vinicius tiene que escuchar gritos racistas en su contra. Los cánticos y los gritos contra él son perfectamente entendibles (como ante cualquier otro futbolista) dentro de lo que es el fútbol, un deporte de tensión en el que el aficionado local juega un importante papel animando a los suyos y presionando al rival. Pero con Vinicius no hay un asunto deportivo, es racismo.

Lo que ocurrió en Mallorca este último domingo ya pasó en el Nuevo José Zorrilla de Valladolid el pasado 30 de diciembre. Y también en el derbi liguero ante el Atlético de Madrid el pasado mes de septiembre. A eso hay que unirlo al vergonzoso ataque contra su persona al ahorcar un muñeco sobre un puente de Madrid en las horas previas al derbi de Copa del Rey. Y antes, hace ya más de un año, Vinicius también sufrió cánticos racistas en el Camp Nou.

LaLiga reacciona siempre denunciando este tipo de comportamientos, calificándolos como «intolerables» y trabajando para la identificación de los responsables con el objetivo de tomar las medidas legales oportunas. En eso no se puede achacar nada a la patronal, que siempre condena –como no podía ser de otra forma– este tipo de comportamientos. Los manda al Comité Antiviolencia y algunos llegan a más, otros a nada, algunos se quedan investigados en la Fiscalía y otros se archivan.

Hay que recordar que la Fiscalía de Madrid archivó la denuncia por los cánticos racistas a Vinicius en el Metropolitano porque, aunque los calificaba de «desagradables» e «irrespetuosos», se vertieron en un contexto de «máxima rivalidad». Esas reflexiones poco ayudan a la lucha contra el racismo en la que toda la sociedad debe estar presente.

Vinicius, que normalmente guarda silencio para no caldear más el ambiente, solo explotó en una ocasión, después de sufrir los gritos en Valladolid, cuando dijo entonces que «los racistas siguen yendo a los estadios y viendo al mejor club del mundo de cerca y LaLiga sigue sin hacer nada». Añadió entonces el brasileño que «seguiré con la cabeza alta y celebrando mis victorias y las del Real Madrid». Y así sigue, aunque las actitudes racistas no han cambiado.