El Madrid no tiene gol
El Madrid es mejor que este Barça. Muchísimo. Y dejó la impresión que le goleó sin meter la quinta marcha, al 50 por ciento
Tiene razón la cátedra. El Madrid está mal hecho. Arriba, por señalar. Sólo le ha metido nueve goles a Atleti y Barcelona en cuatro días, allá en Arabia. Quedan quince de mercado, quizá su director deportivo se mueve y trae algo. O vario.
El poco 'punch' blanco es el detallazo de esta Supercopa cuya final se jugó el miércoles, el Madrid-Atleti. El clásico tuvo aire de tercer y cuarto puesto. Un compromiso para el Madrid. En diez minutos se había asegurado su presencia en el podio, la tercera plaza. Eso sí, tenía trofeo y medallas, una rareza.
Vinicius, máxima expresión de un tipo peleado con el gol, hizo lo que no pudo en verano: meterle un penalti a los culés. ¿Su mejor partido de blanco? En eficacia, seguro. Tras su lesión ha vuelto a lo que es: un delantero extraordinario. Y más lo será. Antes del penalti ya había metido dos goles. Luego se animó Rodrygo para cerrar la fiesta brasileña. Un pase a la red, lo que hacía Romario. Fueron cuatro, pudo caer alguno más pese a que el Madrid, ya digo, no tiene gol.
Pasó, en fin, lo razonable, lo que servidor esperaba: ganó el mejor. El Madrid es mejor que este Barça. Muchísimo. Y dejó la impresión que le goleó sin meter la quinta marcha, al 50 por ciento. Su tránsito entre enero y febrero lleva carga extra de trabajo con vistas a la larga recta final. No es el Madrid mejor de piernas. Aún y así su superioridad fue tremenda.
El fútbol es una caja de sorpresas, pero no tanto. Normalmente, el mejor gana. Le falten los dos centrales titulares y el portero titularísimo. Porque es eso, mejor. Lo vimos en la Liga: salió atorrijado en Montjuïc, pero cuando se puso ganó. Porque es mejor.
Sí, claro. Un 4-1 no se esperaba. O sí. Servidor no contemplaba otra cosa que un triunfo blanco. El marcador es caprichoso. Ganó además sin angustias, desgaste mínimo en lo físico y lo mental. Tercer y cuarto puesto. Dio otro paso adelante en la cosa esa de su universalidad, el mundo árabe se volvió loco.
Tres nombres. La versión más centrocampista de Bellingham es extraordinaria. El pase del primer gol valió por mil. Tchouaméni lo bordó. Hay titular para quince años. Y el árbitro, tan protagonista su gremio, estuvo bien. Y cuando eso pasa el Madrid acostumbra a ganar. Y bien.
Domingo redondo pues para el fútbol madridista. El Girona no ganó en Almería, próximo visitante del Bernabéu. El asunto está ya en saber si habrá doblete o triplete. Ya digo: en España es el mejor.