Toril continúa como entrenador del Madrid femenino, renueva por tres años pero será director deportivo desde julio

Futbolista de potencia, Alberto Toril aspiraba triunfar en el Real Madrid en 1992, hasta que una grave lesión cercenó sus ilusiones. Tras colgar las botas decidió ser entrenador y su éxito en el Castilla le catapultó a dirigir el equipo femenino, tomando el testigo de David Aznar.

El cordobés de Peñarroya lo hizo bien con el conjunto de féminas durante un tiempo, pero su fracaso en esta Champions y la goleada sufrida ante el Barcelona le pusieron en la diana. Un disparadero externo, porque Florentino Pérez y José Ángel Sánchez valoran que su trabajo con la plantilla de mujeres es un cometido difícil, que requiere de años para consolidarse en la élite, y le han renovado por tres años más, aunque dejará de ser entrenador del primer plantel femenino en junio. La decisión es que sea director deportivo a partir de la próxima temporada.

Toril realizó una excelente labor en la cantera masculina, donde dejó un buen sabor de boca. El análisis es que Alberto es un buen ojeador de futbolistas y sabe sacar lo mejor de los jóvenes para que puedan llegar arriba. Su misión de captación y valoración en Valdebebas fue magnífica.

El mensaje que plasma la entidad es que el fútbol femenino es una sección nueva que necesita tiempo para cuajar en el primer nivel europeo y no se culpa a Toril de los resultados. Eso sí, se busca un nuevo técnico para la primera plantilla femenina y el cordobés trabajará en la preparación, captación y fichaje de jugadoras, cometido que hizo muy bien en la cantera masculina. Ese es el santo y seña de esta decisión: cada uno debe trabajar en lo que más destaca.

Lara, su segundo, primer candidato

El Real Madrid asume que el examen del fútbol femenino no puede realizarse solo con los resultados. Las lesiones también han afectado al rendimiento del conjunto. El punto final de esta valoración de los dirigentes de la casa blanca es que necesitan realizar más fichajes y buscarán el revulsivo con otro técnico. El segundo de a bordo, José Manuel Lara, aspira a tomar ese testigo.

Hay que destacar la mesura que está demostrando el Real Madrid en sus posiciones tanto en el primer equipo masculino como femenino. Ya no priman los resultados, sino el trabajo bien hecho. Ancelotti no conquistó ni la Liga ni la Champions la campaña pasada y siguió en el cargo porque se consideró que su trabajo fue bueno. Lo mismo ha sucedido ahora con Toril.

Aunque fue eliminado de la Copa de Europa femenina y perdió 5-0 en Barcelona, no se juzga a Toril como único culpable. Florentino Pérez y su director general, José Ángel Sánchez, reflexionan que en las derrotas del cuadro femenino hay otras circunstancias, como la falta de una experiencia y una solidez deportiva de la sección, que se adquiere con el tiempo.

Alberto Toril sí dejará el sitio del banquillo femenino a otro preparador con el fin de encontrar una forma diferente de dirigir al equipo. El andaluz se queda en la casa y se le apoya porque está muy bien considerado en la cantera y se le pide que haga esa misma labor de formación y selección con las mujeres.

Ascendió al Castilla

Toril fue muy bien valorado en el seno del Real Madrid desde que ascendió al Castilla a Segunda División, un reto complicado para un equipo muy joven y que cada año tiene doce futbolistas nuevos. Sabe manejar a los chavales.

Ahora, la eliminación de la UEFA Women's Champions League le dejó muy cuestionado externamente. El fiasco en su visita al Barcelona y su plantón a la prensa al final del partido calentó aún más su banquillo. Solo exteriormente. A pesar de acumular tres derrotas en la Liga F, que las dejan terceras a nueve puntos del Barcelona, Toril no es señalado como máximo culpable. Habría sido lo fácil, para cubrirse las espaldas. El Real Madrid lo ha hecho bien. Esto no es culpa de uno. Hay una estructura por solidificar.