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El saludo entre jugadores del Racing de Ferrol y el Deportivo en el partido de esta temporadaIsmael Mijan (Racing Club Ferrol)

Primera Federación

El Racing de Ferrol divisa un 'sorpasso' histórico al Dépor

El conjunto blanquiazul, que hace 23 años ganó la Liga pero que lleva tres campañas en la tercera categoría, ve como su vecino se convierte en el gran aspirante al ascenso a Segunda

Este viernes 19 de mayo se cumplieron 23 años de aquella tarde en la que el Dépor ganó la Liga. El que a efectos clasificatorios llegó a ser el primer equipo de España no es, a día de hoy, ni el primero de su provincia, mérito que corresponde al Racing de Ferrol, líder del grupo I (hay dos) de Primera RFEF, la tercera categoría del fútbol nacional, a la que acaba de descender el Lugo, hasta ahora –si nos atenemos a las divisiones en el momento actual, y no a la historia– el segundo equipo de Galicia tras el Celta, que está en Primera.

Así de dura es la realidad para un club más que centenario que vive la peor etapa de su historia pero que retiene una masa social numerosa y entregada, que también se siente identificada con su equipo en la derrota. Pese a todo, sigue siendo viable lograr el próximo mes un ascenso a Segunda que supondría dar un giro radical a la desastrosa deriva de los últimos años. A él se aferra la afición blanquiazul, la que antaño cantó goles de Bebeto, Djalminha y Makaay.

El Dépor, nacido en diciembre de 1906, vivió su edad de oro bajo la presidencia de Augusto César Lendoiro, con los legendarios Fran y Mauro Silva en el terreno de juego: ganó seis títulos nacionales del máximo nivel (una Liga, dos ediciones de la Copa del Rey y tres de la Supercopa), fue cuatro veces subcampeón del torneo de la regularidad y participó en cinco ocasiones consecutivas en la Champions, donde llegó a rozar la final. Durante todo ese período, la mejor campaña del Racing de Ferrol fue la 2001-2002, en la que acabó noveno en Segunda División.

Un tridente excepcional

El conjunto ferrolano es equipo que más veces ha estado en la categoría de plata (34) sin ascender, la última de ellas en 2008. Ahora, a falta de dos jornadas, el Racing ferrolano es el principal favorito al ascenso directo a Segunda en el grupo I de Primera Federación, que comparte con los deportivistas.

El cuadro verde comenzó como un tiro la temporada (fue líder entre la jornada sexta y la novena), pero antes de final de año sufrió bajas importantes y se deshinchó. Concluyó la primera vuelta a nueve puntos del líder Alcorcón, pero en el quinto puesto de la tabla, el último que da plaza para un play-off que nunca perdió de vista. Es un bloque sólido en defensa y en ataque cuenta con los dos mejores extremos puros de la categoría, Carlos Vicente y Héber, que forman un tridente de ataque de lujo con Manu Justo, máximo anotador del equipo con once tantos.

El Racing de Ferrol acaricia el ascenso a Segunda División@racingferrolsad

La jornada pasada, el Racing se volvió a colocar líder, con un punto de ventaja sobre el Alcorcón, cuatro sobre el Castilla, seis sobre el Dépor y once sobre el Celta B. Solo asciende de forma directa el campeón de grupo. El segundo, tercero, cuarto y quinto se clasifican para el play-off, donde competirán con los que ocupen esos mismos puestos en el otro grupo y en el que esos ocho equipos dilucidarán otros dos billetes a Segunda División.

El banquillo ferrolano lo lidera desde febrero de 2021 Cristóbal Parralo, aquel lateral que fue campeón de Europa con el Dream Team de Cruyff. Tiene pasado blanquiazul: ascendió a Segunda B al Fabril, filial deportivista, en la 2016-2017, y lo tenía líder de la categoría a la temporada siguiente cuando fue situado, en sustitución de Pepe Mel, en el banquillo del primer equipo. Tras lograr 9 puntos de 39 posibles, fue cesado cuando estaba a tres de la salvación. El Dépor protagonizó al final de ese curso, ya con Seedorf en el banquillo, su último descenso a Segunda. Para más inri, Parralo tiene como ayudante en Ferrol a Javier Manjarín, pieza crucial del Dépor que logró en 1995 su primera Copa del Rey.

El pasado ejercicio, el primero completo de Parralo en el Racing, su equipo firmó una segunda vuelta excelente y accedió al play-off de ascenso, donde cayó en la semifinal ante el Nàstic de Tarragona. Con un presupuesto de 3.640.000 euros (200.000 más que en el curso anterior), los verdes aspiran ahora a subir por la vía directa. Se da la paradoja de que entre los grandes beneficiados por ese ascenso figurarían dos ilustres nacidos en la ciudad coruñesa. El máximo accionista del Racing –posee más de un 70 %– es Ignacio Rivera, presidente ejecutivo de Corporación Hijos de Rivera, la empresa que tiene como principal marca la cerveza Estrella Galicia. Es vocal en el consejo de administración racinguista, mismo cargo que ostenta su amigo Constantino Fernández, el que fue el primer sustituto de Lendoiro en la presidencia del Dépor.

Lucas y Rubén, coruñeses al rescate

El Deportivo maneja mucho más dinero que el Racing, pues cuenta con ocho millones de euros de presupuesto. Comenzó la temporada con el mismo inquilino en el banquillo que la pasada temporada, el abulense Borja Jiménez, pero fue cesado tras la séptima jornada, que el equipo finalizó en quinta posición, a siete puntos del liderato. Su sustituto fue el granadino Óscar Cano, quien de entrada dio más seguridad defensiva al conjunto blanquiazul pero nunca llegó a conectar con la grada riazoreña.

