Nacho renovará en cuanto el Real Madrid le ponga el contrato sobre la mesa

No hay mejor ejemplo de lo que significa la cantera del Real Madrid que Nacho Fernández. Su sacrificio y su disciplina para llegar a lo más alto es un espejo que se enseña en Valdebebas a los quinientos chavales que quieren emular su carrera. Víctima de una diabetes crónica desde su nacimiento, el madrileño se ha tratado siempre ese problema hasta llegar a la cumbre del fútbol. Ese hándicap le obligó desde pequeño a cuidar muy bien la alimentación y el descanso para poder alcanzar el sueño de ser futbolista profesional del primer equipo del Real Madrid.

¿Se imaginan ustedes lo que es tener que luchar desde niño con ese problema y demostrar a los entrenadores que puede ser titular en cada equipo en los que ascendió hasta tocar la cima? En cada equipo de niños llegó con este obstáculo de salida y tuvo que convencer a cada técnico. Vaya si lo hizo. El mayor problema para Nacho Fernández no ha sido su diabetes, sino encontrarse con entrenadores sectarios como Luis Enrique, que le echó de la selección con una visión tan corta como injusta. Menos mal que ya estaba consagrado en el Real Madrid desde 2011.

Lección a Luis Enrique

El odio biológico de Luis Enrique al Real Madrid, porque no le renovaron como jugador en la era de Lorenzo Sanz, lo ha pagado con los futbolistas, que nada tienen que ver. Y sí, es injusto porque ha tirado piedras contra su propio tejado hasta destruirse la casa entera, como le sucedió en el Mundial de Qatar. Allí tuvo que colocar a Rodri como central de España y destruir la carrera del bisoño Eric García, que era muy joven para asumir tanta responsabilidad, con tal de no llamar a Nacho. Muy corto de miras y muy largo de fobias.

Ahora, Luis Enrique ya no hace videollamadas diarias contando que come cinco huevos diarios, mientras el defensa madridista, un canterano que ha ganado cinco Champions, una más que Messi, ha sido el mejor defensa de Luis de la Fuente en la victoria ante Noruega y fue un error del técnico no mantenerle en el once en Escocia.

Nacho se ha erigido en titular de la retaguardia de Ancelotti, sea como central o como lateral izquierdo. Luis Enrique le podía haber llevado a Qatar porque José Ignacio cubría los cuatro puestos de la zaga, pero prefirió quemar la carrera de un chaval que ahora ya no juega en el Barcelona ni un minuto.

Es un fijo para Ancelotti

Carlo Ancelotti le ha dado sopas con onda a Luis Enrique en la valoración objetiva de los futbolistas. El italiano brilló como mediocampista en el Milán y después dirigió a su gran rival, la Juventus, y a muchos grandes de Europa. No tiene filias y fobias. Luis Enrique no puede dirigir al gran rival del Barcelona porque su odio le corroe. Es la enorme diferencia de talante y de inteligencia. Nacho no valía para la España de Lucho, pero jugaba siempre con el Real Madrid de Ancelotti y de Zidane. Hoy, José Ignacio Fernández Iglesias es titular en el campeón de Europa y lo es de España. En su club no se ha bajado del once. Y marcha camino de no bajarse del once de España.

Renueva en cuanto se lo digan

Ahora, el Real Madrid le ofrecerá la renovación por un año, hasta los 34, si él quiere continuar en la casa blanca. Ya tiene esa propuesta de palabra desde hace tiempo. El futbolista lo sabe. Todo se retrasará hasta que se diluciden los tres títulos en juego, para no interferir en esta fase decisiva.

El alcalaíno posee también una buena oferta extranjera por tres años que aseguraría su continuidad futbolística hasta los 36. En el debate interno familiar hay quien le ruega que acepte atacar esa aventura después de toda una vida en el Real Madrid. José Ignacio, el defensa más pesimista del mundo, el que siempre piensa lo más grave que puede pasar en una jugada, el que se coloca para cortar esa situación extrema, medita su futuro. Pero firmará por el Real Madrid en cuanto le pongan el contrato encima de la mesa. Es su casa. Es su vida.