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Enríquez Negreira, en una imagen de su etapa de colegiado de Primera DivisiónRTVE

El hijo del vicepresidente de los árbitros era psicólogo de los colegiados y «les llevaba al Camp Nou»

En el escándalo de los pagos del FC Barcelona al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) hay muchas figuras claves. La primera es José María Enríquez Negreira, exárbitro de Primera y de 1993 a 2018 número dos del órgano que rige el arbitraje en España. Fue él quien recibió 1,4 millones de euros desde 2016 a 2018 por parte del Barcelona. Josep María Bartomeu, presidente entonces del club azulgrana, es otra figura clave. Él mismo reconoce los pagos, añade que fue quien ordenó que cesaran esos ingresos en junio de 2018 –justo cuando Negreira abandona el CTA– por «recorte de gastos» y quien especifica que esas prácticas se hacían desde 2003, año en el que Joan Laporta llegó a la presidencia en su primera etapa.

Tras ellos hay otra figura: se apellida también Enríquez y es el hijo del que fuera vicepresidente de los árbitros. Una vez publicado el escándalo en el Barça, que investiga la Fiscalía de Barcelona, algunos árbitros de aquella época han recordado cómo se trabajaba con Enríquez Negreira y cuál era el papel de su hijo, que ahora entra en este caso por su relevancia en el mismo.

«En los partidos importantes del Barcelona en su campo, el hijo de Enriquez Negreira, que estaba también metido en el Comité Técnico, llamaba a los árbitros a decirles en qué hotel estaba y les decía que él les llevaba al campo», ha dicho Andújar Oliver, colegiado de Primera División durante 15 años y uno de los árbitros más recordados.

El extrencilla, en Onda Cero, detalló que el hijo de Enríquez Negreira estaba muy encima de los colegiados que iban a pitar al Barcelona en el Camp Nou y que les trataba de forma muy cercana y quería conocer los detalles de sus vidas y lo que pensaban.

El hijo del vicepresidente «iba a todas las reuniones del Comité Técnico con todos los árbitros», encuentros a los que «iba a dar instrucciones a todos los colegiados». Era una persona que hasta 2018, año en el que fue cesado su padre, era coach/psicólogo de los trencillas y tal y como detallaba Andújar Oliver –y también destacó Pérez Burrull, otro exárbitro–. «A este señor los árbitros le han dado toda su información y pensamientos mientras él les tenía en sus manos», comentó, a la vez que se lamentó por el daño que hace este caso a la «honestidad» de los árbitros.