La imagen que demuestra por qué en el fútbol femenino no se puede cobrar lo mismo que en el masculino como pide Yolanda Díaz
Los datos de aforo en el estadio y por televisión, entre otros parámetros deportivos y económicos, reflejan una enorme diferencia
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El fútbol femenino sigue sin interesar en España. Al menos en lo que se refiere a ver partidos en directo en el estadio, aunque también se puede añadir el seguimiento por televisión, el otro parámetro para saber si de verdad interesa. Es un dato objetivo, sin ánimo de crítica, que debe recordar en que momento se encuentra este fútbol y que todavía queda mucho por recorrer.
Este miércoles se jugó en Leganés todo un Barcelona - Real Madrid. Es uno de los mejores partidos que se puede ver en España, por no decir el mejor, pese a que todavía existe una enorme diferencia entre unos y otros. El Barça golea muy fácil. En el estadio de Butarque, con aforo para 12.454 espectadores, se dieron cita 7.421 aficionados. Es un 60 % del total del aforo.
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Las entradas eran muy asequibles y valían entre 10 y 15 euros, precios que ni se pueden comparar a un partido del fútbol masculino (que es mucho más caro), pero poca gente quiso ver este duelo en el que estuvieron hasta 11 campeonas del mundo. Pocos duelos en todo el fútbol internacional pueden juntar a tantas ganadoras del último Mundial. Este Barcelona - Real Madrid, que era la semifinal de la Supercopa de España, era pues uno de los mejores partidos que se puede ver.
Pese a ello poca gente fue a Butarque a disfrutar del duelo con una imagen triste que pone de reflejo la realidad del fútbol femenino. Los fondos del campo del Leganés –que militando en Segunda División del fútbol masculino lleva mucha más gente– estaban prácticamente vacíos. El resto de gradas tenían muchas butacas vacías. La imagen fue muy triste para un fútbol femenino que lejos de lo que se dice desde sus más fervientes seguidores (gente que en muchos casos no han visto ni un partido y lo utilizan como arma política) sigue sin interesar en general.
Por supuesto que en un duelo en concreto o en un Mundial (solo faltaría) el fútbol femenino es visto como pudo ser la final o los grandes partidos de la selección. Y ese es el camino que se debe seguir y ojalá que pueda ser más seguido tanto en directo como por televisión. Pero la realidad es la que es y por ahora a este fútbol le ven muy pocas personas.
Este encuentro Barça-Real Madrid, ganado por las culés (4-0), se emitió en una cadena nacional como es La 2 de Televisión Española. Anotó un 3,5 % de share, siendo una de las últimas opciones del telespectador, con 370.000 espectadores viéndolo por una cadena de televisión que llega a todos los hogares de España. El partido fue menos visto que los documentales de esa cadena.
El día anterior, y también en Leganés, se jugó la otra semifinal, disputada por Atlético de Madrid y Levante, y el aforo fue ridículo: 1.133 espectadores. Son datos bajísimos en una competición importante como la Supercopa que se juega con el mismo formato que la masculina.
En el argumentario de los más defensores fútbol femenino (algo que se necesita para que se de un impulso a esta disciplina, pero que a veces se confunde impulso con defensa férrea con mentiras) explican esta vez que es que la RFEF vendió mal la competición, que no anunció el torneo con tiempo, que no se sabían los horarios... Una excusa floja, porque hubo una antelación previa de 15 días y porque si hay interés se va al estadio o se ve por televisión sea cuando sea.
La comparación
En comparación con el fútbol masculino –algo que el propio futbol femenino no hace, como reconoció entre otras Jenni Hermoso, pero que sí hacen algunos grupos políticos, véase Sumar– es inimaginable ver estos aforos (con un 40 % de ausencia en el estadio) no ya en un Madrid-Barça sino en cualquier partido de Primera, de Supercopa o de gran nivel. Y menos en un duelo con hasta 11 jugadores campeones del mundo.
Por esta imagen, por estos datos de aforo en el estadio y en televisión las mujeres no pueden cobrar lo mismo que los hombres en el fútbol, algo que propone y defiende Yolanda Díaz, vicepresidente del Gobierno. En un Barça-Madrid como este se resume todo: ni hay el mismo interés (muchísimo más bajo en el fútbol femenino) ni hay el mismo aforo (se quedan lejísimos de llenar estadios de 12.500 espectadores) ni hay las mismas audiencias ni por lo tanto se mueve el mismo dinero ni hay mismo nivel de patrocinadores. Es inviable que se comparen los dos tipos de fútbol a nivel económico.