Enríquez Negreira, el árbitro catalán que quería (y nunca pudo) pitar al Barça, que le hizo millonario
Numero dos del arbitraje español durante 25 años, en los últimos hizo el negocio de su vida con el club azulgrana en un claro conflicto de intereses
Parece que Enríquez fue la primera palanca, por Tomás Guasch
José María Enríquez Negreira fue un árbitro que dirigió encuentros de Primera División durante 13 temporadas. 1992 fue su último año con el silbato y tan solo uno después ya era vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), cargo que mantuvo hasta 2018. Fue el eterno número dos de Victoriano Sánchez Arminio, el jefe de los colegiados durante 25 años. Todos eran hombres de Ángel María Villar. Fue llegar Luis Rubiales y su proceso de cambio y 'cargarse' a quienes llevaban cinco lustros al frente de los árbitros.
Son los tres últimos años de Enríquez Negreira –cuando ya llevaba más de 20 años– los que ahora investiga la Fiscalía de Barcelona porque se llevó, cuando estaba en el cargo, 1,4 millones de euros del Barça por supuestos informes técnicos relacionados con el arbitraje profesional. Eso es lo que dicen las dos partes, Enríquez y el club, que acordaron que el primero le fuera pasando informes «orales» (sin nada firmado) sobre algo que podían ver ya cualquier aficionado: como es este árbitro, como es el otro, si es muy hablador, si saca más o menos tarjetas...
Enríquez Negreira es un viejo conocido del fútbol español que, según ha podido conocer El Debate, su papel en el Comité Técnico de Árbitros era más testimonial que otra cosa. No entraba en grandes decisiones arbitrales, pero era al fin y al cabo el número dos del organismo que pone rige el arbitraje en España. Enríquez tenía un cargo más institucional que ejecutivo. Ese puesto, por ejemplo, ya no existe en un CTA dirigido ahora por Luis Medina Cantalejo.
Catalán (nacido en Barcelona), Enríquez Negreira nunca pitó al Barça porque así lo impedían las normas. Pero sí al Real Madrid y mucho. El club blanco fue incluso el equipo al que más partidos dirigió Enríquez, que tuvo encontronazos con jugadores de aquella época. Los madridistas con más años y memoria recordarán que fue este árbitro quien decantó la liga del año 1981 cuando en un Real Sociedad-Real Madrid expulsó en el extinto estadio de Atocha de San Sebastián a Andrés Sabido, acción que acabó siendo clave para el devenir del partido y el resultado final del torneo, ganado por los vascos.
En aquellos años fueron muchas las acusaciones de que el ahora protagonista Enríquez era antimadridista y sus arbitrajes iban camino de favorecer al equipo de su ciudad natal, algo que nunca lógicamente se pudo comprobar. En un derbi madrileño expulsó al madridista Jankovic a los 38 minutos y el Atlético acabó ganando en el Bernabéu por 0-4. La que se lío fue enorme. En otro derbi, también en Chamartín, expulsó a Sanchís y Maqueda y el Atleti se llevó otra goleada a favor (0-3). Cuando se retiró recibió la medalla de oro de la Federación Catalana y se incorporó de forma inmediata al Comité Técnico de Árbitros.
Quería pitar al Barça
Preguntado en 2019 por si un colegiado puede ser juez aún siendo simpatizante de uno de los dos equipos (y a su vez contrario a uno de ellos) Enríquez afirmaba sin duda que «sí» porque «la profesionalidad está por encima de todo». Afirmaba también que «le gustaría» que un árbitro pudiera pitar al equipo de su ciudad. En su caso era al Barcelona con el que años después hizo negocios desde el segundo cargo más importante en el Comité.
Y lo hizo de forma «oral» facturando a través de una de sus empresas, DASNIL 95 SL, una sociedad que nació en 1995 para dedicarse al comercio mayorista de alimentos, que cinco años después pasó a ser de servicios de publicidad y que acabó recibiendo dinero del Barcelona porque les hiciera primero informes técnicos referidos a jugadores de categorías inferiores y después de asesoramiento arbitral. Es aquí donde entra el conflicto y la gran duda: el vicepresidente de los árbitros españoles recibía dinero por decirle al Barcelona cómo se tenían que comportar con un colegiado y todo era de forma verbal.
Si esto ocurrió entre 2016 y 2018, Josep María Bartomeu, que era entonces el presidente, retrocedió hasta el 2003 el tiempo en el que se pagaba por este tipo de informes. Ese fue el año en el que entró Joan Laporta, que tuvo en 2004 una de sus decisiones más clave: apoyó a Ángel María Villar rompiendo la disciplina de voto en los equipos de la Liga y acabó estando en el caballo ganador. Sandro Rosell, que llegó a la presidencia en 2010, mantiene que también se hacían en su etapa. El asunto es que en lo investigado se hacía con todo un vicepresidente del organismo que elige a los árbitros, quien los da una reprimenda, quien los promociona y quien también los manda a la 'nevera'.
30 años después de entrar en un puesto en el que estuvo 25, Enríquez Negreira volvió a la actualidad del fútbol ante uno de los escándalos más graves que se recuerdan en este deporte en años. Él se hizo millonario no por árbitro, sino por asesor de árbitro a la vez que era el segundo jefe de los árbitros. ¿Por qué se acabó el acuerdo entre el Barcelona y el exárbitro en junio de 2018? Como recuerda el informe de la Agencia Tributaria, el Barça dejó de pagar justo cuando a Enríquez Negreira le echaron del Comité de Árbitros. Cosas de «recorte de gastos».