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De derecha a izquierda: Míchel, Xabi Alonso, Arteta y Luis EnriqueFotos de EFE

El éxito del banquillo y cómo cuatro entrenadores españoles son líderes de las grandes ligas

No todo iba a ser malo. Si bien es cierto que el fútbol español, a nivel de jugadores, no pasa por su mejor momento, con la selección necesitando de calidad, referentes ofensivos y una mayor presencia de los mejores jugadores del mundo, los entrenadores españoles son los más cotizados del panorama mundial. Los resultados hablan por ellos.

LaLiga, Premier League, Bundesliga y Ligue 1 tienen todas una cosa en común: los entrenadores del equipo líder son españoles: Míchel, Mikel Arteta, Xabi Alonso y Luis Enrique respectivamente. De las grandes ligas, la única excepción es la Serie A italiana y porque no hay ningún entrenador español en primera. Sí lo hay en segunda división, Cesc Fábregas, que va tercero con el Como.

Además de ello, dos de los equipos que más están dando que hablar en esta primera mitad de temporada, también están entrenados por españoles: el Aston Villa de Unai Emery, que marcha tercero en Premier League, y la Real Sociedad de Imanol Alguacil, el equipo menos goleado de la fase de grupos de la Champions. El vigente campeón de Europa, el Manchester City, está entrenado por Pep Guardiola, otro español.

De los 16 equipos que siguen vivos en la Champions League, cinco están dirigidos por españoles (Arteta en el Arsenal, Xavi en el Barça, Luis Enrique en el PSG, Imanol en la Real Sociedad y Guardiola en el Manchester City). El país más representado, por encima de los cuatro de Italia y dejando atrás los dos de Alemania. Croacia, Países Bajos, Portugal, Dinamarca y Argentina, con uno cada uno, completan la lista.

¿Por qué?

¿Cómo es esto posible? ¿Por qué esta superioridad española?. Hay una razón metodológica detrás que explica este éxito. En España se trabaja muy bien en categorías formativas, hay una gran cantera de entrenadores y se busca potenciar el talento desde bien temprano. Además, España, como país, tiene una idea de juego común que engloba a todos los equipos y todas las canteras. No significa que no haya excepciones, que por supuesto las hay, pero trabajar bajo los mismos parámetros: equipos propositivos, que les gusta tener el balón, juego de pases...ayudan a crear identidad de juego y que los entrenadores y los jugadores no acusen tanto el salto de un equipo a otro.

Como ejemplo de lo bien que trabaja España en categorías formativas, valen algunos ejemplos de resultados. En la UEFA Youth League, la versión juvenil de la Champions que cumple ahora una década, es España el país con más títulos (Barça en 2014 y 2018, Real Madrid en 2020). A nivel selecciones, el dominio de España en europeos (y Mundiales en una menor medida) también es notorio. Empatada con Italia, es la selección con más campeonatos en categoría sub-21, en categoría sub-19 iguala con Inglaterra en la cima y en sub-17 es, con diferencia, la dominadora.

Eso se explica, más allá de por el buen nivel de jugadores en una edad temprana, por lo bien que se trabaja desde los cuerpos técnicos, potenciando ideas, mensaje y método.

Arteta y Xabi Alonso están revolucionando sus equipos desde el banquilloPaula Andrade

A principios de la década pasada, España era considerada, de manera unánime, la mejor liga del mundo. Y si bien esa consideración tenía su origen en dos jugadores extranjeros, Leo Messi y Cristiano Ronaldo, ayudó a potenciar el producto nacional. Porque cuando una competición tiene un equipo dominante, empuja al resto a buscar ideas, replantear métodos y forzarse a mejorar. En definitiva, a ser mejores.

Ese boom del fútbol español fue de la mano de una generación de entrenadores españoles con ideas revolucionarias que les han hecho tremendamente cotizados en el panorama internacional. Así se explica el éxodo de entrenadores a otras ligas, además de temas económicos, y sus éxitos allí. Porque quizás el jugador español ya no infunde el respeto de antes, pero, pensarán los clubes extranjeros, dame un entrenador español y dominaré el mundo.