El virus FIFA ataca de nuevo: los cambios de entrenamiento son los culpables de las lesiones
Vinicius, Oyarzabal y Camavinga son los últimos caídos de una programación de partidos de selecciones que es letal para los futbolistas
Wenger trabaja con FIFA para que todos los encuentros de selecciones se concentren a final de temporada o con solo un parón en marzo
Esto no puede ser. Cada vez que llega una etapa de partidos de selecciones nacionales los clubes rezan plegarias que duran diez días para que sus futbolistas no sufran lesiones que además suelen ser bastante graves. Los equipos ceden obligatoria y gratuitamente a los futbolistas y las federaciones los «rompen» sin querer. ¿Por qué? Se preguntarán ustedes. Hay un argumento principal: los cambios de estilo de entrenamiento intercalados en plena temporada son letales para los profesionales.
Camavinga, Vinicius y Oyarzabal son los últimos caídos de una planificación de partidos que es nefasta para el jugador internacional.
Vinicius, rotura en el muslo
Decimos con crudeza que las federaciones nacionales se aprovechan de los futbolistas y los rompen porque saben que esto se sucede paulatinamente desde hace 30 años sin que se tomen medidas. Con independencia de la grave dolencia de Camavinga, que sufre rotura de ligamento lateral externo derecha producto de la mala suerte, al caerle encima Dembélé, la realidad es que todos los clubes temen los encuentros de los equipos nacionales porque saben que sus mejores profesionales pueden caer en combate o sin llegar siquiera al combate.
La causa principal son los cambios de entrenamiento. Ponemos el ejemplo del Real Madrid, el mayor perjudicado hasta la fecha, que se hace extensivo a todos los clubes que prestan sus futbolistas a las selecciones.
Vinicius ha recaído en su lesión muscular en el muslo izquierdo, que ya le tuvo apartado de la competición durante dos meses. Se retiró a los 25 minutos del encuentro frente a Colombia y el club blanco se teme que tenga que estar otros dos meses sin jugar.
Oyarzabal cayó en el encuentro de España en Chipre, igualmente con otra lesión muscular. La variación de los estilos de trabajo con los preparadores físicos es fundamental en este gran problema que se ha convertido en crónico para todas las plantillas.
Cuatro cambios de preparación es nefasto
¿Cómo se producen esos letales cambios de preparación? Seguimos con el ejemplo del Real Madrid. Pintus impone su estilo de preparación física que planifica toda la temporada a partir del 12 de julio. Su objetivo es preparar a los jugadores para el comienzo liguero en agosto y especialmente para que lleguen a punto al estreno de la Champions en el ecuador de septiembre. Pero antes del debut del Real Madrid en la Copa de Europa hay un parón de selecciones en ese temido septiembre, con la disputa de dos encuentros.
Esa concentración de los internacionales con España y con otras selecciones provoca que los jugadores sean entrenados por otros preparadores y con otras normas físicas. Los jugadores se exponen en realidad a una docena de preparadores físicos distintos. Y el efecto es matador. O caen en los días previos de un entrenamiento que es distinto o se rompen en los partidos.
Superado ese primer peligro de septiembre, los futbolistas regresaron al trabajo con Pintus, pero en octubre llegó otra segunda tanda de partidos con las selecciones nacionales. Nuevo cambio perturbador.
Sin respiro, los futbolistas volvieron al Real Madrid para competir y un mes después, ahora en este fatídico noviembre, llegó el tercer panel de encuentros de selecciones, que ha destrozado a Camavinga, Oyarzabal y a Vinicius. De momento.
Infantino debe reaccionar
Culpamos a la FIFA, presidida por Gianni Infantino, y a las federaciones nacionales, porque los poderes del fútbol mundial conocen este problema desde hace tres décadas y no cambian el calendario. Les interesa el negocio y el espectáculo de las selecciones cada mes. Septiembre, octubre, noviembre y luego suele llegar el peor de los parones, el de marzo, cuando los equipos y los futbolistas están pensando en la Liga y en la Champions.
Es tal la lacra y son tales las quejas de los clubes que Infantino comenzó un estudio dirigido por Arsene Wenger, el antiguo entrenador histórico del Arsenal, para ver cómo podían cambiar el calendario internacional.
Reforma con dos calendarios
Wenger es claro en su análisis. Hay dos propuestas sobre la mesa. La primera es realizar solo un parón de selecciones en marzo y disputar el resto de partidos en junio, de tal manera que si toca año de Eurocopa y Copa América o de Mundial habría dos meses consecutivos de trabajo con las selecciones en junio y julio.
La segunda propuesta es la que gusta a los grandes equipos. Consiste en concentrar todos los partidos de selecciones una vez acabada la temporada regular de clubes, a partir del mes de junio, que enlazarán con el Mundial o con la Eurocopa y la Copa América cuando toque.
Jugar todos los partidos de las selecciones en junio es la idea que prefieren los clubes porque sus futbolistas no se romperían a lo largo de la temporada con cambios de entrenamiento. Si esas lesiones se produjeran ya en junio y julio, podrían recuperarlos en la mayoría de los casos con vistas al comienzo del siguiente curso.
Es la solución menos dañina para los equipos, que de todos modos sufren y sufrirán este problema siempre, pues las convocatorias de selecciones significan un grado más de exceso de partidos, una vuelta de tuerca, a un calendario ya cargado con partidos cada tres días a lo largo de la campaña, tanto en Europa como en América con la Champions, la Europa League, la Conferencia League y la Copa Libertadores.
El negocio FIFA
Los clubes culpan a la FIFA y a Infantino. El antiguo becario de la Liga de Fútbol Profesional española comprendió bien el negocio porque lejos de reducir el número de encuentros lo que ha hecho es inventarse un Mundial de Clubes cada cuatro años, que recargará aún más el calendario. Aumentará el negocio de la FIFA. Y no tuvieron complejo en pedir que la solución era reducir los equipos de las Ligas. Una respuesta que también ha esgrimido la UEFA cuando las patronales europeas de clubes se han quejado por este calendario que da prioridad a las selecciones con dos meses reales de ocupación, pues suelen cubren las quincenas de septiembre, octubre, noviembre y marzo.
Los equipos son los que pagan a los futbolistas y están hartos de este abuso de la utilización de sus grandes estrellas gratuitamente. Exigen soluciones. La concentración de partidos en el mes de junio es la mejor. Infantino tiene la potestad.