La revancha de Ancelotti en su momento de mayor presión: una victoria con la que pide seguir
Lo dijo un día antes del clásico de Copa en el Camp Nou: «Nos toca ganar a nosotros». Lo cumplió. No solo ganó. Goleó y firmó la mayor victoria del Real Madrid en el campo del Barcelona en 60 años. Carlo Ancelotti protagonizó este miércoles una de esas revanchas silenciosas con las que ganar mucho crédito. Y lo hizo en el momento en el que más cuestionado estaba.
En el Real Madrid no ganar títulos supone el cese del técnico. Así lo dice una norma no escrita prácticamente aplicada siempre en toda la historia. Esa idea sobrevolaba estos días por el puesto del italiano, más serio últimamente de lo normal. Esa seriedad tenía un plan: una alineación muy discutida en el Camp Nou acabó por darle una de los grandes triunfos de su carrera.
Ahora, en la final de Copa, Ancelotti toca otra vez un título. Tiene que ganar a Osasuna, eso sí. Si lo consigue ya tendrá uno de los tres grandes trofeos de las temporadas, esos que juzgan la continuidad o no de un técnico. Ya había ganado el Mundial de Clubes y la Supercopa de Europa, pero en el Madrid (como gran club) lo que de verdad juzga un curso es la Liga, la Champions y la Copa, esta última en menor medida.
Más allá de la importancia de uno u otro torneo, la gran revancha de Ancelotti llegó en el clásico. Y no es un partido cualquiera ni tampoco era un contexto normal. El Madrid venía de perder los últimos tres duelos con el Barcelona, todos en 2023, y además había dejado sensaciones muy malas, incapaz de crear peligro a un Barça que tampoco suponía un equipo muy temible. Ancelotti salió tocado de esos encuentros, lo sabía, y este miércoles se jugaba mucho más que un clásico.
Una victoria al estilo Carletto
La respuesta fue la más brillante de toda la temporada con una buena lectura del partido y una segunda parte en la que bordó el fútbol. Y lo hizo además con el estilo de siempre, uno muy propio, en el que siempre confío. Tranquilidad por bandera, «no volverse locos» y su vieja guardia al rescate. Benzema marcó tres goles y Modric y Kroos callaron las críticas de que no pueden jugar juntos. Cuántas voces han dicho estas últimas semanas que los tres futbolistas mencionados no podían ser ya titular. Ancelotti se empeñó en que sí lo fueran y el resultado está ya a la vista de todo el mundo del fútbol.
También Vinicius hizo un partidazo con asistencias, autoría del primer gol y volviendo locos a los defensas culés. Vinicius es un jugador 100% fabricado por Ancelotti, que se arriesgó con Rodrygo de titular y con Camavinga en el lateral. Lo del francés es digno de estudio porque es ahora mismo uno de los jugadores en mejor estado del fútbol europeo.
El 0-4 logrado en el Camp Nou representa también este segundo proyecto de Ancelotti en el Real Madrid. Es un técnico tranquilo, fiel a unas ideas, padre en el vestuario y muy querido por sus futbolistas. Las cosas no le salían bien en Liga pero él se mantuvo firme en su confianza de que al menos un título se iba a ganar. Uno al menos está cerca, aunque falta por ganar la final. Y en una semana llega la Champions, donde el resto es mayúsculo con el Chelsea en cuartos y el City o Bayern en semifinales.
La lectura más relevante de la gran victoria del Real Madrid al Barça fue que Ancelotti soportó toda la presión de los últimos días –en el parón por selecciones tuvo que escuchar la habitual lista de sustitutos en el banquillo del Bernabéu– para reinventarse y ganar.
En juego estaba la actual y la próxima temporada y lo que ha hecho Carletto ha sido mandar un mensaje a nivel interno y externo: se merece la continuidad, todavía tiene crédito para dirigir al equipo más exigente del mundo. Y eso que tiene a Brasil esperando y deseando recibirle, pero Ancelotti es un viejo zorro que tiene muchas vidas. El entrenador es quien más sale reforzado de un clásico ya histórico para el Real Madrid.