El primer gran jugador de fútbol que se arrepiente de irse a Arabia Saudí

«Jugar en Arabia lo veo como algo positivo». Esas fueron las palabras de Jordan Henderson el pasado mes de septiembre cuando decidió poner rumbo a la Superliga Saudí después de una carrera en el Liverpool.

Al excapitán de los reds le está siendo muy complicada la adaptación en el país saudí y su viaje a Arabia no está siendo tan maravillosos como algunos futbolistas piensan. Henderson está jugando bajo las órdenes de Steven Gerrard en el Al-Ettifaq y según varios medios ingleses, estaría desesperado por salir de allí.

«Además de adaptarse a un estilo de vida diferente, la lucha contra el calor y la humedad, y la baja asistencia promedio de Al-Ettifaq esta temporada (7.800 espectadores en un estadio con capacidad para 35.000 personas) ha resultado poco inspiradora», cuenta el Daily Mail.

El futbolista inglés ganó la Champions con el Liverpool en 2019 y la Premier League en 2020. En el Al-Ettifaq cobra más de 40 millones de euros al año, pero el jugador estaría dispuesto a renunciar al dinero por regresar a Inglaterra. Si quiere disfrutar de las ventajas fiscales que le ofrece su contrato, el inglés tendrá que quedarse dos años más en Arabia.

La Eurocopa en juego

Si decide volver a Inglaterra, Henderson tendría que pagar unos 8 millones de euros además del dinero que dejaría de ganar tras finiquitar su contrato. Además de los problemas de adaptación, la situación deportiva del equipo del inglés tampoco está siendo para tirar cohetes. Octavos en la tabla, a 28 puntos del líder Al Hilal, llevan ocho partidos sin ganar y el puesto de Steven Gerrard corre serio peligro.

Henderson también sabe que está en juego su presencia en la próxima Eurocopa con Inglaterra. Si bien es cierto que Southgate le ha seguido llamando en las últimas convocatorias, si su rendimiento baja en Arabia y le surge competencia en la Premier League podrían dejarle fuera del torneo de selecciones en Alemania.

El inglés fue criticado por la afición de Inglaterra y tuvo que aguantar los silbidos en el último partido en Wembley. El motivo fue por irse a un país con un régimen en el que las mujeres y las personas LGTBIQ+ están oprimidas y que sistemáticamente encabeza el ranking mundial de penas de muerte.