¿Rüdiger está tan «loco» como dicen? El central del Real Madrid que en realidad está muy cuerdo
El defensa alemán causa sensación en el Real Madrid y es pieza clave en el equipo: ha jugado el 90 % de los partidos al completo
Ancelotti, dos años más de lealtad y éxitos en el Madrid y una renovación marcada por la fidelidad
Fue el héroe del Real Madrid en el partido ante el Mallorca. De su cabeza, tras un saque de esquina lanzado por Modric, llegó un gol salvador para el equipo blanco, un gol que dio el triunfo y el liderato, además de la etiqueta –sin importancia alguna– de ser campeón de invierno.
Es Antonio Rüdiger, el mariscal de campo del Real Madrid, ese defensa que impresionó a Florentino Pérez y sus colaboradores en la eliminatoria de cuartos de Champions de 2022. Rüdiger estaba en el Chelsea y el presidente escuchó más de una vez una frase que meses después se hizo real: «El Rüdiger ese es bestial, hay que ficharlo presi, es que da miedo».
Al alemán le ficharon gratis ese verano (finalizó contrato con el Chelsea) y se convirtió entonces en todo un referente de la defensa del Real Madrid, un ejemplo de portento físico que no pasa desapercibido en cualquier partido. Su buen nivel, pero también las cosas tan peculiares que hace, le hace ser ya uno de los jugadores más característicos en la actualidad.
«Un poco loco sí que estoy, es verdad»
Preguntado por si le molesta que se le llame «loco», Rüdiger se lo tomó con naturalidad y humor: «Un poco loco sí que estoy, es verdad». Aunque apostilló que era «de manera positiva para hacer que la gente se ría». Y el objetivo, hay que reconocérselo, lo consigue: la gente se ríe y se lo pasa bien.
¿Por qué este calificativo de «loco»? Principalmente por dos razones. Rüdiger corre de una forma peculiar que causa sensación, especialmente en carreras largas. Al inicio lo hace normal, pero al terminar levantar las piernas de forma exagerada haciendo un gesto que parece más de distracción que de querer aumentar su velocidad. Él reconoció hace meses que lo hace para distraer: «A veces lo hago porque hay mucho silencio en el estadio, para levantar a los aficionados. También me gustan mucho los juegos mentales y hablarle al rival, provocarlo un poco a ver cómo reacciona».
La otra razón es cómo celebra los goles de sus compañeros. Les da golpes. Cariñosos, pero golpes. A uno le suelta un empujón, a otro una colleja, otras veces se sube encima con fuerza... Es su forma de demostrar lo integrado que está en el vestuario y lo que quiere a sus compañeros, sentimiento que es recíproco. Rüdiger es una de las claves de este Real Madrid de Ancelotti a nivel futbolístico pero también con el componente personal.
Salvo el duelo ante el Valencia, en el que estuvo sancionado por acumulación de tarjetas, Rüdiger ha jugado todos los partidos de la temporada. Todos. Y en la inmensa mayoría (28 de 31) ha jugado el partido completo, incluyendo en esta estadística los amistosos de Alemania. Un fijo, un imprescindible para entender cómo funciona el actual Real Madrid.
Emilio Butragueño, leyenda del Real Madrid y director de relaciones institucionales, le calificó como un jugador «clave» que «está firmando una temporada sensacional» y «tiene un nivel de concentración muy alto, poderoso en los duelos, contundente en el juego aéreo, rápido». Es difícil explicarlo mejor.
Rüdiger manda, ordena, chilla, se enfada y exige marcajes. Él es el primero que cumple con todo. Su influencia en el grupo es tan grande, dentro y fuera del campo, que todos los compañeros le escuchan con atención porque su experiencia es mucho más que un grado. Antonio y no Rüdiger le llaman (se llama) y es en privado uno de los más comprometidos con sus compañeros. Este loco está muy cuerdo.