El fútbol femenino fracasa en los estadios: los bajos datos de aforos que reflejan el desinterés
Partidos de Primera División se juegan con tan solo 400 espectadores; pese al Mundial ganado, los aficionados no van a los estadios
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El fútbol femenino sigue sin interesar en España. Al menos en lo que se refiere a la presencia de espectadores en los estadios. Van muy pocos. Pasada ya la atención mediática por las reivindicaciones y exigencia en la selección, las jugadoras regresan a la realidad: los campos están vacíos.
La segunda jornada disputada de la Liga F –la Primera División del fútbol femenino– demostró otra vez que el fútbol femenino tiene un problema, subsanable eso sí con el paso de los años: hay muchos que aseguran seguir este fútbol, que piden verlo, pero a los estadios no van. En la actualidad existen aforos ridículos (menores a muchos partidos de hasta sexta categoría en el fútbol masculino), estadios grandes vacíos (cuando acuden a ellos), campos sin gradas... al fútbol femenino le queda mucho por conseguir.
Y es una pena, claro que lo es. Pero es la realidad de una liga muy lejos en todo de la masculina, de ahí que la igualdad salarial que promulgan entre otros la vicepresidenta Yolanda Díaz sea simplemente imposible. Los aficionados tienen la libertad de elegir en que dedicar su tiempo, a que partidos de fútbol ir a ver y hasta el momento muy pocos deciden acudir a un encuentro de fútbol femenino.
El dato más alto de espectadores en esta jornada del pasado fin de semana se vio en el partido del Barça, equipo que domina la liga los últimos años de forma apabullante. Tiene a muchas de las campeonas del mundo, a la dos veces Balón de Oro Alexia Putellas, y su partido en Huelva fue visto en el estadio Nuevo Colombino por 5.141 espectadores. El campo tiene un aforo de 21.670. Ni el 25% de las butacas se ocuparon para ver a campeonas del mundo y al mejor equipo de España. En el fútbol masculino, el Recreativo, que milita en la tercera categoría (Primera RFEF), metió a 10.456 espectadores en su último partido en ese mismo estadio.
Que los campos tengan estos tristes datos de asistencia se debe a varios factores que derivan todos en uno: a la gente –a los aficionados al fútbol o al deporte en general– no les interesa ir a un estadio a ver fútbol femenino. Por la razón que sea, totalmente respetable, la gente prefiere dedicar su tiempo libre y de ocio a otras cosas. Y por dinero no será porque ver en directo un partido de la Primera División femenina es muy barato (hay entradas a 5 euros y raro es que superen los 20).
Aforos en los partidos de la liga femenina
- Levante-Atlético, Ciudad Deportiva de Buñol: 400 espectadores (aforo total de 3.000)
- Sevilla-Madrid CFF, Estadio Jesús Navas: 500 espectadores (7.500)
- Villarreal-Valencia, Mini Estadi de la Ciudad Deportiva: 500 espectadores (3.500)
- UDG Tenerife-Real Madrid, Municipal de Adeje: 1.123 espectadores (lleno)
- Sporting Huelva-Barcelona, Nuevo Colombino: 5.141 espectadores (21.670)
- Levante Las Planas-Athletic, Municipal Les Planes: 910 espectadores (1.000)
La Primera División del fútbol femenino tiene aforos tan bajos como los 400 espectadores que fueron a ver un Levante-Atlético de Madrid, dos de los mejores equipos de la Liga. En el último partido entre estos dos equipos masculinos el aforo fue de 20.575. Diferencias enormes. Al Villarreal-Valencia femenino fueron 500 personas por las 25.000 del mismo partido en hombres. Al encuentro del Real Madrid el pasado domingo en Tenerife acudieron 1.123 personas. No podían más porque ese es el aforo del campo en el que se jugó. Un Sevilla-Madrid CFF lo vieron en directo 520 personas.
La liga femenina tiene también un problema del que nace del propio lugar en el que se juegan los encuentros. Los partidos se disputan en campos que se quedarían pequeños hasta para la Tercera División en el fútbol de hombres. De los ocho partidos jugados esta última jornada, cuatro se disputaron en las ciudades deportivas (Real Sociedad, Levante, Villarreal y Sevilla), otros dos en estadios pequeños (Adeje en Tenerife y Les Planes, un barrio de Sant Joan Despí, provincia de Barcelona) y los dos que se disputaron en estadios grandes se quedaron lejísimos del lleno: el Nuevo Colombino de Huelva y Los Cármenes de Granada.
Este es el día a día que viven cientos de jugadoras en España. Por eso conviene recordar que la atención mediática de la que gozaron las dos últimas semanas en la selección española no es lo normal en su carrera profesional. El fútbol femenino pasa sin pena ni gloria en el día a día porque así lo quieren los aficionados. No es una cuestión de hombres y mujeres sino de atención mediática y de interés de los aficionados: hay ligas masculinas, véase balonmano o fútbol sala, que tampoco tienen tirón ya en España y se citan estos dos deportes porque hace dos décadas sí eran seguidos.
Ser campeonas del mundo, toda una hazaña, no sirve todavía para que haya un seguimiento en el día a día del fútbol femenino. Y eso que muchos encuentros se emiten gratis, las entradas para asistir a los estadios son muy baratas y la información intenta entrar con fuerza en los hogares españoles. Pero por la razón que sea, principalmente desinterés de los aficionados, los datos son los que son. Y los datos tienen contexto y explicación, pero son datos. Y el fútbol femenino tiene muy poca asistencia a sus estadios.