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Vinicius, durante el partido del Real Madrid contra el Valencia, en Mestalla

Vinicius, durante el partido del Real Madrid contra el Valencia, en Mestalla

El vídeo publicado por Vinicius para denunciar los insultos racistas: «Es inhumano»

Vinicius dijo basta en el partido del Real Madrid ante el Valencia que se disputó en Mestalla el pasado domingo. El clima hostil y los numerosos insultos, en su mayoría racistas, que recibe en cada campo de España al que va, han hecho que el atacante brasileño se plante y denuncie el grave problema que atraviesa en estos momentos el fútbol español.

Esto ha llevado al jugador del Real Madrid a elevar la voz de todas las maneras posibles y como no podía ser de otra manera, una de las formas utilizadas han sido sus redes sociales, concretamente Instagram, donde cuenta con más de 40 millones de seguidores. Ahí, ha publicado un vídeo en el que recoge los momentos más desagradables que ha vivido durante esta temporada y lo acompaña de un texto explicando cómo se siente.

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«Cada partido fuera de casa es una sorpresa desagradable. Y hubo muchos esta temporada. Deseos de muerte, muñeco colgado, muchos gritos criminales, todo registrado, pero el discurso siempre cae en ‘casos aislados’ o ‘un fan’. No, no son casos aislados, son episodios continuos que se difunden en varias ciudades de España (e incluso en un programa de televisión)», comienza diciendo el brasileño.

«La prueba está en el vídeo. Ahora pregunto: ¿cuántos de esos racistas han tenido sus nombres y fotos expuestos en sitios web? Respondo para hacerlo más fácil: cero. Nadie para contar una historia triste o hacer esas falsas disculpas públicas», continúa exponiendo Vinicius.

«¿Qué queda para criminalizar a estas personas? ¿Y castigar deportivamente a los clubes? ¿Por qué los patrocinadores no cobran a La Liga? ¿No se molestan los televisores en transmitir esta barbarie cada fin de semana? El problema es muy grave y las comunicaciones ya no funcionan. Culpándome a mí mismo para justificar actos criminales tampoco. No es fútbol, es inhumano», concluyó.

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