La incorporación en el mercado invernal del coruñés Lucas Pérez, que dejó al Cádiz de Primera División por el equipo de su corazón, dio un salto de calidad a la plantilla. Pero ni así ha sido posible alcanzar el liderato, principalmente por el desastroso rendimiento fuera de casa (ha sumado 22 puntos a domicilio, siete menos que el Racing de Ferrol).

Una derrota dolorosa en Linares en la pasada jornada –ganaba 0-2 y perdió 3-2– ha supuesto que el consejo de administración presidido por Antonio Couceiro decidiese esta semana el cese de Cano y la llegada al banquillo de Riazor del coruñés Rubén de la Barrera, que ya fue técnico deportivista durante la pandemia (mantuvo al equipo en Primera RFEF con ciertas dificultades) y que también fue su verdugo la pasada temporada cuando dirigía el Albacete.

De la Barrera, que aspira a hacer con el Dépor lo que Valdano hizo con el Madrid (darle una gran alegría después de haberle dado un soberano disgusto), se han encontrado a sus dos estrellas, Lucas Pérez y Alberto Quiles, lesionadas. Ambos delanteros llevan trabajando desde hace días con máscaras protectoras porque literalmente les han partido la cara por el Dépor. La afición confía en que estos enmascarados, a los que se compara jocosamente con Batman y Robin, asciendan al equipo en el play-off y se inicie así un resurgimiento que ponga fin a la peor etapa de la historia del club, que tiene su origen mucho tiempo atrás.

La mochila

El declive del Dépor tiene su principal explicación en un cráter económico. Con Lendoiro en la presidencia, la entidad coruñesa protagonizó en enero del 2013, con una deuda de 160 millones, el mayor concurso de acreedores vivido por una sociedad anónima deportiva en España. Es la llamada «mochila de Lendoiro». La han asumido y sufrido Constantino Fernández, quien tomó posesión como presidente en enero de 2014, y también sus cuatro sucesores. Menos dotados que Lendoiro en lo deportivo, todos ellos han tenido que lidiar con esas estrecheces económicas.

Tras diversos avatares, el club, que desde su constitución como sociedad anónima en 1992 era propiedad de multitud de accionistas minoritarios, pasó en julio del 2022 a manos de la entidad crediticia Abanca, que se convirtió en dueña del 78 %. La intención del actual propietario es venderlo en cuanto sanee algo sus cuentas, para lo que es requisito imprescindible ascender.

Rubén de la Barrera (izqda.) es el nuevo entrenador del Deportivo de La CoruñaSusi Garcia (RC Deportivo)

En lo deportivo, el club ha tenido quince entrenadores desde la marcha de Lendoiro, que lo dejó en Segunda en posición de ascenso. Subió esa misma campaña (2013-2014) a la Liga de las Estrellas ya con Constantino Fernández como presidente, y se mantuvo en la máxima categoría hasta 2018. En el verano de 2019, lo separó del regreso a Primera un cabezazo de Pablo Marí que se marchó fuera por poco. Al curso siguiente, estaba casi desahuciado hasta que lo revivió la llegada al banquillo de Fernando Vázquez en enero, pero el bochornoso Caso Fuenlabrada lo acabó arrojando al pozo de la Segunda B, reconvertida en Primera RFEF la pasada temporada, cuando los blanquiazules dejaron escapar el ascenso en Riazor al perder –les valía el empate– ante el Albacete en la prórroga de la final del play-off.

El caso es que el club coruñés, que nunca había estado más de una temporada seguida en la tercera categoría del fútbol español, ya va por la tercera. Solo un giro radical de los acontecimientos de aquí a final de temporada le evitaría una cuarta penitencia. Lo que no ha fallado durante todo este ominoso período es su gente: cuenta con más de 25.000 socios y la asistencia a Riazor supera jornada a jornada la de la mayoría de los estadios de Primera y Segunda.

Lo nunca visto

Pero el aliento de su hinchada no ha sido, al menos por el momento, suficiente. Este sábado, el Racing puede dar otro paso decisivo hacia Segunda en casa del colista Talavera mientras el conjunto coruñés solo aspira ya a asegurar de forma matemática el play-off, cerrar sus heridas y poder competir con garantías en esas eliminatorias que lo podrían elevar hasta la categoría de plata.

Apenas hay precedentes históricos de la situación actual. El Racing de Ferrol solo ha acabado dos temporadas por delante de su vecino coruñés. La primera vez fue en la campaña 1957-1958: los ferrolanos quedaron decimosegundos en Segunda, un puesto por delante de los herculinos. La segunda, la 2020-2021, la última de existencia de la Segunda B: fueron primeros en la liguilla final (fase de ascenso a Primera RFEF), mientras sus rivales finalizaron terceros. Sobre el papel, la tercera vez está muy próxima.

Lo que ahora importa y ocupa a ambos clubes es el ascenso a Segunda, y el logro o no del objetivo será el que sirva para valorar la temporada. Si el Racing sube de categoría y el Dépor no lo hace se confirmaría el sorpasso de los verdes a los blanquiazules: por primera vez en la historia, los ferrolanos competirían en una categoría superior a la de sus vecinos coruñeses. En la posibilidad de que ascienda a Segunda el Celta B (ocupa puesto de play-off), y no lo haga el conjunto coruñés, la afición blanquiazul prefiere ni pensar.