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Kepa Arrizabalaga es el portero titular del Real Madrid tras la lesión de Thibaut CourtoisGTRES

Kepa, el error de compararle con el mejor portero del mundo

Sabía desde que decidió venir al Real Madrid que le iban a comparar con Courtois en cada disparo, en cada balón, en cada partido. Es el precio que tiene que pagar por elegir el conjunto madridista. Kepa Arrizabalaga iba a firmar por el Bayern de Múnich y preparaba su viaje a Alemania cuando la lesión de Courtois le presentó una ocasión que cambió su destino.

La llamada de José Ángel Sánchez fue decisiva. Era una cesión por una temporada, pero para el guardameta era, es, mucho más que un préstamo. Es la oportunidad de ganarse el traspaso definitivo desde el Chelsea al equipo español.

El niño de Ondarroa se presentó en Valdebebas con el sueño de labrarse un sitio en la entidad más famosa del mundo. Quiere cumplir el sueño que estuvo a punto de llegar en enero de 2018, cuando Florentino Pérez quiso pagar su cláusula de 20 millones de euros y traerlo desde el Athletic. Era un excelente precio, pues ya estaba cotizado en la Premier y los leones querían subir el coste de la rescisión a 80 millones.

Fue Zidane quien negó su contratación en una decisión que no gustó ni en la Junta directiva ni en la afición. Ustedes dirán que el presidente tiene la potestad para tomar esa determinación por encima del entrenador. Es cierto. Pero en ese momento, tras haber conquistado dos Champions consecutivas de la mano de Zizou, Florentino Pérez no quiso enturbiar el ambiente con una fricción de esta índole.

En el aire de Valdebebas quedaba el mal sabor de boca de pensar, de malpensar, que Zinedine había descartado la adquisición de Kepa para no tapar la progresión de su hijo Luca, también portero, en la primera plantilla del Real Madrid. Piensa mal y acertarás.

Kepa llegó al Real Madrid ya empezada la Liga por la lesión de Thibaut CourtoisAFP

Esa negativa del entrenador del Real Madrid permitió al Athletic renovar a Kepa y subirle la cláusula a 80 millones. El Chelsea los pagó cinco meses después del rechazo de Zizou. Y en el Real Madrid persistía esa sensación desagradable de una oportunidad de mercado desperdiciada. La tercera Copa de Europa consecutiva no tapó ese sentimiento.

Demostrar su valor

Kepa piensa que cinco años después se ha hecho justicia con él. No vino al Real Madrid hace cinco años, cuando lo auguraba, por una decisión egoísta y ahora ha llegado cuando menos lo esperaba.

El vizcaíno ha sido titular desde la tercera jornada liguera en Vigo, donde se rompió Vinicius. Y ha constatado desde el primer minuto en sus carnes lo que es soportar la presión de militar en Real Madrid.

Las comparaciones son odiosas y más si juegas en el equipo madrileño. En cada actuación sobrevuela la alargada sombra de Thibaut Courtois. La verdad es que Kepa lo ha hecho bien bajo esa presión. Suma ocho encuentros, en los que ha recibido siete goles. Ha destacado especialmente por su rapidez. El dilema es que en un club tan asfixiante como el Real Madrid siempre se exige más. El Real Madrid quema, tortura y hay que ser muy fuerte mentalmente para aguantar está comparación constante. Arrizabalaga lo hace, con el apoyo de Ancelotti y de sus compañeros.

Es felino en el área pequeña

Kepa ha brillado en la distancia corta. Es eléctrico en su movimiento en el área pequeña. Ahí domina el terreno. Tiene grandes reflejos y es muy veloz para reaccionar, cambiar de postura, girar y hacer buenas paradas.

El estudio interno del Real Madrid destaca veinte buenas intervenciones en estos ocho encuentros. Ancelotti trabaja con el cancerbero para consolidar esta confianza y mejorar sus puntos débiles.

El fútbol aéreo, su talón de Aquiles

Cada guardameta tiene su punto flaco y el problema de Kepa son los balones por alto. No sale. Le cuesta salir del arco porque no tiene plena confianza en su envergadura, 188 centímetros, para despejar de puños con potencia.

En Nápoles sí salió a despejar por alto un saque de esquina, botado por Kvaratschelia, y falló. La verdad es que fue a despejar la pelota con el brazo que no correspondía y no lo tocó. El balón besó la madera y Ostigard cazó el rebote para convertirlo en el primer gol del partido.

El arquero madridista lamentaba en el descanso ante sus compañeros que lo había hecho mal, que no midió bien su salida. Había fallado. Pero Ancelotti y todo el grupo le apoyó inmediatamente. Camavinga fue el primero en hacerlo en el césped.

Hay que hacer piña

El mensaje del entrenador y de los capitanes fue directo: aquí estamos todos juntos, no valen lamentos ni autoinculpaciones, porque ya lloverán las críticas desde fuera y para nosotros, los profesionales del Real Madrid, esas críticas se multiplican por mil.

Así sucedió. Kepa se siente tranquilo y se encuentra bien. Está haciendo una buena temporada. Continúa trabajando las salidas para mejorar en este capítulo. Piensa que lo hará bien a lo largo de la temporada. El Real Madrid también confía en su capacidad. Por eso le fichó. El error es compararlo diariamente con el mejor guardameta del mundo. Ancelotti y Kepa asumen que tendrán que vivir con ello. Indiscutiblemente es el precio que se paga por militar en el club más importante del fútbol. El reto es rendir bien pagando este precio diario.