Fundado en 1910

El momento en el que el árbitro consuela al portero prebenjamínRedes Sociales

El precioso gesto de un árbitro con un portero prebenjamín que tocó el balón fuera del área

El colegiado paró el encuentro, explicó al niño en lo que había fallado y se reanudó el partido

El fútbol también tiene gestos preciosos en los que los árbitros son protagonistas (para bien). En una época en la que los colegiados están bajo lupa por el caso Negreira o tienen problemas de decisiones, además de la continua crispación que existe, un árbitro ha protagonizado una bonita escena.

Ocurrió en el partido de prebenjamines de Preferente Sub7 en Palma de Mallorca entre el Club Atlético Baleares y el Club de Futbol Sóller. El portero de uno de los dos equipos, un niño que está aprendiendo a jugar, cogió el balón con las manos fuera del área. El árbitro, José García Ferrer, pitó infracción, lo que tenía que señalar, y el joven portero se echó a llorar al darse cuenta de su error.

El colegiado entendió perfectamente la situación y lejos de dejar seguir el juego y ya se dedicó a consolar al menor, al que además no le señaló ni falta al entender que como el balón iba al portero y no había ningún peligro de gol del equipo rival, se podía reanudar el partido sin castigo.

En declaraciones a Diario de Mallorca, la madre del portero prebenjamín ha dado las gracias al árbitro por su trato y por este precioso gesto. «Mi hijo al ver que se había salido de la línea se puso a llorar porque sabía que lo había hecho mal, nervios de jugar un partido y bajón de su autoexigencia y el árbitro lo consoló como si hijo suyo fuera. Le perdonó la falta y se lo explicó perfectamente como era».

Y es que ese es el camino para el aprendizaje. Cuando uno se equivoca, y más a estas edades, se le explica cuál es su error, se le entiende y se avanza sin ningún drama. «Tanto a un equipo como a otro les explicó todas las faltas y les ayudó en todo lo que se equivocaban. Un 10 de árbitro es poco, todo mi respeto a este superhéroe para mi hijo en ese momento. Tarjeta blanca es poco. Gracias y mil gracias, José García Ferrer», añadió la madre.