Luka Modric asume que debe ganarse la renovación
El centrocampista desea continuar un año más y el Real Madrid estudiará su rendimiento hasta el final para decidirlo. Su obsesión por seguir jugando con Croacia hasta 2024 complica la situación
Serio, profesional, inteligente, se cuida como nadie para extender su carrera hasta el infinito. Su disciplina espartana es ejemplar para los jóvenes. Duerme más de ocho horas diarias y su alimentación persigue con precisión calórica las necesidades que su ADN le exige para rendir al máximo a los 37 años. Se encuentra en la encrucijada de su carrera profesional. En junio debe conocer si continúa en el Real Madrid o si se marcha a otro equipo. Pero Luka Modric no tiene prisa. Y Luka Modric no mete prisa al club que le ha convertido en leyenda. El Balón de Oro sabe marcar muy bien los tiempos y actúa en consecuencia. Asume que la empresa que le paga decidirá a final de temporada. Así sucedió hace un año. Y hace dos.
El futbolista está tranquilo. Sabe que tiene que ganarse la renovación con rendimiento. Quiere conseguirlo en el campo. Y en eso está. Nunca se pone nervioso porque así lo ha vivido desde hace un trienio y siempre alcanzó el objetivo de permanecer en la plantilla.
Acepta la rotación
Lo primero que ha hecho Luka Modric desde hace dos años es aceptar que no puede disputar sesenta partidos anuales. Admite con deportividad que un día es titular y al siguiente disputa la última media hora. Y así marca goles. La rotación la lleva mejor que Kroos y que Benzema. El croata ha analizado con rigor el reparto de esfuerzos que necesita para desplegar su clase con mayor tiempo de recuperación y con menos minutos en el césped.
Modric no discute si debe ser titular. Modric no discute si debe disputar más minutos. Modric no discute si es sustituido por jóvenes como Valverde, Camavinga o Ceballos. Es disciplinado ante la decisión del entrenador. El Balón de Oro no exige derechos de antigüedad, porque en este fútbol moderno la exigencia física reinante se ha impuesto por encima de los nombres. Lo que Modric quiere es jugar bien con regularidad para labrarse el camino de su continuidad.
La selección le desgasta
En esta diatriba que el Real Madrid medita para tomar una postura hay un punto negativo. Luka desea perpetuarse en la selección croata. Va a jugar dos partidos dentro de unos días y espera ser protagonista en la Eurocopa de 2024. El Real Madrid deseaba que después de la medalla de bronce obtenida por Croacia en el Mundial de Qatar colgara las botas con su país a lo grande. Pero el centrocampista quiere jugarlo todo y la institución madridista ha comprobado durante años que ese doble desgaste le ha perjudicado ostensiblemente en muchos momentos.
Lo ideal para el cuerpo técnico madridista es que Modric copiara a Kroos y a Benzema y dejara la selección para rendir al máximo con el club que le paga mensualmente. Por ejemplo, el francés y el alemán van a aprovechar la inminente quincena dedicada a las selecciones, colocada entre los dos clásicos que van a jugarse en el Camp Nou, para hacer una nueva pretemporada. Ese ha sido el secreto de Karim Benzema para rendir tanto en los últimos años, tras permanecer mucho tiempo alejado del equipo nacional francés.
Modric es un icono de Croacia y no quiere dejar de serlo. En la dirección deportiva del Real Madrid se dice que tenemos un problema, Houston. Se analiza que la competición de selección le perjudicará en sus prestaciones con el conjunto blanco. Y el cansancio puede costarle la renovación, pues ese desgaste se intensificará la próxima temporada, previa a la Eurocopa.
Valorar su cuerpo
El Real Madrid quiere que valore su biología y que no vaya siempre al límite, porque al final lo paga. Le ha sucedido en enero, tras triunfar en el Mundial. Y se reflexiona si le afectará demasiado la próxima temporada, antes de la Eurocopa. La decisión final es difícil para la institución. El rendimiento de Luka en los próximos tres meses será determinante.