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Bernd Reichart (c) CEO de A22 Sports Management, sociedad promotora de la Superliga, junto a Florentino Pérez y Joan Laporta

Bernd Reichart (c) CEO de A22 Sports Management, sociedad promotora de la Superliga, junto a Florentino Pérez y Joan LaportaEFE

La vista oral del caso Superliga tendrá lugar el 14 de marzo

La vista oral por el denominado caso Superliga tendrá lugar el próximo 14 de marzo, según ha señalado el Juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid tras la resolución del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) del pasado diciembre.

Está previsto que la vista se desarrolle en una sola sesión en el juzgado que tramita el procedimiento, al que vuelve después de que el TJUE considerase que las normas de la FIFA y la UEFA que supeditan a su autorización previa cualquier proyecto de nueva competición, como la Superliga, violan el Derecho de la Unión, pero no se pronunciase sobre el proyecto específico de esta competición.

La corte europea solo expuso sus conclusiones sobre las cuestiones de carácter general acerca de las normas de ambos organismos, ya que es lo que le planteó el juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid, que retoma ahora el caso.

Según el fallo del TJUE, que es vinculante para el juzgado español, la UEFA y la FIFA abusaron de posición dominante, ya que sus normas que supeditan la creación de una nueva competición a su autorización «no están no están sujetas a ningún criterio que garantice su carácter transparente, objetivo, no discriminatorio y proporcionado».

«La facultad de determinar en qué condiciones pueden entrar en el mercado empresas potencialmente competidoras, esta facultad, habida cuenta del riesgo de conflicto de intereses que genera, debe ir acompañada de criterios que permitan garantizar su carácter transparente, objetivo, no discriminatorio y proporcionado», afirmó.

Para el tribunal, «las facultades de la FIFA y de la UEFA no están sujetas a ningún criterio de esta naturaleza», por lo que «están abusando de su posición dominante», y «sus normas relativas a la explotación de los derechos de difusión pueden perjudicar a los clubes europeos de fútbol, al conjunto de las empresas que operan en los mercados de los medios de difusión y, finalmente, a los consumidores y a los telespectadores, al impedirles beneficiarse de nuevas competiciones potencialmente innovadoras o interesantes».

Con todo, precisó que corresponde al Juzgado de lo Mercantil n.º 17 de Madrid «comprobar si estas normas pueden, no obstante, beneficiar a los diferentes grupos de interés del fútbol, por ejemplo, mediante una redistribución solidaria de los ingresos generados por esos derechos».

El principal impulsor del proyecto, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, mostró una «enorme satisfacción» tras conocer el fallo y defendió que «el fútbol nunca más será un monopolio», a la vez que señaló que concibe la Superliga como «un proyecto moderno plenamente compatible con las competiciones nacionales y basado en el mérito deportivo».

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, valoró que el fallo «da la razón» al club catalán y «abre una oportunidad histórica» para reformular la estructura del fútbol europeo.

En sentido contrario, la UEFA aseguró que la sentencia no significaba «un respaldo o la validación de la llamada Superliga» y mostró su confianza «en la solidez de sus nuevas reglas y, específicamente, en que cumplen con todas las leyes y regulaciones europeas pertinentes».

Además, de la FIFA la UEFA, el sindicato futbolistas FIFPRO Europa, LaLiga española y las asociaciones europeas de Clubes (ECA), Ligas (EPFL) y Aficionados (FSE) aseguraron que «no hay sitio para ningún tipo de Superliga en Europa» y que «el mérito deportivo es lo que cuenta».

Javier Tebas, presidente de LaLiga, declaró que «no habrá Superliga a corto, medio o largo plazo, porque jurídicamente no es posible», y aseguró que si Real Madrid y Barcelona quieren hacer una competición propia la pueden poner «en marcha mañana mismo, pero fuera del entorno de la FIFA y sin los ingresos de la Liga de Campeones».

El anuncio de la sentencia del TJUE fue un paso más en un proceso que empezó el 21 de abril de 2021, cuando A22 Sports Management S.L. y European Super League Company S.L. -promotoras de la Supeliga- denunciaron a la UEFA y a la FIFA por abuso de posición de dominio, al amenazar con sanciones a los clubes impulsores.

El caso llegó al tribunal de Luxemburgo un mes después, cuando el titular entonces del jugado madrileño, Manuel Ruiz de Lara, le remitió una cuestión prejudicial para que se pronunciara sobre esa posible posición de abuso de acuerdo a la normativa de la Unión. Por esto el TJUE no entró a resolver el caso, como dejó claro en su sentencia de ayer, ya que solo se le habían planteado cuestiones de carácter general sobre las normas de la UEFA y la FIFA.

A22 Sports Management celebró la sentencia del TJU como una victoria, que puede cambiar el fútbol «para ser libre» y que «los clubes puedan defender su destino», en palabras de su consejero delegado, Bernd Reichart, que volvió a presentar un nuevo formato, que incluye fútbol femenino, con 64 participantes divididos en tres grupos, un campeón en cada uno de ellos y ascensos y descensos para que sea una «competición abierta».

Por otro lado, en junio de 2022 la UEFA modificó su normativa para la preautorización de nuevas competiciones internacionales de clubes, con el objetivo de proteger el modelo de deporte europeo y contar con normas de autorización y sanciones objetivas, transparentes y no discriminatorias, como dictó el TJUE.

La misma establece criterios administrativos y financieros, relativos a aspectos sobre cómo se va a distribuir la solidaridad y el calendario internacional; criterios deportivos y técnicos, que aluden a los clubes y el modelo de clasificación, el reglamento y el calendario de partidos y criterios de mérito deportivo.

Estos últimos exigen la confirmación de que la competición debe cumplir con los principios de apertura y mérito deportivo y que no afecte al buen funcionamiento de las competiciones de clubes domésticas, ni a las competiciones de clubes de UEFA.

Exige a la nueva competición solicitar autorización doce meses antes del inicio que se quiere proponer y otorga a a UEFA un plazo de 12 meses para resolver. Cualquier incumplimiento de estas normas conlleva sanciones, que en su grado máximo pueden llegar a la exclusión.

Este cambio normativo adoptado será uno de los argumentos que la UEFA expondrá en su defensa y en contra de la Superliga en la vista oral.

También el informe de LaLiga, la única liga personada en el procedimiento, sobre los perjuicios que la Superliga causaría, por considerarla «una propuesta egoísta y ególatra, diseñada para enriquecer aún más a los ya súper ricos y que implica la desaparición de centenares de clubes y de decenas de miles de puestos de trabajo en todos los países europeos».

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