La longevidad de Toni Kroos y por qué es más importante que nunca en el Real Madrid

El ser humano quiere innovar constantemente. Ver caras nuevas, buscar planes novedosos. Es un sentimiento perenne. Necesitamos sentir la ilusión de un nuevo fichaje, ilusionarnos con ese joven que sale de la cantera, buscar savia nueva. Y muchas veces la solución perfecta la tenemos delante de las narices, en ese jugador que lleva una década en el club y sigue siendo igual de fundamental que el primer día.

Es el caso de Toni Kroos en el Real Madrid. El conjunto blanco ha renovado su mediocampo en los últimos mercados logrando hacerse con varios de los jóvenes más cotizados del panorama mundial, de Bellingham a Camavinga pasando por Tchouaméni, pero todos esos tienen un maestro del que aprender cuando aterrizan en la capital española porque, a 2024, se puede decir perfectamente que Kroos sigue siendo el mejor centrocampista del mundo. Sin medias tintas.

A sus 34 años, el alemán ha participado en los 21 partidos de Liga del Real Madrid, la gran mayoría de ellos como titular. Ha marcado un gol y ha repartido siete asistencias, aunque con él las cifras de cara a puerta siempre han sido lo de menos. Promedia 67,5 pases por encuentro, con un porcentaje de éxito del 94 %. En campo propio, el porcentaje se dispara hasta el 98 %. 5,9 balones largos completados en cada partido, con un porcentaje del 83 % de acierto teniendo en cuenta la dificultad de este tipo de envíos y, en general, una sensación de calma y control que siempre ordena a su equipo.

El Real Madrid ha ido perdiendo con los años a los jugadores que les otorgaban pausa y calma con balón en situaciones donde el ambiente quema, que sean capaces de bajar las revoluciones al partido cuando todo está en llamas: primero Sergio Ramos, luego Karim Benzema e incluso ahora un Luka Modric que ya no es el de antes. Pero Kroos se mantiene.

No quiere decir esto que los fichajes del Real Madrid en los últimos mercados sean peores e incapaces de hacer esto, sino que simplemente, por características, son más verticales, entran en la vorágine de descontrol en lugar de pausar. Camavinga y Tchouaméni en el futuro podrían tener esa pausa, pero aún, por temas de edad, caen en la sobreaceleración. En el Madrid de Vinicius, Bellingham y Valverde, alguien que pause y ordene es esencial.

Ese es Kroos. Desde sus pases largos involucra a todos sus compañeros y obliga al rival a ser ancho y largo si quiere defenderle, desde sus pases cortos desordena poco a poco al otro equipo y hace progresar al suyo. Es el jugador más importante que tiene Ancelotti para garantizar que el balón llega al último tercio del campo en las mejores condiciones posibles. El pegamento que les une a todos.

De Kroos siempre se ha dicho que le costaba defender, que era un agujero en la fase sin balón. Pues bien, esta temporada, de nuevo sin Casemiro, y con Tchouaméni perdiéndose muchos partidos, teniendo que ejercer de mediocentro, Kroos está siendo uno de los mejores defensores del equipo. Primero gracias a lo que hace con balón, pues el orden que pone provoca que se pierda en menos ocasiones, imposibilitando al rival correr en ventaja y evitando que el Madrid se parta en dos.

En segunda parte, ya en lo que es propiamente defender, Kroos está fantástico cerrando líneas de pase y evitando que el rival reciba por dentro. Jugando en un doble pivote tras el cambio de esquema de Ancelotti, que pasó del rombo inicial de la temporada a jugar en 4-2-2-2 o 4-2-3-1, el alemán se está viendo cómodo y es una de las grandes claves del éxito de la temporada blanca.

La edad, como muestran los casos y casos de ejemplares en todos los deportes que desafían al paso del tiempo, es solo un número. Y aunque de Kroos se diga que sus mejores años ya deberían haber quedado atrás, que sus mejores partidos ya han ocurrido, él sigue empeñado en llevar la contraria. Con su habitual frialdad y su calculada precisión, el alemán es, a paso silencioso, uno de los pilares de este nuevo Real Madrid, que es como decir uno de los mejores jugadores del mundo. Y sin embargo es decir poco.