Arda Güler, cuando jugar en el Real Madrid es una pasión turca
Tan tímido en la vida como mágico con la pelota, para el turco cada paso que da en el Real Madrid es una novedad; convocado ante el Rayo, espera debutar este miércoles ante el Braga
Concentrarse, comer con la plantilla, escuchar la charla táctica de Ancelotti, vivir el ambiente del vestuario, todo son estrenos para un superdotado con el balón que quiere demostrar ese talento
Está como un chico con zapatos nuevos. Este miércoles espera romper por fin el maleficio que le ha impedido debutar hasta ahora con el Real Madrid. La culpa fue de dos lesiones. Unas dolencias que han impedido a la afición blanca disfrutar de una zurda de oro, como dice el vestuario. Su pase, su disparo, su engaño para disparar cuando parece que va a centrar y viceversa, sorprendieron desde el primer día a Carlo Ancelotti y a Toni Kroos. El alemán es conciso en sus definiciones. Manifestó que Nico Paz tenía clase para estar en la primera plantilla y subrayó que el talento de Arda Güler es estratosférico. El turco espera debutar este miércoles. Los seguidores han escuchado todos esos elogios y están ansiosos por verle en el césped.
Hay que creer en el instinto de Kroos para catalogar a un futbolista. En los entrenamientos hemos visto hacer cosas maravillosas a Güler dentro del área. Su arte es estruendoso dentro de su silencio. Su anticipación para disparar un segundo antes y sorprender al guardameta nos recuerda a Butragueño.
Valdebebas, una escuela
Hay que explicar con precisión lo que vive Arda Güler actualmente. Tiene solo 18 años y es un chico muy tímido. Sigue viniendo a Valdebebas cada mañana como si fuera el primer día de la escuela. Abre mucho los ojos y los oídos y, muy lentamente, asimila su nuevo hábitat futbolístico e incluso vital.
Sus reveses físicos le han impedido lo más importante: el día a día de los viajes y las concentraciones, eso que aporta tanta confianza e intercomunicación entre los jugadores. Una asignatura pendiente que ya ha aprobado en algunos capítulos con estas dos últimas convocatorias y las consiguientes convivencias en la residencia de Valdebebas. Todavía le falta vivir estas experiencias, que para él son únicas, en los partidos a domicilio. Todo llegará dentro de unas semanas. Ahora, estos encuentros en el coliseo blanco le han abierto un nuevo mundo que hoy espera rematar con sus primeros minutos en el estadio.
El problema del idioma, el turco, y su dificultad para entenderse, le mantienen con esa timidez, en segundo plano, entre la cocina y el salón de la casa metafóricos, sin explotar con el diálogo con sus compañeros. Todo se producirá. Ancelotti quiere romper esas cuerdas invisibles, pero tan gruesas. Hacerle debutar marcará un antes y un después.
Carlo le ha colocado en la rampa de lanzamiento definitiva. Su primera victoria ha sido concentrarse con sus compañeros, las comidas en grupo, las charlas técnicas, los viajes en el autobús al Bernabéu y estar en el banquillo. Jugar unos minutos es el siguiente paso. Su familia lo sabe y lleva toda la semana en vilo, viendo cómo Arda va dando los pasos hasta debutar.
Kilos de músculo hasta ser un toro
Güler fue fichado por el Real Madrid en una dura lucha con otros clubes, como el Barcelona y el City. La temporada pasada disputó 35 encuentros con el Fenerbahçe, en los que anotó ocho goles y dio diez. Nada más llegar al Real Madrid la dirección deportiva trazó un plan específico para que el centrocampista y tomase cuerpo, nunca mejor dicho. Pintus dibujó una programación de entrenamiento especial para que Arda asimilase cuatro kilogramos más de músculo. Lo mismo hizo con Rodrygo.
El cambio físico del turco ya es evidente. La frase que recibimos desde Valdebebas hace quince días, cuando preguntamos por su evolución, era elocuente: debe ponerse como un toro. El toro quiere saltar ya a la plaza.
Las lesiones retrasaron este proyecto. Fue operado del menisco derecho, una artroscopia, en el verano. Y cuando estaba a punto de debutar por fin en septiembre llegó la rotura del recto anterior izquierdo. El preparador físico italiano aprovechó esta situación para acelerar la puesta a punto del turco a lo largo de tres meses de duro trabajo en la discreción del gimnasio.
Media punta e interior derecha
Es la hora. Ha llegado. Ya se encuentra en condiciones. Ancelotti le ha dicho que le introducirá en el once paulatinamente, que no tenga ansiedad. La incógnita que reflexiona el madridismo es la posición que ocupará Güler en el césped. Puede ser media punta, como Bellingham, y el entrenador le ha hecho trabajar también como interior derecha para que sea versátil en varios cometidos.
La clase, el talento y la magia las lleva incorporadas de serie. Solo quiere poder demostrarlo. La pasión turca por jugar no es una película, es real.