Jenni Hermoso declara ante el juez que la «atosigaron» con presiones provocándole «desasosiego y tristeza»

Jenni Hermoso ha reafirmado este martes, ante el juez de la Audiencia Nacional, que el beso que le dio Luis Rubiales en la final del Mundial femenino en agosto fue «no consentido» y que además «inesperado».

Dos días después de dar las Campanadas y tras esa proyección pública que ella ha elegido, la futbolista ha comparecido en la Audiencia Nacional en el caso que investiga al expresidente de la Federación Española por ese beso. Ha sido la primera vez que Jenni ha declarado ante el juez que lleva el caso. Rubiales está investigado por un delito de agresión sexual y otro de coacciones.

Así, Jenni Hermoso ha afirmado este martes que el beso «fue inesperado y en ningún momento consentido» y que después, tanto el vuelo de vuelta a España como en su estancia en Ibiza, los investigados la «atosigaron» de forma constante, lo que «alteró su vida normal, produciéndole una situación de desasosiego y tristeza».

Cabe recordar que además de Rubiales están investigados por este caso el exseleccionador Jorge Vilda, el director de la selección masculina, Albert Luque; y el director de marketing de la RFEF, Rubén Rivera.

Esas presiones la Fiscalía las enmarca principalmente en los momentos posteriores a la victoria de la selección, en el avión de vuelta desde Australia a España, y en el viaje a Ibiza del que disfrutaron algunas jugadoras tras el campeonato, incluida Hermoso.

La declaración de la jugadora de la selección española femenina fue propiciado por la Fiscalía, que hace ya meses requirió a Hermoso si quería querellarse contra Rubiales, como finalmente hizo. Como se esperaba y en la línea con la declaración que prestó ante la Fiscalía, la jugadora ha ratificado su versión, lo que supone una diligencia clave en el marco de la causa que ya ha encarado su recta final en la Audiencia Nacional.

Jenni Hermoso, que acaba de cambiar de equipo, ya declaró ante la Fiscalía que «me estaban sometiendo a algo que yo en ningún momento busqué ni hice para encontrarme con esa situación». «Me vi con el beso en la boca y ya directamente me bajé a la tarima con mis compañeras», rememoró Hermoso a preguntas de la fiscal.

Luis Rubiales ha defendido siempre que ese beso fue una «muestra de afecto» que se produjo de forma «natural», que no tenía ninguna connotación sexual y que fue consentido.