El ruinoso paso de Dembélé y un desastre más de la gestión del Barça
Le ficharon por 150 millones de euros, se pasó gran parte de su etapa culé lesionado y ahora le venden por mucho menos y por la puerta de atrás
Ousmane Dembélé le ha hecho un roto al FC Barcelona yéndose al PSG. No hay otra manera de describir lo que ha hecho el extremo francés con el equipo catalán después de todo lo que han hecho desde el club por él. Un jugador por el que pagaron un pastizal en su momento para suplir la marcha de Neymar y que nunca rindió al nivel esperado.
El internacional por Francia ha decidido marcharse del equipo azulgrana justo en su mejor momento y cuando más falta les hacía. Este se supone que era el año de Dembélé, recuperado de las traumáticas lesiones que le han ido acompañando y afianzado ya en el Barça, que le perdonó todo.
Dembélé era imprescindible para Xavi y fue su principal valedor desde el día que llegó para entrenar al Barça. Hernández siempre ha dicho que tenía capacidad para ser el mejor del mundo en su puesto, le dio cariño y le aguantó todo, pero ni eso le ha servido al francés para quedarse en el Barça.
Tras su marcha, Dembélé ni siquiera ha dejado una buena cifra de dinero en las arcas del club azulgrana. El PSG ha desembolsado 50 millones de euros para hacerse con los servicios del francés, pero de ese dinero la mitad irá a parar a los bolsillos del ya exjugador del Barcelona. Así lo acordaron la temporada pasada, cuando Dembélé renovó por el club catalán y renunció a irse gratis.
Sin embargo, ese nuevo contrato tenía muchas clausulas que beneficiaban al jugador, que en cuanto ha tenido una mejor oferta económica y que le ha llamado más la atención no ha dudado en hacer las maletas e irse. Dembélé no era feliz en Barcelona y ha optado por marcharse al PSG, donde también tendrá un papel fundamental y además cobrará bastante más.
Si 50 millones de euros son pocos en el actual panorama futbolístico (en Inglaterra se paga mucho más por cualquier jugador que no ha destacado aun), menos son con la comparación de los 150 que costó. No solo no los ha valido con el tiempo sino que el negocio para un Barça maltrecho económicamente es ruinoso.
Su relación con el vestuario
Es por todos sabido que Dembélé ha sido durante estos años un tipo solitario en el vestuario azulgrana. El francés ni siquiera le comunicó a sus compañeros su intención de irse y tan solo mantenía una relación cercana con Koundé y Kessié –los dos que hablan francés en la plantilla– además de con Gavi, del que dijo que era su mejor amigo de la plantilla.
Con todos los demás la relación era bastante distante. De hecho, hace un par de años el francés pasó por el altar para darse el sí quiero con su pareja y no invitó a nadie del Barcelona. Es más, la mayoría de sus compañeros ni siquiera sabían que tenía novia, lo que escenifica lo independiente que ha sido el galo a lo largo de sus seis años como jugador azulgrana.
Esto hace que no sorprenda tanto la manera que ha escogido para marcharse, aunque no deja de ser un duro golpe para el Barcelona. Después de años enteros lesionado y con poca implicación por el equipo, Xavi consiguió enderezarlo y la temporada pasada fue de los mejores de la plantilla, pero esto no le ha hecho dudar y ha optado por abandonar el equipo en su mejor momento, cuando su valor de mercado ha vuelto a subir (30 millones en una temporada).